Politicas de inclusion social

Colegio Alvernia

Paola Andrea Tobar

11B

El empleo, una forma de inclusión social

Esta sociedad tiene altos niveles de desigualdad y exclusión social donde no todas las personas están en equidad de condiciones y no son aceptadas dentro de los esquemas populares. Uno de los problemas es el desempleo y las pocas posibilidades que tienen las personas de bajos estratos para tener un trabajo digno. Así, la mejor solución es generar políticas de inclusión fundamentadas en la generación de empleo.

Inicialmente, hay que entender que dentro del grupo de los desempleados no pertenecen únicamente hombres, sino que además hay mujeres solteras, afrodescendientes, desplazados, ancianos, discapacitados, entre otros. Los cuales día a día están pasando por malas condiciones económicas, que los han llevado en casos extremos a robar o a prostituirse por la necesidad de subsistir, e independientemente de cada uno de los casos, muy pocos tienen  apoyos externos de familiares o fundaciones. Entonces, si estas personas tuvieran mayor orientación y estabilidad económica, no llegarían a tomar malas decisiones y a apartarse del mundo que los rodea.

Sin embargo, la cuestión es el ¿cómo obtener empleo? Y ¿cómo mantenerse en éste? Y para esto, se necesita todo el apoyo posible por parte de los gobiernos si quieren disminuir la tasa de desempleo y generar más progreso, teniendo así que mejorar los modelos de educación en las zonas más vulnerables haciéndolo un 100% gratuito para brindarles un aprendizaje completo, además de obligar a las empresas de tener dentro de su nómina personal minusválido, mujeres solteras, y minorías étnicas, garantizándoles su permanencia hasta no haber encontrado otro trabajo con que sostenerse y facilitarles todo tipo de ayudas para mejorar sus condiciones de vida. Tal y como ya lo hacen diferentes países en el mundo como Perú y su ley 29973 de discapacidad que obliga a todos las empresas públicas y privadas a tener mínimo un 20% de sus trabajadores en condición de discapacidad o minoría racial.

La verdad es que, sí es importante que las personas tengan trabajo porque les da confianza y motivación en su vida impulsándolos a seguir adelante. Así como lo  dijo Concepción Arsenal una importante líder feminista del siglo XIX cuando afirmó que “que proteger el trabajo es proteger la virtud, consolar dolores, arrancar víctimas al crimen y a la muerte.” Mostrando, que manteniendo a las personas ocupadas en algo productivo que les genere ganancias y beneficios social, cultural y monetariamente va a amenizar los problemas en las comunidades afectadas dejando como resultado un ambiente más sano y tranquilo para todos los involucrados.

Con esto en mente,  de igual manera ya no se puede tratar a los desempleados mal, y categorizarlos en poblaciones sobrantes externas a la realidad social como en épocas pasadas, sino que al incluirlos y al ayudarlos a superarse a sí mismos, se está proyectando el desarrollo de una comunidad, del país, de la sociedad en general; lo cual es gratificante y conmovedor saber que con solo ayudar a unos a obtener un empleo, con actitud y voluntad para poner de su parte en sus nuevos  trabajos, se está haciendo una contribución al futuro, que se entiende, como todos los actos del presente que tengan el propósito de mejorar el porvenir de una persona.  

Finalmente, hay que entender que a las políticas de inclusión social deben ser apoyadas desde el gobierno con un panorama integral que contemple todos los elementos que afecten las condiciones de vida  de las personas y propongan la ayuda del trabajo igualitario como fuente de motivación para el desarrollo y progreso humano siendo parte de una solución para el futuro de los trabajadores.

En primera instancia tenemos que la globalización es una realidad que confeccionan muy pocos actores, pero que tiene su impacto en el resto de la Humanidad, el peligro radica en la dinámica deshumanizadora que ha caracterizado a estos primeros años de globalización y por eso el antes Papa Juan Pablo II, en los últimos años en la alta instancia de la Iglesia Católica dedicó tiempo y energías para aplicar las propuestas de la doctrina social cristiana a este nuevo fenómeno dijo que la globalización: debe ser un hecho humano, se deben globalizar los derechos humanos, Solidaridad, opción preferencial por y para los pobres,  insiste en «el valor de las culturas humanas: La globalización no debe ser una nueva versión del colonialismo» (Discurso a la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, 27 de abril de 2001), y también El compromiso del cristiano, la santidad.

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