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EL MITO DEL ETERNO RETORNO


Enviado por   •  19 de Enero de 2012  •  9.310 Palabras (38 Páginas)  •  1.801 Visitas

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Mircea Eliade El mito del eterno retorno

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MIRCEA ELIADE

EL MITO DEL ETERNO RETORNO

ARQUETIPOS Y REPETICIÓN

Emecé Editores

Libera los Libros

Mircea Eliade El mito del eterno retorno

3

El mito del eterno retorno.

1a ed. - Buenos Aires : Emecé, 2001.

Traducción de: Ricardo Anaya

ISBN 950-04-2220-4

Título original: Le mythe de I ‘éternel retour. Archétypes et répétition

Diseño de tapa: Eduardo Ruiz

En la tapa: El círculo de los lujuriosos: Paolo y Francesco

(detalle) acuarela de William Blake, 1824.

Primera reedición - 2° impresión: 4.000 ejemplares

Impreso en Verlap S.A., Comandante Spurr 653, Avellaneda, marzo

de 2001

IMPRESO EN LA ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA

I.S.B.N.: 950-04-2220-4

Mircea Eliade El mito del eterno retorno

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Índice

PRÓLOGO A LA EDICIÓN FRANCESA................................................. 5

CAPÍTULO PRIMERO................................................................................. 7

CAPÍTULO II .............................................................................................. 34

CAPÍTULO III ............................................................................................. 58

CAPÍTULO IV............................................................................................. 88

Notas........................................................................................................... 104

Mircea Eliade El mito del eterno retorno

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A Tanzi y Brutus

Coste, en recuerdo de

nuestras veladas en el chalet

Chaimite.

PRÓLOGO A LA EDICIÓN FRANCESA

Si no fuese por el temor a parecer demasiado ambiciosos, hubiésemos puesto

a este libro como segundo subtítulo el siguiente: Introducción a una filosofía de

la historia. Pues tal es, en definitiva, el sentido del presente ensayo; con la

particularidad, sin embargo, de que, en lugar de proceder por el análisis

especulativo del fenómeno histórico, interroga las concepciones fundamentales

de las sociedades arcaicas que, pese a conocer también ciertas formas de

“historia”, se esfuerzan por no tenerla en cuenta. Al estudiar esas sociedades

tradicionales, un rasgo nos ha llamado principalmente la atención: su rebelión

contra el tiempo concreto, histórico; su nostalgia de un retorno periódico al

tiempo mítico de los orígenes, al Tiempo Magno. El sentido y la función de lo

que hemos llamado “arquetipos y repetición “ sólo se nos revelaron cuando

comprendimos la voluntad de sus sociedades de rechazar el tiempo concreto, su

hostilidad a toda tentativa de “historia” autónoma, es decir, de historia sin

regulación arquetípica. Este rechazo, esta oposición, no son simplemente, como

lo prueba este libro, el efecto de las tendencias conservadoras de las sociedades

primitivas. A nuestro parecer, estamos autorizados a ver en ese menosprecio de

la historia, es decir, de los acontecimientos sin modelo transhistórico, y en ese

rechazo del tiempo profano, continuo, cierta valoración metafísica de la

existencia humana. Pero esa valoración no es, en ningún caso, la que tratan de

dar ciertas corrientes filosóficas poshegelianas, principalmente el marxismo, el

historicismo y el existencialismo, desde el descubrimiento del “hombre

histórico”, del hombre que es en la medida en que se hace a sí mismo en el seno

de la historia.

El problema de la historia, como tal, no será empero abordado en forma

primordial en este ensayo. Nuestro designio fundamental ha sido señalar ciertas

líneas de fuerzas maestras en el campo especulativo de las sociedades arcaicas.

Mircea Eliade El mito del eterno retorno

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Nos ha parecido que una simple presentación de esto último no carece de interés,

sobre todo para el filósofo acostumbrado a hallar sus problemas y los medios de

resolverlos en los textos de la filosofía clásica o en los casos que le presenta la

historia espiritual de Occidente. Creemos desde hace tiempo que la filosofía

occidental corre el peligro de tornarse “provinciana”: primero, por aislarse

celosamente en su propia tradición e ignorar, por ejemplo, los problemas y las

soluciones del pensamiento oriental; luego, por obstinarse en no reconocer más

que las “situaciones” del hombre de las civilizaciones históricas, sin

consideración por la experiencia del hombre “primitivo”, dependiente de las

sociedades tradicionales. Estimamos que la antropología filosófica tendría algo

que aprender de la valoración que el hombre presocrático (dicho de otro modo, el

hombre tradicional) dio a su situación en el Universo. Aun más: que los

problemas cardinales de la metafísica podrían experimentar una renovación

gracias al conocimiento de la antología arcaica. En varios trabajos anteriores, en

particular en nuestro Tratado de Historia de las Religiones, hemos intentado

presentar los principios de esa antología arcaica, sin pretender, ciertamente,

haber conseguido dar una exposición siempre coherente, y menos aún

exhaustiva.

Muy a pesar nuestro, el ensayo que va a leerse tampoco aportará dicha

exposición exhaustiva. Como nos dirigimos tanto al filósofo como al etnólogo o al

orientalista, pero sobre todo al hombre culto, al no especializado, a veces nos

hemos visto obligados a resumir en fórmulas sumarias lo que, tratado con

amplitud y detalladamente, hubiese exigido un imponente volumen. Toda

discusión profunda acarrearía un despliegue de citas de fuentes y un lenguaje

técnico que desalentarían a muchos lectores. Ahora bien: nuestra preocupación,

más que comunicar a los especialistas una serie de comentarios al margen de sus

propios problemas, era llamar la atención del filósofo y del hombre culto en

general sobre posibilidades espirituales que, aun cuando han sido superadas en

numerosas regiones del globo, son instructivas para el conocimiento y la historia

del hombre. Una consideración del mismo orden ha hecho que limitemos a lo

estrictamente necesario las referencias, las cuales a veces se reducen a una

simple alusión. Un índice especial, al final del volumen, dará las indicaciones

complementarias sobre ese punto.

Comenzado

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