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Teatro Español


Enviado por   •  22 de Mayo de 2013  •  4.757 Palabras (20 Páginas)  •  350 Visitas

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Poetas de la generacion 27

¿Quiénes eran? Un grupo de escritores. Los principales representantes del grupo son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Miguel Hernández.

¿Por qué ese nombre? El acontecimiento que los unió y les dio el nombre fue el homenaje que el grupo hizo a Luis de Góngora en el año 1927 en Sevilla, al conmemorarse el tercer centenario de su muerte.

¿Qué tenían en común?

Tradición y vanguardismo.

Aunque desean encontrar nuevas fórmulas poéticas, no rompen con nuestras tradiciones y sienten admiración por el lenguaje poético de Góngora, por nuestros autores clásicos y por las formas populares del Romancero.

A la par que lo tradicional, las corrientes de vanguardia, sobre todo el surrealismo, ejercen gran influencia en el grupo del 27. Los escritores surrealistas exploran el mundo de lo inconsciente y pretenden alcanzar la belleza absoluta, que está por encima de la realidad.

Intención estética

Intentan encontrar la belleza a través de la imagen. Pretenden eliminar del poema lo que no es belleza y, así, alcanzar la poesía pura.

Quieren representar la realidad sin describirla; eliminando todo aquello que no es poesía.

Temática Especial interés por los grandes asuntos del Hombre, como el amor, la muerte, el destino... y los temas cargados de raíces populares.

Estilo

Se preocupan fundamentalmente de la expresión lingüística y buscan un lenguaje cargado de lirismo.

Versificación

Utilizan estrofas tradicionales (romance, copla...) y clásicas (soneto, terceto...). También utilizan el verso libre y buscan el ritmo en la repetición de palabras, esquemas sintácticos o paralelismo de ideas.

Rafael Alberti nace en el Puerto de Santa María (Cádiz), en 1902. A los quince años se traslada con su familia a Madrid. Hasta 1923 su actividad principal es la pintura, que cambiará pronto por el quehacer poético. En 1925 obtiene el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra. A partir de 1931, y ya afiliado al Partido Comunista, empieza a trasladar a la poesía sus preocupaciones político-sociales. Como consecuencia de la Guerra Civil se exilió primero en Argentina -hasta 1962- y, después, en Italia -en Roma desarrolló tanto su vertiente creativa de pintor como de poeta-, hasta que en 1977 regresa definitivamente a España. Los avatares políticos, los cambios de residencia y el paso de los años en ningún momento han condicionado la continuidad de su labor poética y literaria.

La primera obra de Alberti, Marinero en tierra (1924), refleja la nostalgia de su tierra natal, recordada desde Madrid; y fue acogida con gran entusiasmo por Juan Ramón Jiménez ("Poesía popular, pero sin retorno innecesario:

nueva; fresca y acabada a la vez; rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima"). Los temas y las formas populares continúan en los siguientes libros: La amante (1925>, El alba del alhelí (1927). Y si con Cal y canto (1926-1927) Alberti rinde homenaje a Góngora y cultiva además los motivos de la vida moderna en una lírica claramente vanguardista, con Sobre los ángeles (1927-1928) logra una de las obras maestras de la poesía surrealista. A sus últimos años de estancia en España previos al exilio corresponden varios libros de inspiración revolucionaria: El poeta en la calle (1931-1935), De un momento a otro (1934-1939), etc.

En su exilio americano, Alberti sigue publicando libros de extraordinaria belleza lírica, muchos de los cuales revelan la nostalgia de su patria: Entre el clavel y la espada (1939-1940), Pleamar (1944>, A la pintura (1945-1952) - bellas glosas líricas de la obra de célebres pintores -, Retornos de lo vivo lejano (1948-1956), Coplas de Juan Panadero (1949-1953), Ora marítima (1953>, Baladas y canciones del Paraná (1953-1954), etc. De su estancia en Roma sobresale la obra Roma, peligro para caminantes (1968).

Alberti es, asimismo, autor de un sugestivo libro de memorias - La arboleda perdida- y de algunas obras de teatro: El hombre deshabitado, El adefesio, etc.

Vicente Aleixandre. Nació en Sevilla, en 1898. Su infancia transcurrió en Málaga, ciudad y litoral mediterráneos que tanto habían de influir en la poesía de Sombra del paraíso. Desde 1909 vivió en Madrid -que fue su lugar habitual de residencia-, en donde estudió Derecho y Comercio. En 1925, una grave dolencia- tuberculosis renal que traería como consecuencia, en 1932, la extirpación de un riñón- le aleja de cualquier actividad profesional o social y le fuerza a llevar una vida de reposo y cuidados clínicos que favorecerá su dedicación por entero a la poesía, al convertir el placer de escribir en auténtica necesidad. En 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura con La destrucción o el amor, uno de los más hermosos libros de toda la poesía surrealista, que confirmó a Aleixandre como un maestro de la poesía contemporánea. En 1949 es elegido miembro de la Real Academia Española. Con la obra Poemas de la consumación (1968) logró el Premio Nacional de la Crítica. En 1977 recibe el Premio Nobel de Literatura. Muere en Madrid, en 1984.

Dámaso Alonso. Nació en Madrid, en 1898. Fue Catedrático de la Universidad de Valencia y de la de Madrid, en la que desempeñó, desde la jubilación de Menéndez Pidal -de quien fue discípulo y colaborador- y hasta 1968, la Cátedra de Filología Románica. Ese mismo año fue elegido Presidente de la Real Academia Española. En 1978 recibió el Premio Cervantes. Muere en Madrid, en 1989, tras una fecunda vida dedicada a la docencia -fue profesor y conferenciante en las principales universidades de Europa y América-, a la investigación y crítica -autor de rigurosos estudios de Lingüística y de trabajos de análisis estilístico de nuestra lírica medieval y contemporánea-, así como a la creación poética, que cultiva "a rachas", según su propia expresión.

Sólo la producción inicial de Dámaso Alonso -Poemas puros. Poemillas de la ciudad (Madrid, editorial Galatea, 1921)- queda adscrita a la Generación del 27, con cuyos miembros le une una fraternal amistad. La madurez poética de Dámaso Alonso se produce tras la Guerra Civil, con Oscura noticia (Madrid, editorial Hispánica, 1944. Colección Adonais, núm. VII) y con Hijos de la ira (Madrid, editorial Revista de Occidente, 1944); libros a los que seguirán Hombre y Dios (Málaga, colección "El arroyo de los ángeles", 8; 1955), Gozos de la vista (Madrid, editorial Espasa-Calpe, 1981.

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