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Psicologia Social


Enviado por   •  12 de Octubre de 2013  •  4.824 Palabras (20 Páginas)  •  260 Visitas

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El papel de la psicología social en Latinoamérica en los albores del tercer milenio [1]

Lic. Gladys Adamson

Directora de la Escuela de Psicología Social del Sur de Quilmes. Buenos Aires, Argentina.

Los albores del milenio nos alumbran con hechos inéditos, como la interdependencia cada vez mayor de la población mundial. La mundialización es un proceso que involucra no solo a la tecnología, sino a la cultura, la economía y a las estructuras de gobierno.

Con relación a la economía, el mercado de divisas y capitales opera en todo el planeta durante las 24 horas y se intercambian mas de un billón y medio de dólares al día. La tecnología posibilita la aparición de vínculos en Internet, teléfonos celulares y faxes y pudiendo así tener imágenes de los confines de la tierra en simultáneo, a través de los satélites. Con relación a las estructuras de gobierno, han surgido organizaciones nuevas, transnacionales, como la Organización Mundial de Comercio, con atribuciones por encima de los gobiernos nacionales y las empresas multinacionales, con más poder económico que muchos Estados.

La mundialización ofrece grandes oportunidades para el adelanto humano. La interconexión a escala planetaria abre muchas oportunidades a millones de personas en todo el mundo. Los mercados mundiales, la tecnología mundial, las ideas mundiales y la solidaridad mundial pueden enriquecer la vida de la gente de todas partes ampliando sus opciones.

El mundo posterior a la guerra fría del decenio de 1990 ha acelerado el progreso en la definición de valores, como la adopción de los derechos humanos, y en la fijación de metas de desarrollo en problemáticas como medio ambiente, el desarrollo social, la mujer etc. Esto es auspicioso en relación con el futuro.

Pero la globalización actualmente esta impulsada fundamentalmente por la expansión de los mercados, superando incluso el control de los gobiernos sobre los efectos que ello tiene sobre su población. Se ha avanzado más en materia de normas, políticas e instituciones con relación a los mercados mundiales, que en relación con las personas y sus derechos.

Los mercados competitivos pueden ser la mejor garantía de la eficiencia, pero no necesariamente de equidad, y además hay muchas actividades y muchos bienes que son fundamentales para el desarrollo humano y se suministran fuera del mercado y que actualmente están sufriendo, por las presiones de la competencia, una limitación, como por ejemplo, los Servicios Sociales, las actividades de atención, el cuidado del medio ambiente, etc.

Ricardo Alfonsín, el primer presidente democrático después de la última dictadura argentina (del ´76 al ´83), decía que la libertad de mercado es como la libertad del zorro en el gallinero. Es una ley que no es justa ni equitativa; siempre falla en favor del más fuerte. En este momento las oportunidades y las recompensas de la mundialización se difunden de manera desigual concentrando el poder y la riqueza en un grupo selecto de personas, países y empresas, dejando al margen a los demás.

Cuando el mercado se descontrola, afecta a todo el planeta, como en la crisis financiera del Asia oriental de 1998-2000. Con la globalización, el contexto de cada país, de cada organización o institución, no sólo es el contexto inmediato con el cual basta mantener relaciones de buena vecindad y cooperación, sino que es el contexto mediato. Por ejemplo: la crisis de la Bolsa en Japón hace que aumenten los intereses y se encarezca el crédito bancario que la pequeña organización comunitaria esta tramitando.

El reto de la mundialización en los albores del nuevo milenio consiste en no detener la expansión de los mercado mundiales, pero si hallar las normas y las instituciones en los planos local, nacional, regional y mundial para preservar las ventajas de los mercados mundiales y la competencia a escala mundial, pero además, brindar suficiente espacio a los recursos humanos comunitarios y ambientales con el fin de asegurar que la mundialización funciones para la gente y no solo para las utilidades.

Es necesario un nuevo compromiso con la ética de la mundialización en relación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Es necesario plantearnos una mundialización con mas ética, sin violaciones de los derechos humanos, con mas equidad, con menor desigualdad de oportunidades de los pueblos y países, con mayor inclusión, con menor marginación de personas y naciones, con mayor seguridad humana y menos vulnerabilidad en cuanto al trabajo y los empleos, menos destrucción ambiental y más desarrollo humano y social en términos de menor pobreza y privación para las personas.

La globalización implica también nuevos riesgos, como la volatilidad financiera, la inseguridad en los empleos e ingresos, la inseguridad en salud, el riesgo de avasallamiento cultural, el avance de la delincuencia y las tensiones sociales.

Inseguridad en los empleos: El mercado mundial de la mano de obra esta integrado cada vez mas en beneficio de los altamente calificados –ejecutivos empresariales, científicos, profesionales del espectáculo y los muchos otros que constituyen la élite profesional mundial– con gran movilidad y grandes salarios. Pero el mercado de la mano de obra sin calificar esta todavía sumamente limitado por las fronteras nacionales.

La desigualdad: La desigualdad ha ido en aumento en muchos países desde comienzos del decenio de 1980. Incluso en los países desarrollados, como por ejemplo, EE.UU., Inglaterra y Suecia.

La desigualdad entre países también ha aumentado. A fines de los 90 el quinto de la población mundial que vivía en los países de más altos ingresos tenía el 86% del PIB mundial en tanto que el quinto inferior solo tenia el 1%. Los activos de los tres principales multimillonarios son superiores al PNB combinado de todos los países menos adelantados y sus 600 millones de habitantes. La ola reciente de fusiones y adquisiciones esta concentrando el poder industrial en megaempresas a riesgo de eliminar la competencia.

En inseguridad personal: Los delincuentes están cosechando los beneficios de la mundialización. Los adelantos de la tecnología de información y comunicaciones, los mercados de capitales sin regulación, hacen que las comunicaciones sean más fáciles, más rápidas y menos limitadas, no sólo para los libros y las semillas, sino además para el dinero y las armas. El comercio ilícito –de drogas mujeres, armas y dinero lavado– esta contribuyendo a la violencia y a la delincuencia. El comercio de armas alimenta la delincuencia callejera al igual que los conflictos civiles. La trata de mujeres y niñas para la explotación sexual –500 mil por año solo en Europa– es una de las violaciones

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