Diez Mandamientos De Ciecia Y Pseudociencia
Enviado por yelania sanchez • 22 de Noviembre de 2013 • 2.047 Palabras (9 Páginas) • 421 Visitas
Sexto mandamiento
Usted debería explicar las bases cognitivas subyacentes a las creencias pseudocientíficas. Los
profesores deberían enfatizar que todos somos propensos a las ilusiones cognitivas (PiatelliPalmarini,
1994) y que tales ilusiones pueden ser subjetivamente atractivas y difíciles de resistir.
Por ejemplo, las demostraciones en clase que ilustran que muchos o la mayoría de nosotros
podemos confiar en falsos recuerdos (por ejemplo, Roediger & McDermott, 1995) pueden ayudar a
los estudiantes a ver que los procesos psicológicos que llevan a creencias erróneas son
omnipresentes. Además, es importante señalar a los estudiantes de las heurísticas (atajos mentales),
que pueden producir falsas creencias tales como la representatividad, disponibilidad, y el anclaje
(Tversky & Kahneman, 1974), son básicamente adaptativas y nos ayudan a obtener el sentido de un
mundo complejo y confuso. En consecuencia, la mayoría de creencias pseudocientíficas están
cortadas con la misma tijera que las creencias precisas. Al subrayar estos puntos, los profesores
pueden minimizar las probabilidades de que los estudiantes que asumen creencias pseudocientíficas
se sientan tontos cuando se confronten con la evidencia que contraría sus creencias.
Séptimo mandamiento
Usted debe recordar que las creencias pseudocientíficas están al servicio de funciones
motivacionales importantes. Muchos hallazgos paranormales, tales como aquellos concernientes a
la percepción extrasensorial, las experiencias extracorporales, y la astrología, son atractivas para las
necesidades profundamente enraizadas de esperanza y milagros de sus creyentes, así como sus
necesidades de sentir el control sobre las realidades frecuentemente incontrolables de la vida y la
muerte. La mayoría de los creyentes en lo paranormal están buscando respuestas a cuestiones
existenciales profundas, tales como "¿existe el alma?" y "¿existe vida después de la muerte?".
Como el psicólogo Barry Beyerstein (1999) anotó (jugando con la ocurrencia famosa de P.T.
Barnum), "cada minuto nace alguien buscando en qué creer" (p. 60). En consecuencia, al presentar a
los estudiantes las evidencias científicas que desafían sus creencias paranormales, no debemos
sorprendernos cuando muchos se pongan a la defensiva. A su vez, estar a la defensiva puede
engendrar una indisposición para considerar la evidencia contraria.
Uno de los dos mejores métodos para reducir esta tendencia a la defensa (la segunda es el octavo
mandamiento que sigue a continuación) es desafiar gentilmente las creencias de los estudiantes con
simpatía y consideración, entendiendo que los estudiantes emocionalmente comprometidos con las
creencias paranormales encontrarán difícil cuestionar estas creencias, y permitiendo que cedan
Los Tips de Enseñanza son una sección de la revista Observer, publicada por la
Asociación para la Ciencia Psicológica (APS). http://www.psychologicalscience.org
solas. Ridiculizar estas creencias puede producir resistencia (Brehm, 1966) y reforzar los
estereotipos de los estudiantes que consideran a los profesores de ciencia como despreciativos y de
mente cerrada. En algunos casos, los profesores que tienen un rapport excepcionalmente bueno con
su clase puede ir más allá desafiando las creencias de los estudiantes con un humor positivo (por
ejemplo, "todos los que crean en la psicoquinesia por favor levanten mi mano). Sin embargo, los
profesores deben asegurarse que tal humor no sea percibido como despreciativo o condescendiente.
Octavo mandamiento
Usted debe exponer a los estudiantes ejemplos de buena ciencia así como ejemplos de
pseudociencia. En nuestras clases, es crítico no simplemente demoler las afirmaciones inexactas
sino exponer a los estudiantes a afirmaciones precisas. Debemos ser cuidadosos de no dedicarnos
solamente a retirar el conocimiento cuestionable del estudiante, sino de darle a cambio un
conocimiento legítimo. Al hacerlo, podemos hacer más fácil para los estudiantes tragar la amarga
pastilla de renunciar a sus creencias valoradas sobre lo normal. Los estudiantes necesitan entender
que muchos hallazgos científicos genuinos son, como mínimo, tan fascinantes como muchas de las
afirmaciones paranormales científicamente dudosas. En mi propia enseñanza, he encontrado útil
intercalar información pseudocientífica con información que es igualmente asombrosa pero cierta,
tal como el sueño lúcido, la imaginería eidética, la percepción subliminal (como opuesta a la
persuasión subliminal, la cual es mucho más dudosa científicamente), características extraordinarias
de la memoria humana (Neisser & Hyman, 2000), y los usos clínicos apropiados de la hipnosis
(como opuestos al uso no apoyado científicamente de la hipnosis para la recuperación de la
memoria; ver Lynn, Lock, Myers, & Payne, 1997). Además, debemos tener en mente el punto
expuesto por el paleontólogo Stephen Jay Gould (1996) acerca de que exponer una falsedad
necesariamente afirma una verdad. Como consecuencia, es esencial no solamente señalar la
información falsa a los estudiantes, sino también dirigirlos hacia la información correcta. Por
ejemplo, cuando se explica por qué las afirmaciones con relación a los biorritmos no tienen bases
(ver Hines, 2003), es útil introducir a los estudiantes a las afirmaciones con relación a los ritmos
circadianos, las cuales, si bien con frecuencia se confunden con los biorritmos, están apoyados por
investigaciones científicas rigurosas.
Noveno mandamiento
Usted debe ser consistente con sus estándares intelectuales personales. Un error que he
observado algunas veces entre los escépticos, incluyendo los profesores de psicología que enseñan
cursos de pensamiento crítico, es adoptar dos conjuntos de estándares intelectuales: uno para las
afirmaciones que se consideran posibles y el otro para las que no. El psicólogo Paul Meehl (1973)
anotó que esta inconsistencia implica "cambiar los estándares de rigor hacia la evidencia
dependiendo de donde venga" (p. 264). Por ejemplo, conozco a un profesor que es un proponente
del movimiento para establecer una lista de terapias empíricamente apoyadas, esto es, tratamientos
psicológicos que se han demostrado como eficaces en estudios controlados.
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