Concepto propio del amor

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Desde pequeña me han enseñado que amar es tomar esa pequeña manita y agarrarla fuerte para recorrer el sendero de la vida, superar obstáculos, disfrutar de las maravillas, ayudar a otros a encontrar el camino y esforzarse por mantenerlo.

Y es que el Amor es el idioma universal de la vida, es una fuente inagotable de reflexiones, profundas como el cielo y grandiosas como el universo.

El núcleo del amor es la fuerza, es aquel en el que mostramos la fortaleza de defender lo que más apreciamos, es un principio de vida, una palabra tan polisémica y curiosa que tiene la poderosa e inherente cualidad de servir como la expansión más completa de la vida, manantial de la felicidad, inspiración de canciones, poemas, proezas, razón que hace de este mundo una bendición para vivir.

El amor es un regalo, una palabra compuesta por 4 letras que se debe decir en el momento correcto, porque pierde el significado al ser dicha tantas veces.

Amor es escuchar la voz, la risa, el sonido de los pasos y movimientos de las personas más especiales que son parte de los recuerdos más arraigados como si fueran ecos que salen de los más profundo del corazón.

El amor es saber que cuando pierdes alguno de tus dientitos no sientes miedo de sonreír porque sabes que tus amigos te seguirán queriendo, aunque falte una parte de ti.

Es una sensación de ir cabalgando por el lomo de los sentimientos, recordando el viejo libro del destino, descubriendo en una mirada que solamente basta una razón para que estés aquí.

Amar es enseñar al alma de otra persona a necesitar de ti, para acercarlo a la esencia de la vida y consagrarte como uno de los seres más afortunados del universo entero.

Amor es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía.

Amor es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni los inviernos; es darte un lugar en el corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.

Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolverlo es abrir el corazón y dejarse amar. ¿Has entendido? No lo entiendas, ¡Vívelo!

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