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El Porfiriato


Enviado por   •  18 de Febrero de 2014  •  2.730 Palabras (11 Páginas)  •  199 Visitas

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La participación de elementos extranjeros es una necesidad realista de la industrialización de un país subdesarrollado. Aun suponiendo que el ahorro interno pudiera financiar totalmente la formación de capital nacional. La tecnología extranjera sigue siendo esencial para que la industria establecida salga de su etapa inicial. Precisamente en relación con esta participación extranjera cobra importancia el papel que juegan los gobiernos locales y nacionales en el proceso de industrialización. Cada uno de los países subdesarrollados compite por una suma limitada de capital de inversión extranjera. Por otra parte los gobiernos nacionales deben ofrecer garantías y posiblemente una participación para estimular a la inversión extranjera,. Por otra parte, también tiene la responsabilidad de proteger los intereses del país contra la explotación y de estimular a los inversionistas nacionales para que participen tanto en la formación de capital como en la creación de tecnología. Es así como el proceso de industrialización brinda al gobierno nacional una oportunidad de alcanzar la madurez, y a los inversionistas nacionales una oportunidad de desarrollarse.

Sin embargo, la industrialización está ligada también a algo más fundamental que la expansión de los papeles que juegan en la sociedad ciertas instituciones y grupos élite. La industrialización representa la clave del proceso de modernización. Incluso se sostiene a menudo que una vez iniciada la industrialización y enfrentando el reto de la modernización el proceso no se puede invertir. Eventualmente surgirán cambios básico, económicos y sociales, de la urbanización generada por la necesidad que tiene la industria de contar con una oferta de trabajo concentrada.

Cuando los lideres tradicionales no favorecen el cambio tecnológico, este desarrollo un obstáculo serio. Pero aun si los lideres promueven el cambio no se sigue de allí necesariamente que estimularan todas las modificaciones relacionadas. Muchos observadores consideran improbable que el proceso de modernización pueda efectuar los cambios sociales básicos que lo caracterizan cuando lo dirigen los tradicionalistas. Parece poso realista esperar que estos lideres tradicionales abandonen su propia posición. Es mas probable que surjan lidere nuevos, modernizadores, entre los individuos insatisfechos con los lideres tradicionales. Cyril Black sostiene que “no se puede efectuar sin violencia un cambio de lideres que implique el desplazamiento de la oligarquía

tradicional”. Andre Gunder Frank, de orientación marxista, comparte este pesimismo cuando afirma que la revolución social violenta es el único camino para salir del subdesarrollo, por lo menos en America Latina. Estos autores parecen convencidos de la necesidad de la violencia. Aparentemente, toda alianza de los elementos modernizantes con los líderes tradicionales está condenada en ultima instancia al fracaso, por que el proceso de modernización tendría que transigir demasiado con la participación tradicionalista. Así, se considera que el camino de la no violencia solo eleva las aspiraciones hasta un nivel inalcanzable en un periodo razonable.

Otros autores tienen una visión más optimista. Por ejemplo, W . W . Rostow sostiene que el capitalismo puede lograr un cambio efectivo para las clases trabajadoras, sin explotación. Los trabajadores pueden progresar materialmente en el sistema capitalista, a medida que los adelantos económicos se difunden por todas partes. Si a esto siguen los cambios sociales correspondientes, no habrá necesidad de recurrir a la violencia. Esta solución pacífica es la idea en que se basan programas tales como l a Alianza para e l Progreso, patrocinada por Estados Unidos. Wilbert Moore, menos optimista, sostiene que tal vez exista un camino pacífico, pero que todavía no se encuentra un enfoque real- mente satisfactorio: "Sinesa solución... el impacto de la industria será una sucesión de éxitos estridentes, y el fin del hombre".

La primera industrialización en gran escala de América Latina se dio en México, durante el régimen de Porfirio Díaz. Cuando el dictador cayó en 1911, se inició u n período de violencia y finalmente una revolución social. Parecería que México ofrece en este período el ejemplo de una oligarquía tradicional que coopera con los inversionistas extranjeros y frustra así los cambios económicos y sociales que acompañan a la modernización. Yo considero que un examen más minucioso de la situación podrá mostrar que el gobierno mexicano y los industriales nacionales empezaban a controlar al inversionista extranjero. Si el gobierno de México hubiese ganado a tiempo el control del proceso de industrialización, es posible que los cambios materiales y sociales hubiesen ocurrido pacíficamente en México, y no con la violencia de la Revolución Mexicana. Esta posibilidad debe ser considerada, ya que se trata de un

problema fundamental. Ciertamente parece razonable esperar que los líderes del gobierno en control de la industrialización fuesen más sensibles a los deseos y necesidades crecientes de su pueblo que las empresas extranjeras Parece probable que los líderes tradicionales podrían unirse en alguna medida con los elementos modernizadores de la sociedad. A sí se imprimiría vitalidad al proceso de industrialización, en lugar de enajenación y decidida oposición. A una que sólo fuese por razones defensivas podría esperarse que los líderes de la élite permitiesen los cambios sociales y económicos necesarios para, evitar la violencia y la posible pérdida completa de su posición. Es posible que de aquí surgieran cambios básicos. Así pues es probable que la Revolución Mexicana no represente un precedente de lo inevitable de la violencia que debe acompañar al proceso de modernización. En cambio, podría representar un ejemplo de un país que no dudo evitar la violencia en los medios de realización del cambio económico v social se encontraban en eran medida baio el control del inversionista extranjero.

Debe aclararse que la industrialización ocurrida durante el porfiriato el período de gobierno de Porfirio Díaz- fue rudimentaria según los patrones modernos. Sin embargo, representó un nivel relativamente alto de desarrollo tecnológico. La inversión extranjera fue sustancial durante este período. La inversión norteamericana representó l a mayor proporción del total. Se concentró en la minería y los ferrocarriles, y ascendió a más de mil millones de dólares al final del gobierno de Díaz. L a inversión británica superaba en 1911 los setenta y siete millones de libras. L a inversión francesa también era significativa, y al final del período ascendía a dos mil millones de francos. E n conjunto, estos tres países representaban más del noventa por ciento de la inversión extranjera en el México pre

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