La evaluación docente, medio de fortalecimiento de la práctica educativa.

La evaluación docente, medio de fortalecimiento de la práctica educativa.

El hombre es por naturaleza un ser sociable y de sociedad, por lo tanto toda acción que realice se convierte en una acción social, que impacta tanto a nivel personal como en el tejido social del que forma parte, y que por tanto está susceptible al escrutinio por parte de la sociedad para constatar que sea útil y benéfica para la misma, y el caso del magisterio no es una excepción, es tema en boga lo imperativo de la evaluación docente tanto para verificar que es factor de cambio social como para elevar la significatividad de la labor que desempeña cada educador al servicio de nuestra sociedad.

La disposición oficial y personal de valorar el desempeño docente es un factor recurrente en la administración y gestión educativa, enfocada en la búsqueda de un servicio público de calidad, pero que además a de considerarse como instrumento de mejoramiento de la práctica educativa del magisterio nacional.

El servicio docente como actividad profesional y social ha de involucrar en su quehacer cotidiano procesos de valoración objetiva e instrumentada, que den lugar a una evaluación pertinente y eficaz, que a su vez brinden al docente la oportunidad de mejorar su desempeño tanto en la práctica educativa como en la docente, recordando que, el quehacer docente al interior del aula  es lo que se concibe como práctica docente y la práctica educativa se le denomina a un panorama más amplio que involucra el pensamiento, interacción, reflexión sobre los resultados de la primera, por lo que es indicado considerar que “La evaluación de la acción docente debe ser considerada desde una perspectiva holística, lo que implica una visión amplia y diversificada” (García-Cabrero, et al., 2008).

Lo anterior insta a formular procesos de evaluación específicos dirigidos, aplicados y analizados por los docentes, con los docentes y para los mismos, considerando la totalidad de factores institucionales, contextuales, personales, que inciden en la práctica docente/educativa, por lo que se propone que dichos procesos de evaluación sean insertos como un ámbito más de las Rutas de Mejora Escolar y en específico en las Estrategias Globales de Mejora Escolar (EGME) como un ámbito más de la gestión escolar, haciendo valer de esta forma la normalidad mínima escolar en su séptimo rasgo …las actividades que propone el docente logran que todos los alumnos participen en el trabajo de la clase… por todo lo ya expuesto la inserción de la evaluación en las EGME como un ámbito más en la formulación  de las mismas, atenderá a supuestos específicos como: Mantener una Orientación formativa que permitirá la reflexión y retroalimentación enfocada a plantear acciones de mejora, será participativa instrumentada en conjunto por autoridades y docentes, con un enfoque humanista puesto que el docente es ante todo persona, un ser humano, con preocupaciones, intereses, necesidades, expectativas y emociones, con dignidad, autoestima e individualidad, además será multidimensional considerando rasgos, acciones, conductas y actitudes de la relación cotidiana maestro-alumno, deberá ser también multirreferencial considerando diversos puntos de vista y perspectivas acerca de la complejidad de la práctica educativa docente, sostendrá un enfoque ecológico tomando la complejidad de la vida en las aulas como su principal objeto de estudio, estudiando la naturaleza de los procesos sociales, de forma contextualizada puesto que la práctica educativa no es neutra, ni está aislada, del marco normativo y las condiciones institucionales en que opera, se basará en la acción docente como una práctica reflexiva, volviendo a la reflexión en la acción constante, considerando por último al docente como un agente activo que soluciona problemas prácticos y que además opera situaciones complejas. (García-Cabrero, et al., 2008).

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