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DISCURSO DE ORATORIA “LA REVOLUCION MEXICANA”


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2014  •  Ensayos  •  1.446 Palabras (6 Páginas)  •  1.143 Visitas

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comunicación. DISCURSO DE ORATORIA “LA REVOLUCION MEXICANA”

Honorables miembros del presidium que nos acompañan, compañeros alumnos, amigos todos.

“Las revoluciones son azote y son beso, lastiman y acarician, son el amor y el odio en conflicto, son la justicia y la tiranía.”

México como país a generado desde nuestra infancia un culto patriótico a los actos que marcan nuestro presente, la historia oficial nos insta a vivir la revolución, así con palabras mayúsculas se nos dice de su intachable veracidad y se nos obliga a creer que la revolución social existe en México, que aquí alienta, aquí arde con todos sus horrores y todas sus excelsitudes, esta es nuestra pobre herencia.

Quizá la revolución mexicana era inevitable, Porfirio Díaz nacido y crecido en el pueblo fue en su momento aclamado y hasta querido, reestableció la paz interior, levanto el honor nacional, aumento la riqueza e hizo renacer el trabajo, México lo amo a pesar de su vituperable medio de la fuerza.

¿Por qué entonces un hombre que era bueno y bondadoso, generoso y patriota no supo medir los límites de su autoridad? No supo medir hasta donde podía y debía llegar su justificado deseo de hacer gozar a nuestra extenuada patria de los beneficios del orden político y social.

Sus actos predicaron las innumerables incoherencias entre lo que pensó, actuó y promulgo, había peleado por la independencia de la patria y acabo vendiendo el subsuelo a capitalistas extranjeros, lucho por las leyes de reforma y cometió el descaro de no hacer caso de ellas, había vivido para y con el pueblo y ahora este era abandonado y maltratado.

Claro esta que este orden aparente ocultaba la indignación cívica. El pueblo estaba arto e irritado, demandaba justicia social y dignidad, pedía ley dado que sin ley no hay orden verdadero.

La miseria se hizo presente, la tiranía cotidianidad y la esclavitud ejercicio diario, este fue el movimiento del hambriento contra el déspota, del esclavo contra el amo. La revolución no fue la guerra entre caudillos, no la guerra por la ambición del poder, la revolución tuvo su cuna donde la humanidad sufre, fabricas, minas, talleres, haciendas, mas de quince millones de seres humanos no tenían un terrón para reclinar la cabeza.

Señoras y señores esta fue la lucha armada que destruyo un régimen de desigualdad y autoritarismo, sin embargo no siempre se reconoce que la revolución construyo otro régimen de la misma índole.

La dislocación social propicio que la economía se desplomara y el país nuevamente sufriera hambres y epidemias, hecho que llevo a la patria recuperarse hasta los años cuarenta.

Pero si consideramos las oportunidades de crecimiento perdidas, tanto por la contienda armada como por el modelo económico de la revolución podría afirmarse que en realidad todavía no nos hemos recuperado.

El régimen de Díaz fue autoritario, pero acaso ¿La revolución nos ha conducido a un gobierno verdaderamente democrático?

A cien años el que la revolución haya sido inevitable no debería obligarnos a presentarla como un éxito.

Hoy por hoy vivimos la herencia de la revolución, un régimen mas refinado pero igualmente autoritario, menos personalizado y quizá mas estructurado pero igualmente corrupto e injusto.

¿Qué significado tiene entonces la revolución mexicana?

El grito más profundo y ético que lanzo el cambio no fue el de sufragio efectivo y no reelección sino el de tierra y libertad, dignidad y justicia social, este fue y sigue siendo el corazón que justifica el escándalo de nuestra revolución.

La respuesta esta en el aire es relativa y contrapone lo que pudo ser y no fue como una revolución ideal y que quiso ser y hoy es tristemente nuestra revolución mas real.

He dicho.

Cultura emprendedora: La cultura emprendedora está estrechamente ligada a la iniciativa y a la acción. Las personas dotadas de espíritu emprendedor poseen la capacidad de innovar; tienen voluntad de probar cosas nuevas o hacerlas de manera diferente.

La cultura emprendedora consiste en identificar oportunidades y reunir recursos suficientes de naturaleza varia para transformarlos en una empresa. Sin embargo, el que llamamos cultura emprendedora conlleva un aspecto mucho más amplio de actitudes positivas.

La cultura emprendedora supone querer desarrollar capacidades de cambio, experimentar con las ideas propias y reaccionar con mayor apertura y flexibilidad. La cultura emprendedora presenta una doble faceta. Por un lado, la cultura emprendedora supone saber lanzar nuevos proyectos con autonomía, capacidad de asumir riesgo,

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