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Giro Linguistico


Enviado por   •  16 de Abril de 2014  •  4.456 Palabras (18 Páginas)  •  347 Visitas

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Bolilla N 1 (Apuntes de Clase y Libro):

Cuando hacemos referencia al “giro Lingüístico”, hacemos referencia a un L q ahora se lo entiende en una forma idealizada, en un nivel de completa autonomía. El L, es puesto como objeto del pensamiento, porq se piensa a través de esos conceptos, ideas y relaciones con estructuras propias, que forman el L.

El L, es entendido como un “sistema de símbolos que se le atribuye un significado”. Este sistema de símbolos, SALE del sujeto, quien tiene la intención de transmitir un significado. En el Pensamiento Político Contemporáneo, como dijimos, se lo idealiza y se lo comienza a relacionar lógicamente (sus componentes) aduciendo a un MÉTODO (“Abstracción  separar lo inseparable)  Con todo esto, el L empieza a generar significaciones propias, ya no del mundo exterior, sino q salen del propio L.

En época de Aristóteles, el L iba dirigido al príncipe para q actúe en forma correcta. Después, el L comienza a dirigirse al pueblo, para terminar centrándose en el L mismo. Es decir, ya no está dirigido a alguien, sino que se centra en el L mismo. Este “nuevo lenguaje” se sustenta en un concepto idealista y formal de los conceptos mismos, ideas y pensamientos (método lógico).

2 CLASE: En la Historia hay dos grandes giros:

Giro Eidético: PLATÓN  Pens. Especulativo Griego (q sale del idealismo).

Giro De la Conciencia: DESCARTES, q intenta buscar un método para construir el pensamiento.

Este concepto de giro (abarcado por dos grandes “giros”) va a significar la primacía del L como clave de comprensión. El L en sus distintas perspectivas (sintáctica, semántica, pragmática y hermenéutica) nos adelantan una perspectiva de la REALIDAD. (Así el L y el Mundo son “coexistentes”, es el L quien nos va a dar una perspectiva de la realidad)

 Frege, sostenía que una cosa es verdadera, cuando en la realidad efectivamente suceden, es decir verdadero = real. Esta era la relación entre el L y la realidad.

“El sentido de una proposición depende de sus condiciones de verdad” (cuando afuera del discurso se efectiviza, el discurso es verdadero).

Frege, además sostenía que todas las proposiciones se referían a un “referente”, es decir, el L representaba a “algo preexistente” que era el “referente”. Este filósofo, seguía a KANT en el sentido que sostenía que había juicios sintéticos y juicios analíticos. Los analíticos, eran aquellos q eran necesarios y universales, o válidos a priori, pero que para Frege, no eran otra cosa que una repetición de conceptos (El Hombre es mortal, si bien es universalmente válido, no dice nada nuevo, porque la idea de mortal surge de la de H’). Por otro lado estaban los sintéticos, q dicen algo nuevo: La tierra gira alrededor del Sol. Es así, que se sostenía que la ciencia debía basarse en los juicios sintéticos a priori, pero se vio que aquello no era posible. Esto porq? Porq el científico para la filosofía positivista era un observador, un experimentador, que constantemente debía refutar los conocimientos e ideas anteriores.

También para el Alemán Husserl, el conocimiento comenzaba por la experiencia. Sólo que para este filósofo el término experiencia tenía un sentido muy distinto. Husserl, continuaba una tradición q tmb se remontaba a KANT, la de una filosofía de la conciencia. Es la CONCIENCIA, la que siempre se refiere a una cosa, a un referente, a una “x” aun cuando no se sepa de que se trata en primer momento esa “cosa”.

Así, en un ensayo de Jean-paul Sastre, se hablará del ejemplo del arbol en la noche. Al ppio, no es nada más que algo “más oscuro que surge de la noche”. A medida que nos acerquemos, veremos su contextura, el olor, etc, todos predicables de ese “algo” que era el árbol en la noche. La presencia de la cosa, como vemos es indiscutible y preexiste a todos los juicios que la determinan. “La presencia es siempre verdadera, la presencia es el ser”. La cosa es algo, es uno (Parménides). Verdadero, porque la verdad es la aparición de la cosa, que ya estaba, pero que se des-oculta que se des-cubre. Y por último, es bueno porque este ser carece de predicados, que implican siempre una cierta negatividad.

A todo este pensamiento se le opone el de Derrida, quien sostenía que la idea de conciencia y presencia estaba equivocada. Este concepto se presencia, funciona como una garantía de unidad del referente más allá de sus modificaciones sensibles, los cambios de puntos de vista, etc. Sin embargo, Derrida va a decir que esta concepción es errónea por considerar al presente como el nudo en donde se junta lo que ya vimos (pasado) y el anticipo de lo que veremos, siendo el presente precisamente DIFERENCIA y no identidad.

Así Derrida va a decir que el signo lingüístico es una entidad biplánica (siguiendo a Saussure) constituida por un significante y un significado. Es decir por un elemento que significa algo, y por su correlato es decir, por lo que aquel elemento significa. En este caso, lo que define un símbolo o una expresión ya no son sus condiciones de verdad como en el caso de Frege, sino las acepciones puramente convencionales, dentro de una determinada lengua. El significado ya no se confunde con el referente o el objeto al cual se refiere, sino con una definición aceptada o convencional en la lengua (debemos para comprender algo, ser hablantes de la misma lengua, de allí el significado objetivo y no real de algo, lo conocemos porque hablamos la misma lengua, no porque lo vemos al objeto).

Así se puede dar un ejemplo al respecto: Los yamanas de tierra del fuego, cuando un animal muere, ellos dicen “se rompe”, y cuando una persona muere dicen “se perdió”. Romper y perder, no se refieren al mismo hecho de la muerte en su cultura, sino que precisamente en su lengua y su cultura, se refieren a dos hechos y realidades totalmente disitntas. Decir que perder como romper, se refieren al mismo hecho, sería desde un punto de vista de nuestra cultura, lo cual, no es lo correcto decir en este caso.

También siguiendo a Saussure, va a decir que existe el eje paradigmático, del sintagmático. El primero era el de las sustituciones: Venus, por estrella matutina o vespertina. El segundo era el de las sucesiones: si empiezo a hablar de Venus y después digo, sedujo a Vulcano, ya no puedo reemplazar el significante Venus por estrella matutina sin cambiar el sentido de la frase, porq ya no se trata del planeta sino la Diosa del amor en su versión latina. Así Derrida concluye que muchas veces la “identidad aparente” de un signo, es en verdad una diferencia real y una vez más la conciencia nos engaña. De todo lo expuesto se pueden sacar dos conclusiones:

1) Si el L ya no se refiere a una cosa, sino se refiere a otro significante

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