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Las Soledades es un poema de Luis de Góngora (1561-1627), compuesto en 1613 en silvas de versos endecasílabos y heptasílabos.


Enviado por   •  24 de Mayo de 2017  •  Ensayo  •  2.527 Palabras (11 Páginas)  •  320 Visitas

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                                  Universidad Nacional Autónoma de México

Lengua y literaturas hispánicas

Poesía en Lengua Española

David Huerta

Basurto Camacho Karen Daniela

Las Soledades y su Antidoto

Las Soledades es un poema de Luis de Góngora (1561-1627), compuesto en 1613 en silvas de versos endecasílabos y heptasílabos. Un proyecto ambicioso y original de Góngora que proponía un poema extenso en silvas dividido en cuatro partes correspondientes alegóricamente a las edades de la vida humana y a las estaciones del año.

Dichas silvas estarían divididas en Soledad de los campos, Soledad de las riberas, Soledad de las selvas y Soledad del yermo. Sin embargo solo se terminan la dedicatoria al Duque de Bejar y las dos primeras Soledades, la segunda queda inconclusa largo tiempo y al final Góngora le agrega 43 versos más.

En cuanto a la forma, la estrofa no era nueva dentro de la poesía española, sin embargo no se había utilizado para un poema tan extenso. Sus versos endecasílabos y heptasílabos de manera irregular le garantizaban mayor libertad al poeta y mostraba los primeros acercamientos de la poesía española  al verso libre, forma que no se dio hasta el siglo XIX en Francia como  el parnasianismo y el simbolismo.

Aunque estamos acostumbrados a ver a Góngora como precursor de lo moderno, su poesía, sin embargo, está a la vez construida rigurosamente sobre la base de la tradición grecolatina y de sus derivaciones en el Renacimiento europeo.

Podemos encontrar a lo largo del poema pistas de los tópicos y aspiraciones del hombre del renacimiento como lo es Beatus ille (menosprecio de la vida de la corte), Carpe diem (vive el día), locus amoenus (idealización de la realidad) y Tempus fugit (Conciencia del tiempo).

Las características del antropocentrismo renacentista crean complejas escenas pastoriles de pesca y caza que son únicamente unidas por las aflicciones amorosas de un naufrago-peregrino.

Resumo brevemente el argumento de la obra. En la Soledad primera un joven, despreciado por su amada, tras naufragar, llega sobre un madero a una playa, donde lo recogen unos pastores que lo hospedan esa noche. Emprende viaje al alba y se encuentra con con una comitiva de serranos que van camino de una aldea cercana, donde se va a celebrar la boda de unos pastores. Uno de ellos nota por sus ropas que es un náufrago, lo que le hace recordar a su hijo muerto en la mar, y expone una larga y amarga queja contra la codicia y la navegación marítima. El peregrino es entonces invitado a asistir a los festejos que se efectúan al día siguiente.  Contempla los fuegos artificiales, las danzas, los discursos, los banquetes, la ceremonia nupcial y los juegos que tras ella se celebran: lucha, salto y carrera.

Bajo este argumento, inspirado en el episodio de Nausícaa de la Odisea, Góngora se dedica a pintar una minuciosa descripción de la naturaleza, llena de alusiones mitológicas y metáforas amplificativas, con el propósito de halagar los sentidos y hallar la belleza en todo objeto arcádico.

Góngora trata de ofrecer un ejemplo máximo del tópico de "menosprecio de corte y alabanza de aldea", donde la Naturaleza se revela como no corrompida, frente al mundanal ruido de políticos cortesanos y ambiciosos comerciantes.

 La Soledad segunda o Soledad de las riberas, resulta ser un poema de tradición piscatoria; comienza al alba del día siguiente: el naufrago se encuentra en la orilla de una ribera, sube al pequeño barco de dos humildes pescadores a quienes acompaña  de pesca mientras le cuentan sus penas amorosas (Soliloquio del héroe). Los tres arriban a la isla donde el náufrago es recibido por el padre de los pescadores y sus bellas hermanas, con quienes recorre el islote y come. Al caer la tarde llegan los prometidos de las muchachas para entonar cantos de amor en las cuales el peregrino interviene , como celestino, a favor de ellos para que se casen con las hijas de Nereo. Al amanecer el protagonista es llevado a tierra firme por los pescadores, asistiendo desde la barca a una partida de caza con halcones que se celebra en la ribera.

Blecua aporta cierta intuición de ver en las hijas del pescador a las ninfas de las Geórgicas, esta hipótesis de la llegada del peregrino a la isla es una recreación de la entrada de Aristeo en el río y el recibimiento hospitalario que le brindan su madre y las ninfas. Sin embargo para componer este pasaje, Góngora pudo haber bebido de las fuentes que sirvieron de inspiración al propio Virgilio (Homero, Apolonio de Rodas...) y de obras que eran, a su vez, deudoras de las Geórgicas, como las Metamorfosis de Ovidio, el Leandro de Boscán, la tercera égloga de Garcilaso, la Arcadia de Sannazaro, etc.

Las Soledades originaron un gran debate por los extremos de dificultad de su ornato y la acumulación de alusiones mitológicas y eruditas en su discurso. Fueron atacadas por múltiples teóricos de la poesía española, entre los cuales se encuentran el Conde de Salinas y Juan de Jáuregui. Fueron a su vez defendida por muchos otros ingenios como Salcedo Coronel, José Pellicer, Francisco Fernández de Córdoba, el Conde de Villamedina, Gabriel Bocángel y, más allá del Atlántico, Juan de Espinosa Medrano y Sor Juana Inés de la Cruz.

Juan de Jáuregui (1583-1641) compuso la respuesta más directa en contra de Góngora, se trata de un ponderado Antídoto contra las Soledades y un Ejemplar poético contra ellas, aunque acabó profesando una doctrina muy semejante a la de Góngora al apoyar a uno de sus seguidores.

La polémica que se generó destaca por este texto antigongorino a Juan de Jáuregui como anticulterano. Sin duda lo fue, pero no anticulto. A Jáuregui no le molestaba tanto la estética de Góngora, sino su exceso y petulancia, sabe que Góngora se encuentra en terreno propio y que se encuentra  explorando su habilidades , sin embargo esto no justifica su enfangue.

Juan de Jauregui  publica en 1624 su Discurso Poético , un tratado de poética cultista, que dejaba de lado los retorcimientos oscuros Góngora y permite entender su atemperación en ataques al nuevo estilo.  

Resultan útiles sus apartados sobre los matices del elitismo, “donde defiende una poesía de clase media lustrosa, sin elevarse a las alturas de Góngora ni rebajarse a la llaneza de Lope”[1]

El texto de Jáuregui consta de seis capítulos:

1.-Las causas del desorden y su definición.

Se trata , en palabras de Jáuregui, de “una afectación y vehemencia por adelantar nuestras fuerzas, y pasar a imposibles, perdiéndonos en la pretensión.” El poeta aspiran a cotas más altas  de las que su talento le permite y termina por despeñarse. También dice que la oscuridad de las Soledades seria tolerable si el poema se ocupara de “pensamientos exquisitos”   en lugar de “raterías”. 

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