ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Modelos de analisis de los tratornos del lenguaje infantil


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2015  •  Monografía  •  4.580 Palabras (19 Páginas)  •  297 Visitas

Página 1 de 19

                     

MODELOS DE ANÁLISIS DE LOS TRASTORNOS DE LENGUAJE INFANTIL

 Un modelo es una forma simple de representar cómo creemos que funcionan las cosas. Como una etiqueta, un modelo normalmente encarna algunas de nuestras creencias y suposiciones sobre las cosas representadas. Por ejemplo, si creemos que los trastornos de lenguaje surgen de un funcionamiento neurológico defectuoso, los trataremos distinto que si creyéramos que surgen de un input inadecuado del ambiente. Esto es por qué el estar concientes del modelo usado es importante cuando hablamos de los trastornos de lenguaje. Es muy posible que los profesionales discrepen sobre cuál modelo representa mejor los fenómenos de los trastornos de lenguaje; de hecho, no hay un modelo al cual se suscriban todos los profesionales del campo. Pero no es posible discutir cómo esas diferencias influencian la práctica clínica a menos que los modelos y suposiciones estén claras en nuestras mentes. Veamos algunos de los modelos que han sido usados para discutir sobre los trastornos de lenguaje.

Modelo Sistémico

Ver el lenguaje desde una perspectiva sistémica significa que no asumimos que todos los problemas comunicativos están “en el niño”, sino que están en la relación entre los hablantes. Esto implica que no todas las soluciones están en cambiar al niño; algunas implican cambiar al medio (Nelson, 1998). Aunque a primera vista este modelo pueda parecer poco relevante para el Fonoaudiólogo, tiene algunas implicancias importantes para extender nuestro pensamiento sobre los trastornos de lenguaje en los niños, especialmente nuestro pensamiento sobre cómo superar los hadicaps de un niño.

Primero, este modelo es importante para decidir qué constituye un trastorno de lenguaje, opuesto a una diferencia de lenguaje. Si un niño habla un dialecto distinto al usado por su profesor u otra pareja conversacional, el niño puede ser visto como con un problema o trastorno. De hecho, aunque el trastorno puede estar en la discrepancia entre el estilo lingüístico del niño y el usado en el colegio. Considerar al niño como con un trastorno implicaría que el niño necesita ‘remediación’ o que se le debería enseñar el lenguaje dominante (o dialecto). Ver este problema, en cambio, como una discrepancia entre el cliente y el contexto, significa que debe tener lugar un cambio en el niño, pero también sería necesario un cambio en el ambiente. Quizás los individuos en el ambiente deberían tener conciencia de las variaciones dialécticas que están operando, o quizás podría ser que el profesor conversara sobre el concepto de variación de registro con el alumno. El profesor puede ayudar al alumno a identificar contextos apropiados para diferentes formas lingüísticas de manera que el niño pueda ver que es posible, y en ciertos momentos es preferible hablar distinto en el colegio y en el hogar. En cualquier caso, el problema es visto como un problema de interacción, más que estar solamente en el cliente. Debido a que el modelo sistémico sugiere que el ambiente interactivo debería ser el foco del cambio, también es útil cuando se decide una estrategia de manejo para un cliente culturalmente distinto. En este caso, el problema puede no ser solamente la comunicación del cliente, sino que también la reacción que obtiene de los otros. Una perspectiva sistémica nos permite trabajar tanto con el cliente como con sus parejas comunicativas, de manera de hacer la comunicación más efectiva.

Las diferencias culturales y dialécticas no son los únicos contextos en los cuales el modelo sistémico puede ser útil. Cuando se trabaja con clientes que tienen dishabilidades severas, a menudo ayuda pensar en cómo cambiar el ambiente para facilitar la comunicación o en reducir las condiciones discapacitantes más que en enfocarse solamente en qué necesitan aprender los clientes para comunicarse. Por ejemplo, quizás un cliente no verbal con autismo se frustra porque no puede hacer entender a las personas que quiere ver cierto programa de televisión. Esta frustración lleva a conductas auto o heteroagresivas. Aunque es verdad que el problema de ser incapaz de entregar el mensaje está “en el individuo” con autismo, quizás el ambiente pueda ser modificado de manera que el niño pueda comunicarse, usando medios a su disposición, para  hacer un corto circuito en el ciclo de frustración y agresión. Quizás poniendo adhesivos con logos pegados al control de canales le permitan controlar por sí mismo los programas que desea ver, evitando la necesidad de asistencia. Quizás los adultos en su medio puedan aprender a reconocer las señales del niño que significan necesidad de ayuda y responder antes de llegar al nivel de frustración que lleva a las conductas desadaptativas. Esto eliminaría la disparidad entre la forma de comunicación y las señales esperadas por el medio.

Una implicación importante de la perspectiva sistémica es que no requiere que se alcancen los niveles ‘normales’ o ‘standard’ de uso del lenguaje. Esta es una aproximación sensible cuando se piensa sobre la intervención con clientes con discapacidades severas o profundas, cuando las habilidades apropiadas para la edad cronológica no son la meta, y cuando nos preocupa encontrar alguna forma para que el cliente envíe y reciba mensajes a personas importantes para su vida.

Es importante recordar que el ambiente debe ser responsivo para que la comunicación sea recompensada para cualquier cliente. Incluso si creemos que el trastorno está “en” el cliente, siempre podemos preguntarnos cómo el ambiente puede hacer la comunicación más significativa y beneficiosa para los niños, para alentar sus mejores esfuerzos para reducir su handicap en cualquier situación dada. De esas formas, la perspectiva sistémica puede ser beneficiosa en nuestro pensamiento sobre cualquier trastorno de lenguaje.

Modelo Categórico

Esta aproximación para la clasificación, organiza los trastornos de lenguaje sobre la base de síndromes o conductas de las que se acompañan y es básicamente un modelo médico. Intenta identificar la mejor etiqueta categórica o diagnóstica para aplicarla a un niño que no está usando el lenguaje como se debería esperar para su nivel de edad; intenta identificar similaridades entre los niños con diagnósticos similares; e implica que las categorías diagnósticas juegan un rol etiológico o causal en el trastorno de lenguaje. Así, los trastornos de lenguaje son clasificados sobre la base de condiciones médicas conocidas –o la falta de ellas- a las que acompañan. En este modelo, los trastornos de lenguaje serían  identificados como aquellos asociados con retardo mental; alteración auditiva; autismo; otras condiciones conductuales o emocionales; daño neurológico conocido; y aquellas sin causa conocida, las que son referidas como ‘afasia o disfasia del desarrollo’ en la literatura más antigua, o ‘alteración específica del lenguaje’ en fuentes más recientes.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (29 Kb) pdf (142 Kb) docx (21 Kb)
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com