ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Poemas Del Romanticismo


Enviado por   •  1 de Febrero de 2012  •  1.824 Palabras (8 Páginas)  •  2.829 Visitas

Página 1 de 8

ANTOLOGIA DE POEMAS DEL ROMANTICISMO

Diferentes autores

Estefany Lara González

&

Perla Verónica Romero García

PROLOGO

Querido lector, esperamos que esta primera edición de nuestra antología sea de tu agrado, este libro contiene distintos poemas de distintos autores, pero no son cualquier tipo de poemas son del tema romántico que tienen características muy diferentes a los de otros tipos de poemas, este se expresa libremente, tiene una moral romántica sorprendente, que los autores dan mucho a conocer en sus estrofas, encontraras poemas de autores que te deleitaras con cada verso de sus poemas. Otras características que es muy reconocida de este tipo de poemas, es que rompen todas las reglas de un poema normal, en pocas palabras son únicas. En este libro habrá un poema llamado “Rima I” escrito por un gran autor, Gustavo Adolfo Bécquer. Aquí expresa con sorprendentes líneas lo que siente por su amada mujer a la que dedica estas hermosas palabras.

Pero no solo nos cuentas poemas de Adolfo, también de muchos famosos autores que han dedicado su vida al romanticismo, como Mario Benedetti. No solo escribía poemas del modernismo este tema lo hacía también muy bien.

En estos textos encontraras líneas dedicados al amor, estos autores han sido por años un ejemplo a seguir por la gran expresión de sus palabras y hoy plasman un poco de sus más grandes escritos en estas hojas.

¡AY DEL SUEÑO!

Ay del sueño

Si sobrevivo es ya borrándome

Ya desconfiado y permanente

Y tantas veces me hundo y sueño

Muslo a tu muslo

Boca a tu boca

Nunca sabré quién sos

Ahora que estoy insomne

Como un sagrado

Y permanezco

Quiero morir de siesta

Muslo a tu muslo

Boca a tu boca

Para saber quién sos

Ay del sueño

Con esta poca alma a destajo

Soñar a nado tiernamente

Así me llamen permanezco

Muslo a tu muslo

Boca a tu boca, quiero quedarme en vos.

Mario Benedetti

AMOR

Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte

la leche de los senos como de un manantial,

por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte

en la risa de oro y la voz de cristal.

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos

y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,

porque tu ser pasara sin pena al lado mío

y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.

Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría

amarte, amarte como nadie supo jamás!

Morir y todavía

amarte más.

Y todavía

amarte más

y más.

Pablo Neruda

AMOR DE TARDE

Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cuatro

y acabo la planilla y pienso diez minutos

y estiro las piernas como todas las tardes

y hago así con los hombros para aflojar la espalda

y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cinco

y soy una manija que calcula intereses

o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas

o un oído que escucha como ladra el teléfono

o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las seis.

Podrías acercarte de sorpresa

y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos

yo con la mancha roja de tus labios

tú con el tizne azul de mi carbónico.

Mario Benedetti

AMOR ETERNO

Podrá nublarse el sol eternamente;

Podrá secarse en un instante el mar;

Podrá romperse el eje de la tierra

Como un débil cristal.

¡todo sucederá! Podrá la muerte

Cubrirme con su fúnebre crespón;

Pero jamás en mí podrá apagarse

La llama de tu amor.

Gustavo Adolfo Bécquer

ARTE POETICA

Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas,

dotado de corazón singular y sueños funestos,

precipitadamente pálido, marchito en la frente

y con luto de viudo furioso por cada día de vida,

ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente

y de todo sonido que acojo temblando,

tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría

un oído que nace, una angustia indirecta,

como si llegaran ladrones o fantasmas,

y en una cáscara de extensión fija y profunda,

como un camarero humillado, como una campana un poco

ronca,

como un espejo viejo, como un olor de casa sola

en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,

y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores

-posiblemente de otro modo aún menos melancólico-,

pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho,

las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,

el ruido de un día que arde con sacrificio

me piden lo profético que hay en mí, con melancolía

y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos

hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

Pablo Neruda

DOS ROJAS LENGUAS DE FUEGO

Dos rojas lenguas de fuego

que, a un mismo tronco enlazadas,

se aproximan, y al besarse

forman una sola llama;

dos notas que del laúd

a un tiempo la mano arranca,

y en el espacio se encuentran

y armoniosas se abrazan;

dos olas que vienen juntas

a morir sobre una playa

y que al romper se coronan

con un penacho de plata;

dos jirones de vapor

que del lago se levantan

y al juntarse allá en el cielo

forman una nube blanca;

dos ideas que al par brotan,

dos besos que a un tiempo estallan,

dos ecos que se confunden,

eso son nuestras dos almas.

Gustavo Adolfo Bécquer

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (12 Kb)
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com