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Filosofía Siglo XVII


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  4.943 Palabras (20 Páginas)  •  646 Visitas

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INTRODUCCION

La filosofía es una forma de conocimiento que pretende ofrecer explicaciones de los temas que analiza empleando la razón y los argumentos racionales. Tiene por objetivo explicar el mundo, la naturaleza y el hombre. En el presente trabajo se explican las distintas vertientes que en la ciencia y las matemáticas se han desarrollado a lo largo del tiempo: descubrimientos, pensamientos, ideas, inventos e ingenios de los distintos autores aquí presentados.

Los filósofos que más adelante se exponen, son una manifestación de la inteligencia humana, que va más allá de lo que parece ser y de lo que es, con muchos estudios y análisis de lo común y de las bases actuales de las ciencias, como la geometría o las matemáticas, al igual que la comprobación de la existencia de Dios.

Se presenta la vida de René Descartes, Baruch Spinoza, Wilhelm Leibniz, Guillermo de Ockham y Blaise Pascal desde su infancia hasta su muerte, sus estudios, descubrimientos, influencias, amistades, forma de vida. Es un trabajo rico en información sobre éstos contemporáneos, que en distinto lugar y con una leve diferencia de edades y especialidades, pero ambos cinco con buenas teorías que han dado pie al desarrollo de las ciencias actuales. 

FILOSOFÍA DEL SIGLO XVII

RENE DESCARTES

Tambien conocido por el nombre latino de Renatus Cartesius. Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en la Turena, en La Haye en Touraine, actual Descartes, después de que su madre abandonara la ciudad de Rennes, donde se había declarado una epidemia de peste. Descartes pertenecía a una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachim Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. Era el tercero de los descendientes del matrimonio entre Joachim Descartes, parlamentario de Rennes, y Jeanne Brochard, por lo que, por vía materna, era nieto del alcalde de Nantes.

La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard el 13 de mayo de 1597, trece meses después de su nacimiento y pocos días después del nacimiento de un bebe no sobreviviente, lo orilló a ser cuidado por su abuela, su padre y su nodriza. Esta última permaneció ligada toda su vida en casa de su abuela. La pronta orfandad de René lo mantuvo muy unido en su infancia a su hermana Jeanne, por la que siempre sintió afecto y confianza. No tenía el mismo cariño por su padre y por su hermano Pierre, por lo cual permaneció distante. Su padre se volvió a casar en 1600 con Anne Morin, una bretona con la que tuvo dos hijos más.

Fue un niño enfermizo que se fue fortaleciendo con los años, en parte gracias a los cuidados que él mismo se daba. Tenía una enfermedad pulmonar que pensaba que había heredado de su madre, como escribe a su amiga Isabel de Bohemia: “Nací de una madre que murió de un mal de pulmón… heredé de ella una tos seca y un color pálido… y todos los médicos me condenaban a morir joven”. En su edad adulta se jactaba de la buena salud que gozaba, y creía que podía vivir cien años, si seguía sus propios cuidados médicos. Más tarde se conformó con la máxima más juiciosa de no temer a la muerte.

Con once años entra en el Collège Henri IV de “La Flèche”, un centro de enseñanza jesuita recién inaugurado en Andegavia, al occidente de Francia, durante el año 1607. En dicho colegio, impartía clase el Padre François Fournet doctor en filosofía por la Universidad de Douai y el Padre Jean François le enseño matemáticas durante un año. Debido a su enfermedad, estaba eximido de acudir a clase por la mañana debido a su débil salud y era muy valorado por los educadores a causa de sus precoces dotes intelectuales.

En el colegio permaneció ahí hasta los diecinueve años recibiendo una excelente educación: desde la Lógica, la Filosofía Moral, la Física, la Metafísica, la Geometría Analítica hasta Álgebra Moderna, así como un cierto compañerismo con el recién descubrimiento del telescopio de Galileo. En “La Flèche” surgen las características principales de su mente. Una vez empapado en el conocimiento de los clásicos, se apasiono por la poesía.

Descartes escribió un ensayo de juventud, la “Olympica”: "En los escritos de los poetas hay sentencias más serias que en los de los filósofos. La razón es que los poetas las escribieron movidos por el entusiasmo y el poder de la imaginación. En cada uno de nosotros existen, cual pedernales, chispas de conocimiento ocultas. Los filósofos las muestran a través de la razón; los poetas las exponen por medio de la fantasía, y son mucho más brillantes."

Una cualidad muy buena de Descartes (aunque quizá la más peligrosa) fue su fluidez mental. Uno de sus compañeros de colegio describía así su habilidad en las discusiones: al inicio siempre trataba de ponerse de acuerdo con sus oponentes sobre las definiciones y acerca del significado de los principios que estaban acordes a aceptar, y después construía con ellos una tesis deductiva personal y única que era muy difícil de debatir.

Cuando cumplió los veinte años, ya graduado en Derecho por la Universidad de Poitiers, Descartes se dirigió a París. Allí se convirtió en un joven elegante y desocupado, podría decirse que tomo una vida muy relajada y un largo descanso. Tiempo después, sus pensamientos se centraron en ocuparse por la filosofía y las Matemáticas. Uno de su principal y mejor amigo fue el padre, matemático, experimentador, pensador y traductor de obras como los “Dialogi” y los “Discorsi”, Marín Mersenne, al conoció en el colegio “La Flèche”. Fue su mejor amigo de toda la vida, incluso cuando Descartes, en 1628, decidió abandonar Francia para siempre, y Mersenne desde París le mantuvo constantemente informado de las novedades científicas.

En 1618, Descartes se alistó en el ejercito del príncipe Maurice de Nassau (posteriormente príncipe de Orange) como caballero voluntario. Fue enviado a la guarnición de Breda, en Holanda, en donde en aquel momento había una tregua entre las fuerzas franco-holandesas y las españolas, cuyo dominio se hallaban sometidos los Países Bajos. En ese período sus intereses fueron los que corresponden a un oficial del ejército: la balística, la acústica, la perspectiva, la ingeniería militar y la navegación.

El 10 de noviembre de 1618 se encontró con un grupo de gente agrupada ante un cartel que se hallaba expuesto en la calle. Estaba escrito en flamenco y Descartes, dirigiéndose a una de las personas del grupo, le pidió que se lo tradujera al latín o al francés. El cartel era un desafío que instaba a los que lo leían a resolver el problema matemático que en él se proponía. La persona a la que Descartes se dirigió para que se lo tradujera era Isaac Beeckman, uno de los matemáticos más eminentes del país. Descartes resolvió el problema

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