Martin Heidegger (1889-1976)
Enviado por ItzVallejo • 16 de Mayo de 2014 • 782 Palabras (4 Páginas) • 287 Visitas
Martin Heidegger (1889-1976)
Nació el 26 de septiembre de 1889 en Messkirch, Baden (Alemania). Cursó estudios de teología católica y después filosofía occidental en la Universidad de Friburgo, donde fue alumno de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología. Tras impartir clases en Marburgo, llegó a ser profesor de filosofía en Friburgo en 1928. Considerado como uno de los filósofos más complejos e importantes del siglo XX, una de las máximas figuras de la filosofía moderna. Muy influenciado por los presocráticos, por Kierkegaard, y por Nietzsche, en su obra más destacada, Ser y tiempo (1927), se interesa de lo que consideraba la cuestión filosófica esencial: ¿Qué es ser? Desde entonces, su producción científica y ensayística fue muy extensa. Desde 1952 se retira a su aldea natal, y a finales de 1974 se iniciaron los preparativos para la edición de sus obras completas, que se compondrán de 70 volúmenes. Martin Heidegger falleció en Messkirch el 26 de mayo de 1976, en la misma aldea de la Selva Negra en la que nació.
En la reflexión de Heidegger el lenguaje es más que el leguaje tal cual, es más que la lengua y el habla, es más que lo dicho y el decir: es todo junto, y adquiere dimensiones gigantescas tanto en su concepción del hombre como en la estructuración de su pensamiento. Heidegger ve el lenguaje como una característica esencial del hombre. Ve el lenguaje no como algo abstracto, sino como algo concreto y práctico, como el lenguaje en la vida del lenguaje: sobre todo el diálogo. El lenguaje, además de ser el instrumento en el que se manifiesta la poesía, es el lugar de la manifestación del Ser. Busca el lugar ontológico del lenguaje en el hombre. No le interesa asociarlo con los objetos o los otros signos. Ve que en el ser humano hay una especie de significación, o significancia, que es más fundamental y previa al lenguaje mismo, esto es, pre-verbal. La comprensión se vuelve, entonces, explicación. Es la estructura existencial de lo que brotarán el sentido y la referencia. Después, la explicación, adquiere la forma de la enunciación verbal.
Pero lo que revela el lenguaje es un sentido. El concepto de sentido es algo propio al hombre: “Sólo el ‘ser-ahí’ puede, por ende, tener sentido o carecer de él”. Tener sentido es ser inteligible para el ser-ahí. Mas, en cuanto posible y anticipado, el sentido es algo que de alguna manera se da previamente al comprender. El lenguaje no tiene como referente un objeto dado, sino la situación global de mi ser-en-el-mundo. Y la palabra le añade la comunicación, es la articulación del ser-en-común. Pero no lo hace como un intercambio de palabras, conceptos, sentimientos, etc., como si fuera un intercambio de mercancías. La palabra no tiende a la comunicación, sino que la presupone. Tiene como requisitos el ser-en-común, el estar-con, el coexistir. El lenguaje exterioriza un sentido producido interiormente. Hablar
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