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El Debate Del Imperialismo En Los Clasicos Del Marxismo


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2014  •  3.379 Palabras (14 Páginas)  •  567 Visitas

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El debate sobre el Imperialismo en los clásicos del marxismo

Paolo Santi

(En Santi y otros, Teoría marxista del imperialismo, Cuadernos de Pasado y Presente Nº 10, México, 1984)

I

En los últimos años se observa un renovado interés por los problemas del imperialismo, sobre todo en los países anglosa¬jones. Sin embargo, en primer lugar encontramos principal¬mente a los historiadores y no a los economistas, a los estu¬diosos burgueses y no a los marxistas. Estos últimos, salvo algunas excepciones muy importantes, durmieron durante muchos años el sueño de los justos, negándose, con formula¬ciones que podían ser usadas en las más distintas ocasiones o con igual facilidad guardadas en el cajón, a considerar los resultados de una época en la que el pensamiento marxista era verdaderamente creativo. Para los primeros, me refiero a los economistas, vale todavía lo que en 1947 escribía un economista británico, K. W. Rothschild: “Han pasado más de treinta años desde que Hobson y Lenin atrajeron la atención sobre el desarrollo necesario del imperialismo con el aumento de las fricciones entre los grandes oligopolios (o "monopolios rivales" como ellos los llamaron). Sin embargo, no obstante la mole imponente de documentación acumulada para dar un basamento empírico a esta tesis, nueve de cada diez es¬tudiosos de la situación del mercado oligopolista se es¬fuerzan por omitir toda referencia al imperialismo.”

Esta afirmación sigue siendo justa aún hoy, lo que es mucho más grave después del gran incremento de la litera¬tura sobre el "subdesarrollo".

Sólo muy recientemente el problema parece haber cobrado actualidad también entre los marxistas, aunque como siempre hayan sido muy débiles en Italia los ecos de las discusiones nacidas en torno a algunas obras. En estas notas nos proponemos reconstruir la actitud de algunos de los estudiosos marxistas, en los años precedentes a la revolución soviética, a propósito de un aspecto de la teoría del imperialismo, la de las relaciones económicas entre los países capitalistas desarrollados y los países que, aunque integrados al mercado mundial capitalista, son dominados por los primeros. Son estos últimos países que, con un lenguaje discutible pero de uso común, se definen subdesarrollados o atrasados.

Por esta razón no examinaremos algunos autores no mar¬xistas que contribuyeron no obstante, y en algunos casos no¬tablemente como Hobson, a la teoría del imperialismo. Por la misma razón, no consideraremos los problemas de los países "subdesarrollados" en su conjunto, pues estamos convenci¬dos, aunque no pretendemos demostrarlo aquí, que para esos países se puede hablar de problemas de desarrollo sólo en la medida, y en el momento, en que se hayan liberados de la dominación imperialista.

II

El problema del Imperialismo es considerado y debatido de manera amplia fundamentalmente en los años transcurridos entre el congreso de Stuttgart (1907) de la Segunda Inter¬nacional y la revolución rusa. Esto no significa que antes del período la Internacional o los distintos partidos no hubie¬ran adoptados posiciones al respecto, sino que esas posicio¬nes estaban referidas a distintos acontecimientos y no ha¬cían un examen global de la cuestión. El congreso de Stu¬ttgart, en cambio, dedicó una sesión especial al tema, la que estuvo caracterizada por una discusión en la que tomaron parte los dirigentes de los más importantes partidos adheren¬tes de la Segunda Internacional. Tal discusión asumirá el carácter de un verdadero enfrentamiento en todos los aspectos fundamentales del problema. Por un lado están Van Kol, David, Bernstein, etc., que unen a la teorización del revisionismo la defensa abierta del imperialismo y del colonialismo; por el otro están Lebedour, Kautsky, Lenin, etc., que en el congreso, o a posteriori por medio de artículos, combaten al imperialismo e inician un primer análisis del fenómeno.

Las posiciones de los revisionistas son muy claras. "Debemos llegar allí –afirma Van Kol, aludiendo a las colonias- con las armas en la mano aunque Kautsky llame a esto imperialismo". Y después de haber sostenido que "una cierta ganancia para la clase trabajadora de Holanda es ciertamente vinculada a las posesiones coloniales"', pregunta polémica¬mente a Lebedour: "¿quiere Ud. renunciar, aunque sea en el presente, a las riquezas incalculables de las colonias?".

Frente a la tesis de Van Kol, según la cual no es posible renunciar a las riquezas de las colonias, dos son las respuestas de los marxistas no revisionistas. Lenin reconoce que las riquezas derivadas de las posesiones coloniales afluyen, al menos en parte, a la clase obrera y considera este hecho co¬mo un de las fuentes del revisionismo y del reformismo: “Pues bien, la vasta política colonial ha llevado en parte al proletariado europeo a una situación por la que no es su trabajo el que mantiene a toda la sociedad, sino el trabajo de los indígenas casi totalmente sojuzgados de las colonias. Tales condiciones, concluye Lenin, crean en ciertos países una base material, una base económica para contaminar el chauvinismo colonial al proletariado de esos países”.

Kautsky, por el contrario, rechaza ante todo la tesis de que las posesiones coloniales enriquezcan a los países dominantes, exceptuando a Gran Bretaña. Además, ni siquiera las co¬lonias donde afluye el capital de los países metropolitanos a consecuencia de la caída de la tasa de ganancia, reciben ven¬tajas.

“El mejoramiento de los medios de comunicación y de transporte, provocado por la afluencia de capital, debe¬ría en efecto elevar notablemente las fuerzas productivas de los países económicamente atrasados, si no coincidiese con el peso siempre creciente de los gastos militares y con las deudas con el exterior”.

Y Kautsky refuerza esta opinión subrayando que la parti¬cipación de los países coloniales en el comercio mundial es muy baja. Logra así aprehender un síntoma de la posición marginal de esos países en el mercado mundial capitalista que será retomado sólo en la segunda posguerra. En síntesis, para Kautsky el mecanismo de difusión del modo de produc¬ción capitalista es, por un lado, facilitado por el desarrollo de los monopolios que limitan la producción en los países capitalistas desarrollados, y por otro lado, es obstaculizado por algunos factores políticos, en primer lugar por el reforzamiento del militarismo.

El pensamiento de Kautsky no fue más allá de las prime¬ras elaboraciones de algunas intuiciones y nunca supo cons¬truir un análisis global del fenómeno del imperialismo. Los fundamentos para una teoría de dicho fenómeno debían

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