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Ensayo, Antígona


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2011  •  595 Palabras (3 Páginas)  •  3.924 Visitas

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Antígona

El texto de Antígona, o mejor dicho, la tragedia Antígona, escrita por Sófocles, el año de 442 antes de Cristo, es una historia que podría decirse, continuación de su tragedia más famosa: “Edipo Rey”, pues la tragedia empieza cuando Antígona (hija de Edipo), le pide ayuda a su hermana Ismeme para darle sepultura al cuerpo de su hermano Polinices, que es públicamente reconocido como traidor por haber atacado Tebas, la ciudad donde la historia se basa, a causa de una traición por parte de su hermano Etéocles al pacto que habían hecho con su padre Edipo de turnarse el trono anualmente.

En primer lugar, creo que toda la historia está muy relacionada con el derecho por donde se vea. Desde el cumplimiento o no de los acuerdos fraternales, hasta el des obedecimiento de las leyes civiles para obedecer las leyes divinas. Aún así creo que uno de los fragmentos de la historia que más se relacionan con el derecho dice así:

“HEMÓN: No, en lo que no sea justo. Aunque sea joven, no es mi edad, son mis consejos los que hay que tener en cuenta.

CREONTE: ¿Y tu consejo es que honremos a los promotores de desórdenes?

HEMÓN: Nunca te aconsejaré rendir homenaje a los que se conducen mal.

CREONTE: Pues esta mujer, ¿no ha sido sorprendida cometiendo una mala acción?

HEMÓN: No; al menos así lo dice el pueblo de Tebas.

CREONTE: ¡Cómo! ¿Ha de ser la ciudad la que ha de dictarme lo que debo hacer?

HEMÓN: ¿No te das cuenta de que acabas de hablar como un hombre demasiado joven?

CREONTE: ¿Es que incumbe a otro que a mí el gobernar a este país?

HEMÓN: No hay ciudad que pertenezca a un solo hombre.

CREONTE: Pero ¿no se dice que una ciudad es legítimamente del que manda?

HEMÓN: Unicamente en un desierto tendrías derecho a gobernar solo.”

Este fragmento, tomado textualmente, es particularmente uno de mis favoritos porque habla con un sentimiento apasionadísimo y de valores completamente democráticos. Los griegos creían que las ciudades eran de los ciudadanos, por lo que no servía de nada que uno solo mandara.

Aparte de los sentimientos y eso, el mismísimo Sófocles escribe la palabra “derecho” en el último diálogo, perteneciente a Hemón, hijo de Creonte, el rey de Tebas. Y creo que esto es simple y sencillamente por la concepción de justicia y del derecho que tenían los griegos. Es obvio que una ciudad (o un país) no es de quien la gobierna, como pretendía el rey Creonte, y esto tiene que ver con la equidad con la que contaban los hombres de derecho, u hombres libres, ciudadanos de la antigua Grecia; no todas las personas en la Grecia antigua tenían los mismos derechos: las mujeres no eran consideradas y existían los esclavos.

La sociedad griega era machista y sectaria, por ejemplo, las mujeres no eran consideradas merecedoras del amor de los hombres (razón por la

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