LA NODRIZA Y EL AYA DE SIMÓN

Hipólita Bolívar

Hipólita nació en 1763 en San Mateo. Como la mayoría de los esclavos, llevaba el apellido de la familia a la que servía. En 1782 se casó con uno de la familia en la hacienda de Santo Domingo de Macaira. Tuvo un hijo en 1783. Juan Vicente Bolívar le solicitó que se trasladara a Caracas para ayudar en la crianza de los niños.

Entre la negra y Simón existió gran afinidad. A lo largo de su vida Bolívar profesó un inmenso cariño y agradecimiento por su nodriza.

Hipólita vivía, en una humilde casa de El Calvario; nadie velaba por ella. Al único que tenía y a quién podía acudir era a su “amo”. Murió en Caracas el 25 de junio de 1835. Sus restos reposan en la cripta que inauguraron los Bolívar en la Catedral de Caracas en 1690.

Matea Bolívar

Matea fue el aya o niñera de Simón Bolívar. Nació en San José de Tiznados, Guárico, el 21 de septiembre de 1773. Creció entre Caracas y San Mateo y se formó para los oficios domésticos. Apenas 10 años mayor que Simón, atendió y compartió sus juegos y le contó algunos cuentos y leyendas.

En 1814, durante su estancia en San Mateo, presenció la inmolación de Ricaurte. A partir de 1821 habitó en la casa de María Antonia. A sus 112 años asistió a la ceremonia con motivo del traslado de los restos del Libertador al Panteón Nacional en 1876.

La negra Matea murió en Caracas el 29 de marzo de 1886. Sus restos fueron trasladados a la cripta de los Bolívar el 31 de de julio de 1975.

El carácter de Bolívar

Simón Bolívar mostró desde su infancia inteligencia, talento, espontaneidad y rebeldía. Como cualquier niño de su clase social vivió entre la comodidad y la abundancia. Solía jugar con otros niños el gárgaro malojo y el escondido. Simón escuchaba de las esclavas cuentos como los de tío tigre y tío conejo y las leyendas de la sayona. Para ésta época ya se contaba la historia de Tirano Aguirre.

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