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PEDRO PARAMO


Enviado por   •  6 de Febrero de 2014  •  3.544 Palabras (15 Páginas)  •  265 Visitas

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ANALISIS DE PEDRO PARAMO

Pedro Páramo es la historia de un pueblo que, sometido al poder despótico del cacique Pedro Páramo, ha quedado reducido a cenizas. Cuando Juan Preciado, protagonista de la novela e hijo de Pedro Páramo, llega a Comala, movido por el deseo de conocer a su padre, se encuentra con la cara más amarga del abandono y la desolación. Y es que, en realidad, en Comala ya no queda nadie, sólo lamentos y quejas; las ánimas de los muertos que murieron sin saberlo.

Gracias a estos murmullos, Juan Preciado va reconstruyendo la historia del pueblo, pero, cuando quiere darse cuenta, ya es demasiado tarde para salvarse; es así como Rulfo lo presenta enterrado en el subsuelo, murmurando junto al resto de los personajes sobre sus intenciones frustradas.

La novela se presenta como un confuso mundo donde la distinción entre la vida y la muerte no es del todo clara, donde la historia del padre se entremezcla con la del hijo y donde la ficción y la realidad conviven en una aparente armonía. Para ello, Rulfo se sirve de una sintaxis sencilla, depurada, pleonástica y de una estructura compleja en la que sorprendentes vacíos y continuos saltos cronológicos transmiten esa idea de pecado que ahoga a los habitantes de Comala.

Al igual que Comala, Juan Preciado muere sin haber alcanzado sus propósitos, pues son precisamente las ilusiones frustradas las que anulan la esperanza de seguir viviendo y matan a quien cae en el desánimo.

Esta obra tiene una estructura interna y externa.

En cuanto a la ESTRUCTURA EXTERNA, la obra consta de 70 fragmentos breves que se distinguen unas de otras por un simple espacio tipográfico. El lector deberá hilar dichas fragmentos, como si de un rompecabezas se tratase, para así dar sentido a la historia narrada. Los continuos saltos cronológicos, así como la brusca alternancia entre monólogos interiores y diálogos, explican la necesaria relectura recomendada por el autor.

Por otro lado, la ESTRUCTURA INTERNA atiende a dos líneas narrativas, las cuales van desarrollándose gracias al entrecruce entre ambas.

La primera de ellas se corresponde con Juan Preciado, está narrada en primera persona y sigue un orden cronológico. La segunda gira en torno a Pedro Páramo, está narrada en tercera persona y carece de orden cronológico.

Pero, sin duda, lo que más sorprende al lector es que, en el fragmento 36, se da cuenta de que Juan Preciado está muerto y enterrado junto a Dorotea, a quien narra su historia en primera persona; historia que el lector pensaba que narraba para sí mismo.

Atendiendo a esto último, podemos situar los fragmentos 1-36 (ó 37) en la línea primera, referente a Juan Preciado, y el resto (38-70) en la segunda línea, en la cual Juan Preciado y Dorotea conocen la historia de Pedro Páramo a través de los murmullos.

Esta complicada estructura no es casual, sino fruto de una meditada elaboración basada en la eliminación, condensación e incansable autocorrección por parte del autor; tal y como confesó Rulfo, llevó a cabo una profunda supresión de aquello que constituían posibles intromisiones del autor. Esta supresión favorece el avance abrupto entre fragmentos, esto es, una elipsis narrativa de sucesos que sumerge al lector en un desorden cronológico difícil de reconstruir, y que recuerda a la narrativa de Faulkner.

Este desconcierto inicial, acentuado por el vacío entre los fragmentos 5 y 6, se va suavizando poco a poco con una serie de enlaces que permiten interrelacionar fragmentos y organizar el relato. El lector debe permanecer atento y abierto a las pistas que le permitan hilvanar los fragmentos y comprender, por tanto, la historia. Es esta participación del lector en la trama la que Rulfo persigue con su renovación de las técnicas narrativas hispanoamericanas.

El espacio narrativo donde se desarrolla la novela es Comala. Pero Comala no es un lugar concreto de la geografía mexicana, sino que recrea todos aquellos pueblos de la tierra natal de Rulfo que iban quedando abandonados.

No obstante, las dimensiones de Comala son múltiples. Por lo general, se habla de tres Comalas: la edénica, la infernal y la real.

La primera de ellas corresponde a un pueblo fértil y hermoso, que Dolores Preciados evocaba ante su hijo. Será esta Comala feliz de Doloritas la que despierte en Juan Preciado la ilusión de ir en busca de su padre.

En segundo lugar, la Comala infernal dota a la novela del ambiente necesario para que sus habitantes frustrados vaguen por sus calles condenados a revivir su pasado y a convivir con sus pecados.

Pero también existe una Comala en la que conviven las características de las otras dos: la Comala real. Mientras la Comala edénica y la infernal se relacionan con la vida y la muerte, respectivamente, la Comala real se identifica con el poder tiránico, con la violencia y la injusticia, es decir, con la figura de Pedro Páramo.

Una comprensión global de la novela implica la captación plena de las individualidades de cada personaje. Para ello, vamos a centrarnos ahora en el análisis de la psicología de los personajes principales, pues, a pesar de la fugaz aparición de la mayoría de ellos, todos están trazados con gran perspicacia psicológica.

En primer lugar citamos a Pedro Páramo. Pedro Páramo, causante del hundimiento de Comala, pertenece al grupo de figuras tratado tradicionalmente en la novela hispanoamericana: el cacique que explota a los campesinos.

Todos los personajes giran en torno a él para mostrar así en qué medida ejerce la violencia sobre Comala; una violencia propia únicamente de su mundo exterior, pues interiormente se encuentra dominado por el amor hacia Susana San Juan. Pedro Páramo es incapaz de unificar su vida exterior con la interior, y es precisamente de ésta dualidad de donde emana su carácter trágico. Tras la muerte de Susana, su vida exterior se verá anulada y el sentimiento amoroso primará sobre él.

Su obsesión por Susana permite descubrir que toda su violencia está en realidad orientada a alcanzar el amor de Susana: “Esperé treinta años a que regresaras, Susana. Esperé a tenerlo todo. No solamente algo, sino todo lo que se pudiera conseguir de modo que no nos quedara ningún deseo, sólo el tuyo, el deseo de ti”. Esto nos indica que su mundo exterior también está regido por el amor.

El hecho de que tanto mundo interior como mundo exterior estén bañados por el sentimiento amoroso nos aleja de una concepción de Pedro Páramo como la historia de un cacique para interpretarla como una novela de amor.

Susana San Juan fue la única ilusión de Pedro Páramo, y no poder conseguir esta ilusión lo convierte en un personaje frustrado.

Paralelamente, la violencia referida en un primer momento se ve acentuada con una serie de

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