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El Principito


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  2.845 Palabras (12 Páginas)  •  303 Visitas

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo voy a presentar mi ensayo sobre el libro titulado “EL PRINCIPITO” el cual es un libro lleno de enseñanzas positivas y que te transporta a un ambiente de recuerdos de cuando eras un niño, la manera de pensar de ellos y cómo vas perdiendo esa inocencia y te interesas por cosas más “serias”. Porque algo más serio para mí sería el que todos fuimos niños tiempo atrás, pero a muchos se les olvida eso, junto con la manera que te interesas por cosas que parecen pequeñas pero que en tu realidad dan felicidad y eso es lo que vale mucho, ser feliz.

Es un libro reflexivo y entretenido que te envuelve en la historia del narrador y que a la vez te deja ver unos valores que me parecen muy importantes en la vida como lo son: la amistad, el amor, la honestidad, la responsabilidad y la tolerancia.

Mientras lees esta obra te darás cuenta de la magia que tenemos todas las personas con la capacidad de dejarnos sorprender sin importar la edad, y que gracias a la monotonía del día a día, uno se enfrasca en lo cuadrado de la rutina y no ve más allá de su nariz, lo que la vida ofrece y que las cosas pequeñas en realidad podrían ser grandiosas.

Éste libro te deja con un buen sabor de boca una vez que lo terminaste, ya que te da a conocer cosas que seguro pasabas por alto en tu vida adulta, algo que se va borrando con los deberes y obligaciones diarios, así como me parece que es un texto muy lindo para que sea leído por gente más pequeña y también pueda descubrir la importancia tan grande que tienen estos valores consigo y cómo se aplican en este libro con ejemplos originales y con la finalidad de hacer el bien y pensar en la vida y hasta sus misterios que tiene al tocar el tema del enigmático universo y todo lo que podría encontrarse en él.

Se hacen bellas referencias a la naturaleza: las estrellas, las flores, los animales, los planetas y por supuesto, el ser humano, el que puede disfrutar con todos sus sentidos, las maravillas de lo que tenemos alrededor, ya sea a lo lejos o al alcance de nuestra mano.

DESARROLLO

Todo comienza con un niño que gusta de dibujar, principalmente aquellas boas abiertas y cerradas que en su interior tienen a un elefante, él le muestra sus dibujos a la gente pero los adultos son incapaces de encontrarle sentido al dibujo real y se limitan a decir que aquel dibujo no es más que un sombrero y que debería dedicarse a otra cosa que no fuera dibujar, algo así como: geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Entonces el dejó su carrera de dibujante a los seis años, ya que los adultos no podían comprender nada por sí mismos y es cansado para los niños tener que dar explicaciones siempre.

Más tarde, el decidió pilotear aviones y viajó mucho y conoció a mucha gente seria, pero eso no fue suficiente para hacerlo cambiar de opinión acerca de ellas.

Esta gente adulta no entendía de su mundo con estrellas, bosques, ni serpientes boas, ellas solamente platicaban de sus cosas como: golf, bridge, política y de corbatas, así la gente se sentía en sintonía con él, al hablar de cosas serias y formales. Así, pues, pasó el tiempo sin nadie con quien hablar seriamente, hasta que un día mientras piloteaba, tuvo una avería en el motor de su avión, en pleno desierto de Sahara, se encontraba completamente solo hasta que escucho la una vocecita que le pedía un dibujo de un cordero con todo y su bozal para proteger a su flor de éste animalito, esa voz era el principito, éste pequeño niño de cabellos dorados y blanco como la nieve, el cual nunca respondía una pregunta que le hacían, así como no se olvidaba de una pregunta que el mismo formulaba hasta que se la contestaran y que amante de ver los atardeceres. Él quería un cordero para proteger su planeta de los árboles baobabs, los cuales se podía comer ese cordero, su planeta era muy pequeño y esos árboles podían llenar todo el planeta y hacerlo estallar, él se preocupada y era muy responsable de su planeta, veía la forma de que estuviera bien y a salvo, sólo tenía dos volcanes en actividad y uno extinto, los cuales deshollinaba porque “¡No se sabe nunca!” que podría pasar con esos volcanes, también tenía una hermosa flor que para él, era única e irremplazable, pero ésta flor era modesta, ingenua, mandona y complicada, entonces al ver esto el principito decidió huir y dejar su planeta, aunque después se arrepintió de haberla juzgado y no ver su ternura oculta.

Y así fue entonces, cuando el principito emprendió su viaje hacia varios planetas, el primero al que llegó, se encontró con un rey con aire de grandeza y dispuesto a reinar sobre todo y todos, pero eso sí, sus órdenes siempre debían estar fundamentas y con la razón de su lado, exigiendo a cada uno lo que cada uno puede hacer. Cuando llegó la hora de partir, el rey le ofreció puestos importantes en ese planeta como ministro de justicia o como juez, a cambio de que no lo dejara solo, el principito no le encontró sentido a ser un juez si no había a quien juzgar en ese planeta, pero el rey, sabiamente le dijo que en ese caso, podría juzgarse a sí mismo, ya que es algo más difícil juzgarse a uno mismo que a los demás. Aun así el principito no vio la necesidad de permanecer en ese lugar y se marchó.

El segundo planeta al que llegó, estaba habitado por un vanidoso, el cual le encantaba que le aplaudieran y sentirse admirado, esa era su única importancia en la vida y en su planeta, así que el principito decidió irse de ahí, no encontró el sentido de admirarlo.

El tercer planeta que visitó encontró a un bebedor, esa visita fue muy breve, sólo quiso saber la razón del bebedor para estar en ese estado todo el tiempo, el bebedor le contestó que era para olvidar la vergüenza que le daba beber. El principito se fue pensando en lo extrañas que eran las personas mayores.

En el cuarto y siguiente planeta, se hallaba un hombre de negocios, al cual sólo le importaba y se ocupaba en hacer cuentas, no tenía tiempo de otra cosa mas que de contar estrellas para poseerlas y como nadie había reclamado o patentado a las estrellas como suyas, entonces vendrían siendo de él ya que fue el primero que pensó en eso. El principito encontró inútil poseer las estrellas, eso no dejaba ninguna utilidad, él poseía sus volcanes y su flor, el veía por ellos y los cuidaba, entonces se necesitaban mutuamente, eso sí tenía utilidad. Al cabo de un rato el principito dejó también ese planeta.

Al llegar al quinto planeta, que era el más pequeño y donde soló lo habitaba un farolero, el cual sólo prendía el farol por las noches y lo apagaba por los días. Decía que ya no tenía tiempo de descansar ya que año con año el planeta gira más rápido y no tenía tiempo para

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