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Antologia Poetica


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2012  •  421 Palabras (2 Páginas)  •  387 Visitas

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Insomnio.

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.

Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,

y tú, inocente, duermes bajo el cielo.

Tú por tu sueño y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves

te me encierran, recluyen, roban. Hielo,

cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo

que alce hasta a ti las alas de mis aves.

Saber que duermes tú, cierta, segura

-cauce fiel de abandono, línea pura-,

tan cerca de mis brazos maniatados.

Qué pavorosa exclavitud de isleño

yo insomne, loco, en los acantilados,

las naves por el mar, tú por tu sueño.

Dámaso Alonso

Calles y sueños (La aurora)

La aurora de Nueva York tiene

cuatro columnas de cieno

y un huracán de negras palomas

que chapotean en las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime

por las inmensas escaleras

buscando entre las aristas

nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca

porque allí no hay mañana ni esperanza posible.

A veces las monedas en enjambres furiosos

taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos

que no habrá paraísos ni amores deshojados;

saben que van al cieno de números y leyes,

a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos

en impúdico reto de ciencia sin raíces.

Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes

como recién salidas de un naufragio de sangre.

Federico García Lorca

El Andaluz

Sombra hecha de luz,

que templando repele,

es fuego con nieve

el andaluz. Enigma al trasluz,

pues va entre gente solo,

es amor con odio

el andaluz. Oh hermano mío, tú.

Dios, que te crea,

será quién comprenda

al andaluz.

Luis Cernuda

Acuarela

Con el cielo gris

la copla

triste de Sevilla

se afina, se afina.

En agua sin sol

sombras de naranjos

entierran azahares.

Arriba,

en las altas miras

esperan las niñas

los barcos de oro.

Abajo

aguardan los mozos

que se abran cancelas

a patios sin fondo.

Sin rubor se quedan,

pálidas, las torres.

Desde las orillas

las desesperadas

luces suicidas

al río se lanzan.

Cadáveres lentos

rosa, verde, azul

azul,verde, rosa

se los lleva el agua.

Pedro Salinas

Tres retahílas para Picasso

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