Edad Moderna
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
NÚCLEO BOLÍVAR - CENTRO DE ATENCIÓN PIAR
Tutor: Prof. Ligia Quintero.
Autores:
Muñoz Edmarys
Martínez Yusbelis.
Saimar Rodríguez.
Verónica Rivas.
Upata, Enero 2014.
INTRODUCCIÓN.
La Edad Moderna es el tercero de los periodos históricos en los que se divide tradicionalmente en Occidente la Historia Universal, desde Cristóbal Celarius. En esa perspectiva, la Edad Moderna sería el periodo en que triunfan los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón) frente al periodo anterior, la Edad Media, que el tópico identifica con una Edad Oscura o paréntesis de atraso, aislamiento y oscurantismo. El espíritu de la Edad Moderna buscaría su referente en un pasado anterior, la Edad Antigua identificada como Época Clásica.
El paso del tiempo ha ido alejando de tal modo esta época de la presente que suele añadirse una cuarta edad, la Edad Contemporánea, que aunque no sólo no se aparta, sino que intensifica extraordinariamente la tendencia a la modernización, lo hace con características sensiblemente diferentes, fundamentalmente porque significa el momento de triunfo y desarrollo espectacular de las fuerzas económicas y sociales que durante la Edad Moderna se iban gestando lentamente: el capitalismo y la burguesía; y las entidades políticas que lo hacen de forma paralela: la nación y el Estado.
El Renacimiento fue un movimiento cultural europeo que llegó a su apogeo en España en el siglo XVI. Junto con el Barroco del siglo XVII, el Renacimiento produjo un esplendor en las artes y ciencias nunca igualado, lo que hoy conocemos como el Siglo de Oro. El Renacimiento se caracteriza por un renovado interés en el mundo grecolatino, y por ende el Humanismo. En contraste con el teocentrismo de la Edad Media, predomina el antropocentrismo, el optimismo, la secularización, la curiosidad científica, la confianza en la razón y la exaltación de la naturaleza de este mundo.
1.- Edad Moderna.
En la Edad Moderna se integraron los dos mundos humanos que habían permanecido aislados desde la Prehistoria: el Nuevo Mundo (América) y el Viejo Mundo (Eurasia y África). Cuando se descubra el continente australiano se hablará de Novísimo Mundo.
La disciplina historiográfica que la estudia se denomina Historia Moderna, y sus historiadores, "modernistas" (aunque no deben confundirse con los seguidores del modernismo, estilo artístico y literario, y movimiento religioso (Modernismo teológico), de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX).
La Edad Moderna suele secuenciarse por sus siglos, lo que puede ser arbitrario (y suele ser salvado con expeditivos siglos cortos o siglos largos, divididos según convenga), pero en general la historiografía ha caracterizado una sucesión cíclica, que algunos han querido identificar con ciclos económicos similares a los descritos por Clement Juglar y Nicolái Kondratiev, pero más amplios, con fases A de expansión y B de recesión secular.
2.- El Renacimiento (La Literatura Renacentista).
El Renacimiento fue un movimiento cultural europeo que llegó a su apogeo en España en el siglo XVI. Junto con el Barroco del siglo XVII, el Renacimiento produjo un esplendor en las artes y ciencias nunca igualado, lo que hoy conocemos como el Siglo de Oro. El Renacimiento se caracteriza por un renovado interés en el mundo grecolatino, y por ende el Humanismo. En contraste con el teocentrismo de la Edad Media, predomina el antropocentrismo, el optimismo, la secularización, la curiosidad científica, la confianza en la razón y la exaltación de la naturaleza de este mundo.
La literatura renacentista forma parte de un movimiento más general del Renacimiento que experimenta la cultura occidental en los siglos XV y XVI, aunque sus primeras manifestaciones pueden ser observadas en la Italia de los siglos XIII y XIV. Se caracteriza por la recuperación humanista de la literatura clásica grecolatina y se difunde con gran pujanza gracias a la invención de la imprenta hacia 1450.
La novedad afecta tanto a los temas como a las formas. Entre los primeros cabe destacar el antropocentrismo, el interés por la naturaleza y la recuperación de la mitología clásica. La filosofía recupera las ideas platónicas y las pone al servicio del cristianismo. La búsqueda del placer sensorial y el espíritu crítico y racionalista completan el ideario de la época. En cuanto a los aspectos formales, se recupera la preceptiva clásica (cuya raíz está en la Poética de Aristóteles, basada en el principio artístico de la imitación. También se desarrollan nuevos géneros (como el ensayo) y modelos métricos (entre los que destaca el soneto como forma estrófica y el endecasílabo como tipo de verso).
Los precedentes de Dante, Petrarca y Boccaccio dan lugar a un esplendor de la literatura renacentista en Italia en el siglo XVI. La figura directriz del gusto poético renacentista de ese siglo será Pietro Bembo, que escribió canciones petrarquistas y sonetos, pero sobre todo, se erigió en el árbitro de la literatura italiana de su tiempo, que fue el centro de irradiación internacional de este movimiento.
La poesía del Renacimiento:
Garcilaso de la Vega encarna el ideal hombre renacentista por ser soldado y también poeta. En sus poemas aparecen carpe diem, el amor idealizado, y una clara influencia del poeta italiano Petrarca. Otro caballero poeta influido por la lírica italiana es Juan Boscán. Como Garcilaso, Boscán emplea el endecasílabo, tan característico del siglo XVI. La poesía ascética y mística es otra corriente de la poesía renacentista. Sus exponentes principales son Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Fray Luis de León.
El teatro del Renacimiento:
Si bien generalmente se considera prerenacentista, La Celestina (1499) de Fernado de Rojas es una de las obras más importantes de la literatura española. Esta tragicomedia humanística, que tiene sus raíces en la comedia latina, refleja la transición de la Edad Media al Renacimiento, dado que sus personajes viven en un mundo en crisis, donde los valores medievales se están desintegrando. Otro dramaturgo importante de esta época es Lope de Rueda, quien además de ser actor profesional, escribió comedias, farsas y entremeses.
3.- Los Contemporáneos de Shakespeare: Marlowe, Lyle, Jonson.
El teatro, como hemos visto, ha acompañado la historia de la humanidad a lo largo de todos los miles
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