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LA FILOSOFIA DEL RENACIMIENTO.


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  Informe  •  3.771 Palabras (16 Páginas)  •  454 Visitas

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LA FILOSOFIA DEL RENACIMIENTO. NICOLÁS MAQUIAVELO Y LA CIENCIA POLÍTICA

• MAQUIAVELO Y LA POLÍTICA COMO CIENCIA

Con Nicolás Maquiavelo se inaugura un nuevo modo de reflexión política, que se sitúa en línea con la nueva forma de utilizar la razón, con autonomía respecto de la fe y ateniéndose a principios y procedimientos estrictamente racionales. Maquiavelo es consciente de inaugurar un estilo nuevo que muchos consideran el inicio de la ciencia política. Como tal, su estudio se caracteriza tanto por el recurso a la experiencia, que nos aporta los hechos, los datos, que han de ser explicados, como por realizar esta explicación a partir de principios teóricos.

El recurso a la experiencia obedece a su convicción de que si se quiere gobernar racionalmente, científicamente, y mantener el poder es necesario comenzar por conocer cómo de hecho viven los gobernados, antes que pensar en cómo deberían vivir; pues, sólo así, sabrá el gobernante cómo de hecho se gobierna un Estado y cómo se comporta de hecho la gente. Si el gobernante piensa antes cómo debería comportarse la gente y cómo debería gobernarse un Estado (claves, por ejemplo, de la utopía platónica), estará ‘aprendiendo antes su ruina que su preservación’.

Este planteamiento le lleva a prescindir de la perspectiva moral y exponer cómo de hecho se gobierna un estado; igualmente, rechaza el género utópico y la filosofía política tradicional, pues se basa en ‘discusiones teóricas sobre el origen de la sociedad y el poder, sobre el derecho natural como límite y fuente del derecho positivo, que estudian la política subordinándola a la moral.

La explicación de los hechos de experiencia desde principios racionales es una exigencia metodológica para que la reflexión política adquiera el carácter de ciencia. Para entender la realidad política no bastan los hechos, éstos han de ser ordenados por unos principios, que seleccionan, ordenan y explican los hechos.

Dos principios destacan entre los presupuestos teóricos de Maquiavelo.

El primero, la naturaleza humana es la misma en todos los lugares y épocas. Este principio se aplica teóricamente según estas tres pautas: el hombre se ve dominado siempre por los mismos deseos y pasiones; estudiar, pues, el pasado sirve para tomar remedio para los problemas presentes, sacando reglas de carácter general aplicables en circunstancias similares.

El segundo, la maldad de todos los seres humanos es el rasgo más característico de su naturaleza permanente. Este principio determina la siguiente pauta de gobierno: quien tenga que tomar disposiciones en una República y ordenar sus leyes debe hacerlo pensando en que siempre que pueda todo ser humano pondrá en práctica sus ideas perversas.

• LA POLÍTICA Y EL ESTADO

Pero la política, además de ciencia, es también el arte de crear, engrandecer y conservar un Estado, en la mejor forma y durante el mayor tiempo posibles. Este arte descansa en dos supuestos: 1, El Estado es un organismo autónomo cuyo fin es su propia pervivencia y expansión. A este fin es legítimo el uso de la fuerza tanto internamente como frente a otros Estados; 2, El interés del príncipe se identifica con el interés del Estado, por ello el fin último y el criterio para la actuación del príncipe es el interés del Estado.

El interés del Estado se manifiesta como Razón de Estado, que exige a quienes detentan el poder político que no atiendan a otro criterio que el interés, la defensa y bienestar del Estado, sin mirar la condición moral de sus decisiones y actuaciones, pues conductas consideradas virtuosas pueden ser ruinosas para el Estado y otras, consideradas reprobables moralmente, pueden servir al fortalecimiento y bienestar.

La razón de Estado se sustenta en una sola norma práctica: ‘el fin justifica los medios’, pues es el resultado final lo que determinará la valoración de los actos del príncipe.

El interés del estado reclama del príncipe ciertas cualidades para el éxito de su tarea: virtud – entendida como vigor y energía para emprender las acciones necesarias para mantener la existencia del Estado y el poder. También la reclama de los ciudadanos, inculcada y favorecida por la ley – y prudencia – entendida como sagacidad, astucia, para deliberar y decidir con acierto los medios para asegurar el éxito.

Finalmente el príncipe debe contar con la fortuna, entendida como el cúmulo de circunstancias, fuera del control del político, que favorecen o entorpecen sus designios. Desempeña un papel importante en el auge y en la caída de los Estados y en el éxito del político, que debe poder enfrentarle la prudencia – para acomodarse a las circunstancias (oportunismo político) – y la virtud – que sirve para amortiguar los efectos de la fortuna.

El iusnaturalismo o derecho natural es un enfoque filosófico del derecho que postula la existencia de un cuerpo de Derechos del Hombre universales, anteriores y superiores (o independientes) al ordenamiento jurídico positivo, fundados en la naturaleza humana.

El iuspositivismo, también conocido como positivismo legal, es una corriente de pensamientos jurídicos. La principal tesis del iuspositivismo es la separación entre moral y derecho, que supone un rechazo a toda relación conceptual vinculante entre ambos.

El iuspositivismo entiende que derecho y moral son conceptos distintos no identificables. Dado que el Derecho existe con independencia de su correspondencia o no con una u otra concepción moral: una norma jurídica no tiene condicionada su existencia a su moralidad; en todo caso, puede ésta afectar su eficacia o legitimidad, mas eso es una cuestión distinta. El Derecho puede ser justo e injusto, aunque lo deseable sea lo primero.

El iuspositivismo es tan antiguo como el derecho mismo, aunque alcanzó su mayor desarrollo teórico a partir de los escritos del filósofo inglés Thomas Hobbes, aplicados al ámbito jurídico por Jeremy Bentham. Hobbes y Bentham definieron la validez del derecho por su disposición por una autoridad competente, y negaron que las razones morales pudieran tener parte alguna en la decisión legal. John Austin definió un sistema jurídico como aquel que está sometido a una autoridad soberana, y la validez de las leyes como su imposición formal por esta autoridad a través de sus agentes. Sin embargo, el verdadero pilar del Iuspositivismo, que define al Derecho como un producto únicamente de la voluntad del legislador, y a las consecuencias de Derecho como el mero resultado lógico de colocarse en el supuesto jurídico del que se trate en lo ordenado, es el austriaco Hans Kelsen, autor de "Teoría pura del Derecho". Para algunos iusnaturalistas— la postura opuesta al iuspositivismo—

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