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Las Pasiones Del Alma


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2014  •  2.338 Palabras (10 Páginas)  •  376 Visitas

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Introducción:

Teniendo en cuenta la situación planteada: “conoces a alguien, te gusta, se enamoran y sentís alegría de estar con él”, podemos comenzar por afirmar que en la misma están involucradas las pasiones. Sin embargo, la causa de las mismas, el proceso a través del cual se forman, y de qué pasiones se trata va a ser explicado desde el punto de vista de cada uno de los autores a trabajar.

Tanto Descartes como Hume tienen sus propias teorías al respecto, y en el presente trabajo, nos vamos a ocupar de introducir cada una de ellas partiendo de la base de la situación planteada anteriormente, para así poder encontrar similitudes y diferencias entre ambas.

Es importante la influencia de cada uno de los autores para generar las respectivas teorías.

Descartes (1596-1650), era un filósofo de origen francés; su método es el analítico deductivo, y para él la razón es el origen del conocimiento y el camino hacia la verdad. Plantea la existencia de ideas innatas presentes en el sujeto, puestas allí por Dios.

Hume (1711-1776), era un filósofo de origen escoces, que vivió 100 años después que Descartes. Era un empirista, quien sostenía que el conocimiento tenía su base en la experiencia, caracterizando al sujeto como “tabula rasa” y cuyo método era el analítico inductivo.

Desarrollo:

Descartes, en el artículo 27 del Tratado de las pasiones del alma, define a las pasiones de la siguiente manera: “Después de haber considerado en qué difieren las pasiones del alma de todos los demás pensamientos de la misma, creo que se puede en general definirlas como percepciones, o los sentimientos, o las emociones del alma, que se refieren particularmente a ella, y que son causadas, sostenidas y fortificadas por algún movimiento de los espíritus”.

Podemos comenzar a deslindar el significado que encuentra Descartes sobre las pasiones, a partir de lo que él denomina los “espíritus animales”. Se va a referir a la presencia de un cierto aire o viento, que va a estar contenido dentro de los nervios del cuerpo, así como del cerebro, que van a tener la propiedad de moverse muy rápidamente. Los espíritus animales, entonces, son aquellos pequeños cuerpos, que forman parte de la sangre, que saliendo del corazón logran ingresar en el cerebro, a diferencia del resto de la sangre que se distribuye por el resto del cuerpo.

De esta manera los espíritus animales van a ser los responsables del movimiento de los músculos, y los sentidos también van a depender de ellos.

A partir de esto, podemos plantear una diferencia entre cuerpo y alma. El cuerpo, para Descartes es mecánico, fisiológico y en el ocurre todo aquello que podemos experimentar en nosotros y que también puede existir en cuerpos inanimados, contrario a lo que pertenece al alma, que es todo aquello que no podamos atribuir a nuestro cuerpo. Así, todos los pensamientos van a pertenecer al alma, mientras que todo aquello que no depende de los pensamientos va a pertenecer al cuerpo.

Los pensamientos se pueden dividir en voluntades, que se definen como las acciones del alma y provienen y dependen de ella, pudiendo terminar tanto en el alma, como en el cuerpo; y en pasiones, referidas a las percepciones y conocimientos que se encuentran en nosotros, que pueden tener como causa el alma o el cuerpo.

Podemos separar nuestras percepciones entre las que se refieren a objetos exteriores que impresionan nuestros sentidos (olores, sonidos, etc.), y las que refieren al alma misma, diferenciándose de las anteriormente nombradas y de aquellas que hacen alusión a nuestro cuerpo (hambre, dolor, etc.). A dichas percepciones referentes a nuestra propia alma, Descartes las denomina “Pasiones del alma”.

El alma, si bien va a estar unida a todo el cuerpo, va a tener su sede principal en la glándula pineal, único lugar del cerebro que no es doble, y en la cual el alma ejerce sus funciones. Los espíritus animales van a mover la glándula de diferentes maneras y a través de dichos movimientos, el alma va a recibir las diferentes percepciones, y por ende, se van a formar las diferentes pasiones.

Por lo tanto, todo lo que en el cuerpo es acción, en al alma es pasión.

Si bien las pasiones van a formar parte del alma, se van a generar en el cuerpo. Por eso es correcto afirmar que acción y pasión son dos caras de una misma moneda, expresadas cada una de ellas en el cuerpo como acción y en el alma como pasión.

Podemos distinguir seis pasiones primarias: admiración, amor-odio, alegría-tristeza y deseo.

La función de las pasiones en general es la de fortalecer y conservar en el alma pensamientos que es conveniente que se conserven.

Entonces, cuando conocemos a alguien podemos representarnos este nuevo objeto proveniente del mundo exterior, como una idea, que de esta manera va a llegar al alma. Descartes dota a las ideas de carácter representativo otorgándole así una función mediadora entre los objetos, los sentidos y el alma. Dicha representación, que va a tener su inicio en el ingreso al cuerpo del nuevo objeto a través de los sentidos (percepción), va a ser llevada por los espíritus animales a la gandula pineal, pudiendo esta “alcanzar” la percepción recibida.

Al mismo tiempo, podemos decir, que dicho conocimiento de esta persona nos sorprende. Este primer encuentro con este objeto desconocido, nos impresiona y nos conmueve de algún modo. La impresión que obtenemos en el cerebro, va a representar al objeto como digno de ser considerado; moviendo así, los espíritus animales, la glándula pineal de cierta manera que se produce en nosotros la pasión de admiración. Dicha pasión es la primera de todas las pasiones y a diferencia de las otras y junto con el deseo, no tiene una pasión contraria.

Seguidamente, empezamos a reconocer ciertas experiencias en nuestro cuerpo, que antes no se producían; entre ellas, que empezamos a hacer la digestión más rápidamente y sentimos un constante y dulce calor en el pecho. Esto es debido a que nos enamoramos de la persona antes conocida, y podemos reconocerlo, ya que la pasión de amor se distingue por ser útil para la salud. Es una emoción que incita a que nos unamos por voluntad propia a los objetos que nos son convenientes. Contraria a la pasión de odio, que nos incita a separarnos de aquellos objetos que nos resulten nocivos.

Podemos decir, que junto con la pasión de amor, comienza a tener incidencia la pasión de deseo, la cual se caracteriza por ser una agitación del alma causada por los espíritus, que nos llevan a querer mantener en el presente y querer para el futuro, aquello que nos parece conveniente. Dice Descartes, “es siempre un mismo movimiento que lleva a buscar el bien y al mismo tiempo a huir del mal que le es contrario”.

Finalmente

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