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Neoplatonismo y la intercesión en “La Celestina o Tragicomedia de Calisto y Melibea” de Fernando de Rojas


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  2.448 Palabras (10 Páginas)  •  705 Visitas

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Neoplatonismo y la intercesión en “La Celestina o Tragicomedia de Calisto y Melibea”[1] de Fernando de Rojas

Milton Torres Flores[2]
Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo

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RESUMEN: La Celestina o Tragicomedia de Calisto y Melibea, de Fernando de Rojas, es magna obra donde sus personajes representan el neoplatonismo presente en el Prerrenacimiento visto en el tema del amor cortés en donde la intercesión tendrá un papel fundamental representando el paso de la Edad media al Renacimiento.

PALABRAS CLAVES: Neoplatonismo- Intercesión- Tercera- Edad Media- Renacimiento

Argüía el erudito español Marcelino Menéndez  Pelayo que de no haberse escrito el Quijote, La Celestina ocuparía el primer lugar entre las obras de gran importancia compuestas en castellano. Y ha sido tal el reconocimiento de esta obra por autores posteriores que incluso se llegó a escribir continuaciones de dicha, como son la Segunda Celestina de Feliciano de Silva y la Tragicomedia de Lisandro y Roselia, de Sancho de Muñón; ambas de notable distinción.

Muchos son los tópicos de estudio acerca de esta obra: las polémicas respecto a la autoría, el género, las fuentes literarias relacionadas con ella, el tiempo y espacio, las ediciones, las técnica y el estilo, y demás; los cuales ha sido motivo para la creación de otros libros, ensayos, artículos, tesis, etc. En este caso nos dedicaremos a observar el neoplatonismo plasmado en La Celestina, refiriéndonos sustancialmente al amor cortés de Calisto hacia Melibea, concepción en la Europa medieval. También se desea rescatar la importancia del personaje de la lena (tercera o alcahueta) para la realización del idilio amoroso entre los mencionados amartelados. Para ello nos sustentaremos en la misma obra, citando la evidencia textual, así también en los distintos intertextos relacionados a ella, que nos ayudarán a realizar esta exégesis.

1. Neoplatonismo medieval en La Celestina

Neoplatonismo es la denominación historiográfica de diferentes momentos de la historia de la filosofía en que se produjo una revitalización del platonismo.[3] En Europa (exactamente en Italia) de finales del siglo XV e inicios del siglo XVI, donde se daba el prerrenacimiento, se recupera esta tradición del platonismo el cual concebía que el principio de todo lo existente es la unidad absoluta, lo Uno, llamada realidad suprema o gran vacuidad, de la que surgen todas las demás realidades por emanación.

Ahora bien, La Celestina es considerada una obra del Prerrenacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos, aproximadamente en la última década del Siglo XV (1490-1499) y publicada por primera vez en 1499. En la obra podemos identificar el influjo de esta concepción filosófica de ese tiempo, plasmada en el personaje varonil Calisto. Ángel Valbuena Prat afirmaba que en la Celestina: “Los tipos esenciales de la obra- Calisto, Melibea y Celestina- son una concepción de época, elevada a universalidad y eternidad; y  Calisto representa dicha concepción neoplatonista de la época”. Para Calisto, Melibea representa esa unidad absoluta, ese Uno o realidad suprema, debido a su concepción idealista e idólatra de la amada, y a la que convierte en verdadero culto desde que pudo contemplar su belleza durante su corta estancia en el huerto mientras perseguía su halcón. Esto se puede evidenciar en el primer acto durante la conversación que tuvo Calisto con su criado Sempronio, después de que Melibea lo despidiera:

SEMPRONIO.- ¿Tú eres cristiano?

CALISTO.- ¿Yo? Melibeo soy, y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo.[4]

Todo esto se resume en el amor cortés que siente Calisto. La teoría del amor cortés supone una concepción platónica y mística del amor. Observamos que la amada es algo ideal y supremo para el amante joven, entusiasta y en cierto modo quijotesco. Para Calisto, ella es el ideal de mujer hecho carne. Por su parte Melibea representa en todo ese contexto prerrenacentista la mujer, sensualidad y belleza serena y eterna, equivalente, por así decir, de las concepciones pictóricas de Da Vinci y Rafael. Aquí tenemos la conversación de Calisto con Melibea en su huerto en el primer acto:

CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de dios.

MELIBEA.- ¿En qué, Calisto?

CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase, y hacer a mí, inmérito, tanta merced que verte alcanzase, y en tan conveniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Sin duda, incomparablemente es mayor tal galardón que el servicio, sacrificio, devoción y obras pías que por este lugar alcanzar tengo yo a dios ofrecido. ¿Quién vio en esta vida cuerpo glorificado de ningún hombre como ahora el mío? Por cierto, los gloriosos santos que se deleitan en la visión divina no gozan más que yo ahora en el acatamiento tuyo. Mas, ¡oh triste!, que en esto diferimos: que ellos puramente se glorifican sin temor de caer de tal bienaventuranza y yo, mixto, me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar.[5]

Aquí la amada es siempre distante, admirable y un compendio de perfecciones físicas y morales, así también percibimos la total sumisión del enamorado a la dama (por una transposición al amor de las relaciones sociales del feudalismo, el enamorado rinde vasallaje a su señora). [6]Esto origina algo conocido como "sufrimiento gozoso".

Es indiscutible, por lo tanto, la influencia italiana en La Celestina a través de la escala de humanización que, en la gran literatura de transición de pensamiento medieval al renacentista, representaban, entre otros, Beatriz para Dante Alighieri, la figuración de Beatriz, en la Divina Comedia, hecha por Dante radica en la comparación de la belleza de la mujer con la salvación del alma mortal. Su mismo nombre proviene de la palabra latina “beatrix”, que significa beatificadora o dadora de bienaventuranzas. Por otro lado, Laura para Petrarca. En su Cancionero, las composiciones amorosas de la primera parte son una clara muestra de la admiración del poeta hacia la belleza (vaga belleza) de la amada, en que reside la elevación espiritual y trascendencia del amor de Petrarca. Otro caso es el de Fiammetta para Boccacio. Con todo esto es fácil advertir la influencia de la literatura italiana en Fernando de Rojas, así como esa concepción neoplatonista plasmada en sus obras.

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