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Desarrollo Estabilizador


Enviado por   •  5 de Febrero de 2014  •  1.389 Palabras (6 Páginas)  •  351 Visitas

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Introducción

Este trabajo habla de uno de los mayores logros económicos de México, que nos llena de orgullo a todos los mexicanos. El desarrollo estabilizador es un tipo de lección para todos los mexicanos que nos dice que trabajando conjuntamente en unas metas con constancia se puede llegar a algo concreto.

Aquí presento una pequeña reseña de los logros alcanzados por el Desarrollo Estabilizador. El objetivo de este trabajo es crear conciencia de que la labor constante todo lo vence.

Desarrollo

La economía mexicana experimentó un crecimiento lento, de 1910 hasta mediados de los años 30's. Ese ritmo de crecimiento hasta 1928 fue impuesto por la incertidumbre política, el conflicto y la inestabilidad nacional. En estos años la economía estuvo apoyada en el sector agrícola, del cual gran parte de su producción fue exportada a Estados Unidos. En estos años las ciencias económicas han decretado que México contaba con un modelo económico de exportación de productos primarios.

Después de la gran depresión económica de 1929, cuyos efectos duraron hasta 1933, México inició una etapa de crecimiento económico, acelerado, pero dentro del mismo modelo, es decir, se priorizaba la inversión en el sector agrícola, porque la exportación de productos primarios tenía mercados más o menos seguros y producía divisas (moneda extrangera o títulos de crédito amparados por la misma) a un nivel aceptable. Por ello, el gobierno realizó inversiones públicas en transportes y comunicaciones, impulsó obras de irrigación y fue aplicando el Reparto Agrario prometido a los campesinos desde 1917. Este crecimiento económico basado en la expansión del sector agrícola se ubica desde mediados de los años treinta hasta finales de los cuarenta.

La del llamado "desarrollo estabilizador" -que se extiende de 1958 a 1970- fue una época de veras sobresaliente en la historia económica de México. El producto interno creció a una tasa real mayor al 6% anual con crecimiento también rápido y sostenido de los salarios reales. El análisis de esos logros no sólo puede ser materia de interés para el historiador anticuario; el estudio de la política económica de esa época es de gran importancia para el presente y el futuro, en especial para los individuos de acción y para los responsables de conducir las políticas públicas. De él se desprende un recetario de estrategias para avanzar en objetivos que todos compartimos hoy: elevar los salarios, aumentar los ingresos de la población, en especial de la población rural; crear mayor empleo y lograr que la producción avance con mayor rapidez que la explosión demográfica.

¿Cómo se procedió para que la economía nacional tuviese en ese periodo un desempeño tan notable? ¿Quién fue el principal promotor de esos éxitos y en qué fincó su actuación? Y más importante: ¿qué enseñanzas pueden derivarse del desarrollo estabilizador para fines de diseño y aplicación de las políticas económicas actuales y del futuro? El principal artífice de ese "milagro mexicano" fue Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda en los sexenios de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.

Hábil, laborioso, buen político, magnífico administrador y negociador, economista, financiero y abogado muy conocedor de las leyes y del derecho, todo eso fue Antonio Ortiz Mena. Sus principales méritos pueden resumirse como sigue: 1) Eligió y recomendó las políticas adecuadas para cumplir con el mandato que se le asignó al iniciar su encomienda: crecimiento del producto por arriba de la tasa de expansión demográfica e incremento continuo de los salarios reales. 2) Supo persuadir a los presidentes a quienes sirvió -López Mateos y Díaz Ordaz- de que sólo con esas políticas podía lograrse que el auge fuese perdurable. 3) Fue un operador político muy diestro y sagaz, y un instrumentador muy eficaz de las medidas que, muchas veces, él mismo sugirió.

Se imagina tarea fácil discurrir y recomendar las políticas "apropiadas"; no lo era tanto en esa época de tan intensa efervescencia doctrinal y hasta ideológica. Al igual que Rodrigo Gómez -director del Banco de México de 1952 a 1970-, Ortiz Mena nunca se dejó marear por las modas intelectuales y por las falsas "nuevas teorías" que anunciaban el descubrimiento de panaceas económicas milagrosas.

Contrario a lo que han pretendido algunos de sus críticos, Ortiz Mena nunca estuvo obsedido por la idea de la estabilidad

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