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Rimas y la leyenda (por Gustavo Adolfo Bécquer)


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2011  •  Reseñas  •  403 Palabras (2 Páginas)  •  1.353 Visitas

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RIMAS Y LEYENDAS

(por Gustavo Adolfo Bécquer)

XXIII

Por una mirada, un mundo;

por una sonrisa, un cielo;

por un beso..., ¡yo no sé

qué te diera por un beso!

XXX

Asomaba a sus ojos una lágrima

y a mi labio una frase de perdón;

habló el orgullo y se enjugó su llanto,

y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;

pero al pensar en nuestro mutuo amor,

yo digo aún: << ¿Por qué callé aquel día?>>

Y ella dirá: << ¿Por qué no lloré yo?>>

XXXIII

Es cuestión de palabras, y, no obstante,

ni tú ni yo jamás,

después de lo pasado, convendremos

en quién la culpa está.

¡Lástima que el Amor un diccionario

no tenga dónde hallar

cuando el orgullo es simplemente orgullo

y cuando es dignidad!

XXXV

¡No me admirá tu olvido! Aunque de un día,

me admiró tu cariño mucho más;

porque lo que hay en mí que vale algo,

eso... ni lo pudistes sospechar.

XLVIII

¡Los suspiros son aire y van al aire!

¡Las lágrimas son agua y van al mar!

Dime, mujer: cuando el amor se olvida,

¿sabes tú adónde va?

LI

De lo poco de vida que me resta

diera con gusto los mejores años,

por saber lo que a otros

de mí has hablado.

Y esta vida mortal y de la eterna,

lo que me toque, si me toca algo

por saber lo que a solas

de mí has pensado.

LVIII

¿Quieres que de ese néctar delicioso

no te amargue la hez?

Pues aspírale, acércale a tus labios

y déjale depués.

¿Quieres que conservemos una dulce

memoria de este amor?

Pues amémonos hoy mucho y mañana

digámonos ¡adios!

LXXVII

Dices que tienes corazón, y sólo

lo dices porque sientes sus latidos;

eso no es corazón... es una máquina

que al compás que se mueve hace ruido.

________________________________________

No digáis

No digáis que, agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira:

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

Mientras las ondas, de la luz al beso,

palpiten encendidas;

mientras el sol las degarradas nubes

de fuego y oro vista;

mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías;

mientras haya en el mundo primavera

¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

...

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