El Ejercicio Del Poder Politico Durante El Porfiriato

El ejercicio del poder político durante el Porfiriato

FUERZAS DE APOYO DEL PORFIRIAT

FUERZAS DE APOYO DEL PORFIRIATO

Cuando en 1877 Porfirio Díaz ocupó la presidencia constitucional de la República, inició la difícil organización del país. Los liberales, conservadores, militares y caciques querían el poder y esa ambición creaba un clima de caos y lucha que dificultaba la consolidación de la paz.

No era suficiente usar la fuerza militar para someter a esas facciones; el problema era más complicado. Se necesitaba de una estrategia que controlara los movimientos subversivos con delicadeza y con negociación política, que en lugar de derrocar a Díaz lo fortaleciera.

El lema de este gobierno fue "Orden y progreso". Esto quería decir que para que el país progresara primero debía haber orden, y para que hubiera orden tenía que haber paz.

Cuando Díaz comenzó el ejercicio de su poder político, procuró ganarse a todos los grupos para que no lo combatieran. Para ello dio concesiones económicas, privilegios, gubernaturas de estados, cargos públicos civiles y militares a conservadores y a liberales, a caudillos, a hacendados y otros, para crear un equilibrio de fuerzas que fue controlado por él mismo. De esa manera, obtuvo respeto y obediencia de los grupos en discordia, incluidos los militares, que pronto se sometieron a su dura autoridad.

La Constitución de 1857 contenía leyes anticlericales, lo que impedía que la Iglesia apoyara a Díaz, entonces decidió no aplicarlas y el clero recuperó espacios perdidos: regresaron los jesuitas y se volvieron a abrir escuelas que no respetaban el laicismo. Con todo esto, la cúpula clerical también dio su apoyo al general Díaz.

Sin embargo, no bastaba el reconocimiento del país, también era necesario el del extranjero, sobre todo de las naciones más importantes: Inglaterra, Estados Unidos y Francia. Porfirio Díaz nombró a personas destacadas como Ignacio L. Vallarta, quienes con gran habilidad diplomática buscaron ese reconocimiento.

Porfirio Díaz logró pacificar el país y establecer el equilibrio de fuerzas, y de esta manera le resultó fácil negociar con cada una de ellas. Absorbió a los liberales dándoles participación en el gobierno; a los caciques les ofreció las gubernaturas de los estados, o simplemente la protección del régimen. Al suspenderse la aplicación de las Leyes de Reforma, la Iglesia recibió las libertades que deseaba y apoyó al régimen de Díaz.

Los liberales dieron al régimen porfirista, en sus primeros años, un matiz cultural que rindió frutos más tarde con la aparición de algunos artistas sobresalientes

Los casos de los grupos indígenas y de los movimientos obreros

El general Porfirio Díaz llegó a la presidencia por medio de las armas, y durante sus más de 30 años en el poder empleó diferentes métodos para reprimir a sus opositores.

Podemos distinguir, de manera general, las distintas formas de oposición:

1. En los primeros años del régimen se formaron tres grupos de espionaje encargados de vigilar la actuación de los miembros del ejército y los gobernadores de los estados. A quienes se encontraba sospechosos de conspirar contra el régimen se les cohechaba o asesinaba. Se logró la unidad militar, al ir muriendo los viejos militares enemigos de Díaz, o al obtener su adhesión al gobierno.

2. Más tarde, durante las primeras reelecciones, los grupos de intelectuales y periodistas manifestaron sus inconformidades y protestas en publicaciones como El Demócrata, La República, etc. En estos casos la represión consistió en la confiscación de las prensas, encarcelamiento de periodistas, deportaciones y desapariciones. Incluso los tipógrafos fueron víctimas de estos actos. De esta manera se pretendió atemorizar a quienes se oponían al régimen.

3. Los movimientos indígenas que se opusieron a los mandatos de Díaz fueron reprimidos cuando no aceptaron los cambios que impuso el gobierno.

4. Los grupos antirreeleccionistas y los escritos periodísticos de loshermanos Flores Magón aparecieron cuando el pueblo ya estaba cansado de la dictadura porfiriana. Entonces surgieron clubes de opositores al régimen. Los hermanos Flores Magón publicaron periódicos como Regeneración y El Hijo de El Ahuizote, donde se expresaban opiniones contra Díaz. Fueron perseguidos y sufrieron constantes deportaciones.

El sector más menospreciado de la sociedad mexicana a finales del siglo XIX eran los indígenas, quienes vivían de acuerdo con sus costumbres, sus tradiciones y sus propias leyes.

El gobierno, ocupado en otros problemas, no se relacionaba adecuadamente con ellos ni comprendía sus necesidades.

Desde épocas remotas, los indígenas de la parte norte del país vivían en condiciones similares al nomadismo. Algunas tribus, sin la noción de fronteras, eran abigeos que llegaban hasta Estados Unidos. Esto provocó el disgusto del gobierno de aquel país, que exigió a las autoridades mexicanas que controlaran esa situación.

Los abigeos no representaban la totalidad de los indígenas norteños, pues había también comunidades pacíficas, trabajadoras y respetuosas de los demás grupos sociales. El régimen porfirista intentó imponer sus leyes, a todos por igual, y entonces surgieron problemas que culminaron en rebeliones.

La más importante de ellas fue la de los indios yaqui, en el estado de Sonora, con el indígena Cajeme al frente de los sublevados y posteriormente con otros jefes como Tetabiate. Tuvo como causa la intromisión arbitraria de algunos funcionarios menores que quisieron imponer su ley sobre la de los indígenas, despojándolos de sus tierras y cometiendo atrocidades con ellos.

Los indígenas presentaron sus quejas ante las autoridades de Hermosillo, pero no fueron atendidos, por lo cual se levantaron en armas. El resultado fue catastrófico para ellos, ya que fueron sometidos violentamente por el ejército porfirista

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