Una carta a mi efímero amor por ti

Una carta a mi efímero amor por ti.

Todo pasó tan rápido, no sé cómo, pero pasó, una interminable tempestad se llevó de pasó mi psicología, un derroche de emociones, fuertes, débiles, melancólicas, ansiosas, depresivas, amigables, dulces, amargas; sin saber cómo lidiar con ellas, me dejé fluir a su antojo, un interminable amor, que pensamos que siempre estará ahí, dudamos si es lo mejor, pensamos si es lo correcto, apostamos todo, amamos sin esperar algún reconocimiento, quién sabe, pero parece que nada tiene solución en nuestra mente, todo parece triste, todo gris, negro, no hay color, alguien sabe dónde estás?, te me has perdido, y ni siquiera te diste cuenta, tengo un nudo en la garganta que no me deja respirar, tengo lagrimas atoradas dentro de mí, que no tienen fecha de salida ni de expiración, tengo tanto amor que se desborda todo a través de mis sentidos, tengo todo y a la vez nada, quiero recuperarme, reinventarme pero todo parece que el destino de mi vida, dicta un final decadente, no sé porque andamos aquí en este mundo, vagando, y vagando sin respuestas, con un único acompañante…nuestra sombra, nuestros pensamientos, nuestros recuerdos, porque eso es lo único que somos, y cuando nos queremos encontrar, evocamos a nuestros sentimientos más íntimos, a nuestras relaciones de amor, de todo tipo, familiar, amistad, noviazgo, desconocidos, amores inalcanzables, amores alcanzables, rechazo, aceptación, pero todos al fin y al cabo llegan a ser lo que menos queremos, efímeros.

La vida, eso, que todos dicen saber cómo vivirla, como reírla, como disfrutarla, como saber que es bueno y que es malo, que es amor y que no lo es, todos caminando muy a prisa en busca de una felicidad que parece que no se encuentra, y ansiamos toda nuestra vida, tratando de hallarla, muchos tienen éxito al parecer, otros parece que vivimos condenados a no hallarla.

La brisa fría me recuerda que mi cuerpo siente, que está aquí, aunque siempre quiera mi mente estar en otro lado, parece que no le agrada mucho su realidad, y podemos escapar por un momento, minutos, horas, días, años, y así por siempre, porque parece que si se puede escapar, pero es muy cobarde escaparse, de sentir que estás aquí, no importa el objetivo, no importa si tienes una misión, nos hacen creer que la tenemos, y eso es lo que nos encadena, de sentir, de querer vivir, busco la manera de que pueda vivir, sin sentir todo el tiempo que quiera vivir muerto.

Y de repente algo toca de nuevo nuestros sentidos, parece que nos quiere cobijar nuestra existencia, nuestra realidad, nuestra vida de sueños e ilusiones, nuestro corazón anhela curarse, nuestras heridas piden a gritos una oportunidad para sentir el alcohol y curarse, aunque duela al principio, para poder regresar a eso que fuimos un día, ese día en el que nos perdimos y no nos volvimos a encontrar, parece, creo, quiero, deseo, hallarme ese que algún día fui, o que pensaba que podía ser.

Vida te amo tanto, te detesto, te odio, te quiero junto a mí, sufro contigo, lloro contigo, me río de ti, te ríes de mí, que irónica eres conmigo y con los demás, pero así te acepto, así te quiero, así te odiaré, y así te deseo tan perfecta que imperfectas lo mejor de mí, te pido paz para todos, los que sufrimos, y también para los que siguen en el goce de tus frutos, para los que ya se fueron, y se fueron tristes, alegres, con coraje de ti, con ganas de más, así te escribo yo, así te siento yo, y sé que me espera una muerte segura, desde el fondo, te digo, te decimos que vamos a intentar vivirte, cueste lo que cueste, al fin y al cabo nos iremos sin nada, te envío esto como muestra de mi lealtad a tus características, dolorosas, alegres, excitantes, tristes, sin sentido, con sentido, solo para que llames a ese niño perdido, muerto de miedo, con ganas de cariño y amor; dame lo que tengas que darme, que yo te daré todo lo que tengo, al final tu dictas si valió la pena vivirte o no…

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