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DIALOGO DE CRITON DE PLATON


Enviado por   •  5 de Marzo de 2013  •  4.902 Palabras (20 Páginas)  •  957 Visitas

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CRITÓN

Sócrates, Critón

Sócrates ¿Cómo llegas a estas horas, Critón? ¿No es todavía temprano?

Critón En efecto, es muy pronto.

Sócrates ¿Qué hora, aproximadamente?

Critón La del alba.

Sócrates Me extraña que el guardián de la cárcel haya querido atenderte.

Critón Ya es amigo mío, Sócrates, de tanto venir por aquí, y además, algún que

otro favor se ha sacado también de mí.

Sócrates ¿Llegas ahora, o llevas ya un rato aquí?

Critón Llevo bastante rato.

Sócrates Entonces, ¿cómo no me has despertado inmediatamente, en lugar de

estarte ahí sentado en silencio?

Critón Por Zeus, Sócrates, tampoco yo querría estar en tan gran desvelo y

dolor. Sin embargo, hace rato que me admiro de ver cuán dulcemente

duermes. Y adrede no te desperté, para que pasases el tiempo lo más

agradablemente posible. Sin duda, muchas veces durante toda la vida

envidié tu manera de ser, pero mucho más en la presente desgracia, al

considerar con cuánta facilidad y tranquilidad la soportas.

Sócrates Sin duda, Critón, sería inoportuno indignarme, a mi edad, si es

necesario morir ya.

Critón También otros de tu edad se ven inmersos en situaciones como ésta,

pero en nada les libra la edad de no indignarse por su suerte.

Sócrates Así es, pero ¿por qué has venido tan pronto?

Critón Porque traigo una noticia terrible, Sócrates. No para ti, a lo que veo, pero

sí terrible y dura para mí y para todos tus amigos; por mi parte, no creo

que pudiera recibir otra más dura.

Sócrates ¿Qué noticia? ¿Acaso ha llegado ya la nave procedente de Delos a cuyo

regreso es preciso que yo muera?

Critón Todavía no ha llegado, pero me parece a mí que llega hoy, según lo que

han dicho algunos que vienen de Sunion y la han dejado allí. Según

éstos, es evidente que la nave llega hoy y, por lo tanto, será forzoso,

Sócrates, que mañana pongas fin a tu vida.

PLATÓN, Critón 4

Sócrates Pues si así agrada a los dioses, Critón, que así sea en buena hora. Sin

embargo, no creo que llegue hoy la nave.

Critón ¿De dónde deduces eso?

Sócrates Te lo voy a decir. De alguna manera, según parece, yo he de morir al día

siguiente de aquel en que llegue la nave.

Critón Por lo menos así lo afirman los que tienen autoridad sobre estas cosas.

Sócrates Pues bien, no creo que llegue hoy la nave, sino mañana. Me baso en

cierto sueño que he tenido esta noche, hace un momento. Y has sido

muy oportuno al no despertarme.

Critón Y bien, ¿qué sueño ha sido ese?

Sócrates Me parecía que una mujer hermosa y de noble aspecto se me acercaba,

vestida de blanco, y llamándome me decía:

“Sócrates, al tercer día llegarás a la fértil Ftía".

Critón Extraño sueño, Sócrates.

Sócrates Esclarecedor, a mi modo de ver, Critón.

Critón Demasiado, según parece. Pero, querido Sócrates, aun así, hazme caso y

sálvate. Porque para mí, si murieses, no sería una única desgracia, sino

que, aparte de verme privado de un amigo como jamás encontraré otro

igual, además de eso, muchos de los que no nos conocen bien a ti y a mí,

podrían creer que, siendo capaz de salvarte, si hubiera querido gastar

dinero, lo descuidé. Y ciertamente, ¿qué fama sería más vergonzosa que

ésta de parecer que se estima en más el dinero que a los amigos? Porque

la mayoría no se convencerá de que tú mismo te negaste a salir de aquí,

a pesar de nuestros ruegos.

Sócrates Pero, querido Critón, ¿qué nos importa esa opinión de los demás?. Pues

los más honrados, de los que sí vale la pena preocuparse, considerarán

que esto ha sucedido tal y como tenía que suceder.

Critón Pero ves que es necesario, Sócrates, preocuparse también de la opinión

de los demás. Pues estas cosas de ahora ponen de manifiesto que la

mayoría es capaz de llevar a cabo no sólo los más pequeños males, sino

quizás incluso los más grandes, contra aquel que haya incurrido en su

odio.

Sócrates Ojalá, Critón, la mayoría fuera capaz de hacer los mayores males, para

que también fuera capaz de realizar los mayores bienes. Eso sería

magnífico. Pero ahora no son capaces de hacer ninguna de las dos cosas;

pues, no siendo capaces de hacer a otro ni sensato ni insensato, lo que

hacen lo hacen al azar.

PLATÓN, Critón 5

Critón Bien, sea como tú dices. Pero, Sócrates, dime ¿acaso temes por mí y por

los demás amigos tuyos que, si tú sales de aquí, los sicofantes nos causen

algún daño por haberte sacado, y que nos veamos obligados a perder

toda nuestra fortuna o muchas riquezas o, incluso, a sufrir algún otro

daño además de éstos? Pues, si temes algo de tal clase, olvídate de ello.

Es justo que nosotros, de alguna manera, corramos este riesgo por

salvarte y, si es necesario, aun otro mayor. Vamos, hazme caso y no

obres de otro modo.

Sócrates Me preocupo de todo esto, Critón, y de otras muchas cosas más.

Critón Pues bien, no tengas esos temores; además, no es mucho el dinero que

quieren recibir algunos por salvarte y sacarte de aquí. Y ¿no ves que

estos sicofantes son muy baratos y que no haría falta mucho dinero para

sobornarles. Yo creo que te bastaría con mis riquezas; no obstante, si en

tu solicitud por mí no crees que sea necesario gastar mis riquezas, hay

aquí algunos extranjeros dispuestos a gastar lo que haga falta. Incluso

uno de ellos, Simias el tebano, ha traído dinero suficiente para este

asunto. También está dispuesto Cebes y sin duda otros muchos. De

manera que, como te digo, por temer esto no renuncies a salvarte ni,

como decías en el tribunal, sea penoso para ti el saber cómo has de vivir

al salir de aquí, pues adondequiera que vayas te recibirán bien. Y, si

quisieras ir a Tesalia, tengo allí amigos que te estimarán en mucho y te

procurarán seguridad, de modo que nadie te moleste en Tesalia.

Además, Sócrates, me parece que intentas una acción que no es

justa: entregarte, cuando puedes salvarte, y apresurarte a hacer contra ti

cosas que sólo tus enemigos procurarían y de hecho han procurado,

ansiando destruirte. Además de estas cosas, me parece a mí que

traicionas a tus propios hijos, a los

...

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