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Los pastelillos.


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2016  •  Ensayo  •  1.206 Palabras (5 Páginas)  •  99 Visitas

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Los pastelillos

Pedrito iba a cumplir 8 años y estaba muy emocionado por su próxima fiesta, tanto que ya se imaginaba los regalos que le llevarían, sus primos, sus abuelos y sus amigos que seguramente su papa había invitado. Mientras tanto su mamá se encontraba en la cocina platicando con su cuñada sobre que show seria del agrado de Pedrito, ya que esta si era una sorpresa. Ana la hermana de Pedrito estaba en 6to año, ella quería mucho a su hermanito y deseaba que la fiesta resultara un éxito pues el se lo merecía, incluso Ana había invitado a sus amigas a la fiesta, todos se encargarían de inflar los globo, preparar los adornos y arreglar la mesa de dulces. Pero en otro lugar la situación era muy diferente, el papá de Pedrito estaba en una junta muy importante donde los accionistas les notificaban a los ejecutivos que iba a haber corte de personal y que por tal motivo despedirían a los empleados donde trabajaba Efren, el papá de Pedrito. Al llegar don Efren a su casa su esposa lo recibió con una hermosa sonrisa y con mucha alegría, pues ya tenia toda la fiesta planeada y el presupuesto de lo que se gastaría, Efren con un nudo en la garganta le comunico a su esposa la noticia tan desagradable y su temor de no conseguir pronto un trabajo por lo que decidieron que la fiesta se suspendiera y que el dinero lo separaría para pasar los primeros días mientras el consiguiera otro ingreso laboral. Cuando Pedrito y Ana se enteraron lloraron mucho, pero mas Pedrito, pataleo, hizo berrinche y se negaba a bajar a comer. Sus padres se encontraban muy preocupados por la actitud del niño, no pensaron que fuera a reaccionar de esa manera y les preocupaba que pronto iba a hacer navidad y este año seria muy diferente a los años anteriores, no tendrían los niños regalos en el árbol de navidad y no recibirían a familiares y amigos como acostumbraban cada año para el tradicional brindis y la cena de pavo. Pedrito y Ana seguían muy tristes, su mamá hacia esfuerzos por que ellos tuvieran un poco de alegría pero todo era en vano. Una tarde se encontraba Ana con sus amigos y Pedrito jugaba con su perro, en eso llego su abuelita y le extraño que no la recibieran con el entusiasmo de siempre, fue a la recamara de su hija y la encontró llorando, Efren aún no conseguía trabajo, eventualmente lo contrataban pero el sueldo era muy inferior al que estaban acostumbrados, se tenia que hacer esfuerzos y sacrificios para que les alcanzara a cubrir lo mas elemental, le comento a su mamá que la pobreza estaba acabando con la tranquilidad y felicidad de su familia, era muy difícil para los niños entender su nuevo estilo de vida. Doña Inés tenia un bochito que su esposo le había comprado antes de morir y ella lo utilizaba para repartir su pastelillos. Se le ocurrió una gran idea, para que valoraran todo lo que tienen y no se quejaran  de lo que tenían, invito a sus nietos y a los amigos de Ana a que la acompañaran a repartir su repostería, a ellos no les agrado mucho la idea, subirse a un bochito viejo, irían todos apretados y con el temor de quedarse a medio camino, como ellos se estaban aburriendo, pues habían tenido que precindir de algunos video juegos para completar los gastos de la casa.

Entre risas y un poco de vergüenza emprendieron la ruta donde doña Inés hacia la entrega de los pastelillos, esto no fue muy del agrado de los niños ya que tenían más cosas que hacer, las casas y las calles eran muy diferentes donde ellos vivian, algunas casas eran de madera, otras a medio construir, con techos de lamina y cartón, los niños jugaban en la calle, algunos descalzos, hacia frio y traian muy poca ropa, otros niños buscaban comida en unos tambos de basura de una lonchería, algunas personas ancianas vendían elotes y otras pedían limosna en las orillas de la calle. Fue muy impactante para ellos lo que estaban viendo, ellos sufrían porque ya no tenían tanto dinero  pero se dieron cuenta que tenían una casa bonita con jardín, ropa y nunca les faltaba comida en la mesa, tenían salud y sobre todo tenían a sus padres con ellos, definitivamente la pobreza es un estilo de vida tan inferior que denigra al ser humano, es increíble que en una ciudad tan grande con una infra estructura económica, equitativa, exista tanta gente que no tiene para llevar alimento a su mesa, una casa donde vivir, no hay empleo, no hay servicio médico y solo se genera corrupción y violencia. Pedrito, Ana y sus amigos regresaron con la idea de hacer algo por la gente pobre, pensaron que hay que estudiar con entusiasmo para hacer un mundo mejor. A pedrito y sus amigos se les ocurrio la idea de hacer algo por todas esas personas que no tenían un hogar y comida para llevar a su mesa, recaudaron fondos para repartiles un poco de despensa, también hicieron una campaña para donar ropa y juguetes que ya no necesitaran. La abuelita se puso muy contenta de que sus nietos hubieran entendido que no siempre el tener dinero o bienes materiales son necesarios para ser felices. Doña Inés pensó que seria bueno reforzar este aprendizaje y los invito después a ir a un asilo a los niños no les pareció muy buena idea, sin embargo querían mucho a su abuelita y la vieron tan entusiasmada que aceptaron, al llegar al lugar se impresionaron de ver tanto viejito, algunos tenian sus caras muy tristes y otros empezaron a sonreir cuando los vieron llegar, sin duda los pastelillos de dona Inés les gustaban mucho. Pedrito y Ana se pusieron a platicar con un señor ya grande, Don Sebero, el les dijo que le daba mucho gusto recibir visitas aunque fuera de extraños, les comento que su familia no lo visitaban porque eran muy pobres y aunque pareciera increíble en ocasiones no tenían para el camión. Días después, Pedrito, Ana y sus amigos estaban muy emocionados porque la campaña que habían hecho había sido todo un éxito, habían juntado mucha ropa, juguetes y un poco de despensa, estaban tan emocionados que ya querían ir corriendo a entregarles todo, al llegar al lugar, les empezaron a repartir todo, Pedrito, Ana y sus amigos se emocionaron mucho al ver como había tanta felicidad en las personas, los niños hasta gritaban de la emoción, los padres también se ponían muy felices al ver el rostro de sus hijos con una gran sonrisa, todos los de la colonia les agradecieron mucho a Pedrito, Ana y sus amigos por haber hecho este hermoso gesto de su parte, no tenían palabras para agradecer todo lo que habían hecho por ellos. Al irse Pedrito, Ana y sus amigos se sintieron muy felices y satisfechos por lo que habían hecho por todas esas personas.

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