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El comercio internacional y el medio ambiente


Enviado por   •  24 de Marzo de 2023  •  Documentos de Investigación  •  5.169 Palabras (21 Páginas)  •  50 Visitas

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UNIVERSIDAD VIZCAYA DE LAS AMERICAS

LICENCIATURA EN COMERCIO INTERNACIONAL Y ADUANAS

Modalidad:[pic 1]

Mixta

Materia:

Titulación I

Docente:

Felipe Zaragoza Benito Alberto

Nombre del trabajo:

Capítulo I

Presenta(n):

Hernández Aragón Laura Regina

Grado y grupo:

8vo “A”

Salina Cruz, Oaxaca.                                          11-Marzo-2023  

CAPITULO I: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

“El comercio internacional y el medio ambiente”

Durante las últimas cuatro décadas, y como componente central de la llamada “globalización”, se ha dado un proceso generalizado de liberalización y apertura comercial de los países. Muchos han visto esta liberalización como parte esencial del desarrollo (sostenible) de los países. Por otro lado, muchos países, especialmente en el Asia y Latinoamérica, han logrado empezar a salir del subdesarrollo producto, entre otros, de una apuesta por el comercio internacional. Sin embargo, paradójicamente, esta misma apertura comercial internacional ha puesto crecıente presión sobre los recursos naturales y sobre las capacidades de muchos países para enfrentar sus secuelas, incluyendo contaminación, degradación de suelos, pérdida de biodiversidad, aumento en la concentración de gases de efecto invernadero, y afectación a los recursos naturales en general.

Comercio internacional puede definirse como: el intercambio de bienes económicos que se efectúa entre los habitantes de dos o más naciones, de tal manera, que se dé origen a salidas de mercancía de un país (exportaciones) entradas de mercancías (importaciones) procedentes de otros países.

Todos los países, incluidos los más pobres, tienen activos -humanos, industriales, naturales y financieros que pueden emplear para producir bienes y servicios para sus mercados internos o para competir en el exterior. La economía nos enseña que podemos beneficiarnos cuando esas mercancías y servicios se comercializan. Dicho simplemente, el principio de la «ventaja comparativa» significa que los países prosperan, en primer lugar, aprovechando sus activos para concentrarse en lo que pueden producir mejor, y después intercambiando estos productos por los productos que otros países producen mejor.

El comercio internacional obedece a dos causas fundamentales: la distribución irregular de los recursos económicos y la diferencia de precios, la cual a su vez se debe a la posibilidad de producir bienes de acuerdo con las necesidades y gustos del consumidor.

Entre las ventajas que se puede mencionar supone el Comercio Internacional figuran:

  • Cada país se especializa en aquellos productos donde tienen una mayor eficiencia lo cual le permite utilizar mejor sus recursos productivos y elevar el nivel de vida de sus trabajadores.
  • Los precios tienden a ser más estables.
  • Hace posible que un país importe aquellos bienes cuya producción interna no es suficiente y no sean producidos.
  • Hace posible la oferta de productos que exceden el consumo a otros países, en otros mercados. (Exportaciones)
  • Equilibrio entre la escasez y el exceso.
  • Los movimientos de entrada y salida de mercancías dan paso a la balanza en el mercado internacional.
  • Por medio de la balanza de pago se informa que tipos de transacciones internacionales han llevado a cabo los residentes de una nación en un período dado.

La globalización ha significado, entre otras cosas, un imparable crecimiento del comercio mundial. Pero es obvio que este crecimiento ha de ser ante todo sostenible. Quizás ya no basta con detener el deterioro ambiental, sino que hay que invertir este proceso. La calidad ambiental implica la compatibilidad entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. Este desarrollo sostenible implica la aplicación de las nuevas tecnologías, uso racional de materias primas y energía, optimizar los procesos logísticos y de distribución, etc.

La intensificación de la discusión sobre la relación entre el comercio internacional y el medio ambiente se remonta a la década de los años noventa, cuando se cierra la negociación del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), se crea la Organización Mundial de Comercio (OMC) para administrar y gestionar este Acuerdo2 y se inicia un proceso de creciente preocupación ambiental con la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (CNUMAD).3 Las Partes Contratantes del GATT son, salvo algunas excepciones, las mismas que en los AMUMAs.

En términos sencillos, en el contexto de las negociaciones comerciales internacionales, se pretende asegurar que medidas ambientales no se conviertan en barreras o distorsionen el comercio, mientras que, en el contexto de los AMUMAs, se discute, entre otros, la prevalencia que pueden o no tener estos acuerdos y sus mandatos y principios sobre protección ambiental en general sobre los principios del libre comercio internacional.

Mientras que el Artículo XX del GATT, en sus incisos b) y g) determina que la protección ambiental no deber ser un medio discriminatorio ni una barrera encubierta al comercio respectivamente,4 diferentes AMUMAs (p.ej. la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, etc.), las Metas de Aichi sobre Biodiversidad (2010), la Declaración de Principios de Río (1992), y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015), se fundamentan en la soberanía de los Estados para establecer ciertas condiciones al comercio de componentes de la biodiversidad y reconocen la potestad de los Estados para proteger el medio ambiente y la biodiversidad en general a través de su normativa interna. Los principios de nación más favorecida y de trato nacional (Artículos I y III del GATT respectivamente), tienen implicancias en materia ambiental, en tanto se asocian de manera general con la no-discriminación.

La OMC y sus diferentes acuerdos han sido en buena medida el “template” básico para la negociación de las decenas de acuerdos bilaterales, regionales y multilaterales sobre comercio que se han desarrollado a partir de la parálisis sufrida por el proceso de la OMC fruto de la imposibilidad de avanzar en temas especialmente.

espinosos y que han confrontado a diferentes países entre sí (p.ej. agricultura, medidas fitosanitarias, servicios), además de la creciente resistencia de la sociedad civil organizada por la percibida inequidad y asimetrías en los procesos de negociación. Sin embargo, los acuerdos en el ámbito de la OMC no tienen disposiciones específicas ni sustantivas sobre protección del medio ambiente, tema que, por el contrario, se ha desarrollado muy detalladamente en los diferentes acuerdos comerciales alrededor del mundo.6 Sin embargo, la OMC sí cuenta con un Comité de Comercio y Ambiente donde se han ventilado temas sobre la relación comercio y medio ambiente. Asimismo, a diferencia de los AMUMAs, la OMC cuenta con mecanismos institucionalizados de resolución de controversias, incluyendo aquellas que confrontan medidas ambientales versus el libre comercio. Varios Paneles de Resolución de Disputas y el Organo de Apelaciones de la OMC han fallado en controversias relacionadas con la aplicación de estándares ambientales y sus efectos sobre el comercio.7 Sus fallos son de obligatorio cumplimiento, e incluyen eventuales sanciones por su inobservancia. Eso hace del sistema GATT/OMC muy potente e incentivador de su observancia por los países.

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