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Taller de interes compuesto


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2015  •  Trabajos  •  2.559 Palabras (11 Páginas)  •  240 Visitas

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Germán Felipe Correa Castellanos

Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario

Facultad de Jurisprudencia

Evolución del Derecho Administrativo

LOS TRIBUTOS ENTRE 1800 Y 1850 EN COLOMBIA.

El contexto que rodeó el periodo comprendido entre 1800 y 1850 en nuestro país, puede considerarse como fundamental para los años próximos, los cuales nos fortalecerían como estado propiamente dicho.

La independencia colombiana no debe entenderse como un hecho aislado, toda vez que para la fecha, varios pueblos latinoamericanos se encontraban en pleno proceso de  emancipación frente a la corona española. Es por tal razón que este lapso de tiempo debe ser visto como una época de grandes batallas y cambios para los países latinoamericanos, en especial para Colombia, el cual en menos de 50 años paso de estar dependiendo directamente de la corona española a conformar una nación concreta y libre, gracias a las guerras independentistas que sostuvo nuestro ejército.

Lo anterior es necesario para entrar a analizar el tema a desarrollar en el presente ensayo, toda vez que al situarnos en una situación de constantes conflictos y batallas independentistas por parte de nuestros nacionales frente a los españoles, el tema tributario, al igual que muchos otros, fue parte fundamental dentro de las ideologías e intereses sociales por alcanzar la tan anhelada libertad. Debe tenerse en cuenta que el sistema impositivo aplicado por la corona española durante la colonización, y los años posteriores a la misma, son una copia de lo aplicado en España, razón por lo cual el constante incremento de los impuestos por parte de la administración de la época, hizo que el pueblo fuera despertándose paulatinamente de ese letargo en que venía sumido por varios años, generando así revoluciones en contra del régimen español, más aún cuando dichos ingresos tributarios no se veían reflejados en mejorías para los contribuyentes, sino que eran destinados a conquistas territoriales y actividades bélicas por parte de los españoles.

Al generarse un cambio tan drástico a nivel social y administrativo, también es lógico que la economía sufriera alguna modificación, toda vez que se venía de un proceso guerrerista el cual había desencadenado en una nueva República, la cual no contaba con el dinero para auto sostenerse, más aún cuando al momento de la creación de la misma, se suprimieron algunos impuestos, sin tener en cuenta que para lograr el fortalecimiento esperado por parte de los nacionales, se tendrían que realizar unos gastos extras por parte de la administración. Entre aquellas nuevas demandas se pueden resaltar entre las más importantes, la creación de un ejército nacional, para controlar las guerras civiles y la posible reconquista por parte de España, y el financiamiento de ejércitos que fueron a luchar por la independencia de países como Ecuador y Perú.

Hacia el año de 1821 el Congreso de Cúcuta tomo la decisión de eliminar algunas rentas que habían sido implantadas durante la colonia, entre ellas el tributo de indios que consistía en una contribución personal por parte de los indios hacia el rey, por el solo hecho de reconocerle su señoría, lo cual a los ojos del derecho, es un abuso de poder tributario por parte del Estado. Así mismo se abolió el impuesto a los mazamorreros, el cual se cobraba a todas aquellas personas que tenían como labor sacar oro de las orillas de los ríos, lo más inusual era que les cobraban cuatro pesos por cada año, encontraran o no el oro. También se prohibió el cobro a la enajenación de cargos públicos, el cual era un tributo bastante controversial, puesto que los principales cargos administrativos, eran subastados públicamente por parte de la corona española a todas aquellas personas que cumplieran los requisitos mínimos para ostentar dichos oficios, los cuales a decir verdad, no siempre quedaban en cabeza de las personas con más capacidades intelectuales, sino en los que tuvieran mayor poder monetario.

Si bien en los primeros años de la República se trataron de dar ciertos beneficios a los nacionales, eliminando algunos tributos innecesarios y excesivos por parte de la corona española, también se generaron unos nuevos en el terreno fiscal, entre los cuales figura el impuesto a la renta. Respecto de este nuevo tributo las Doctoras Constanza Loreth Fajardo Calderón y Dora Cecilia Suárez Amaya, señalan lo siguiente: “Este nuevo gravamen, creado en 1821 en el Congreso de Cúcuta, tenía dos modalidades. En el caso de los salarios, se trataba de un gravamen levemente progresivo: nulo para rentas inferiores a $150 anuales, de 2% para ingresos de entre $150 y $1.000 y de 3% para rentas superiores. Para los ingresos de capital, el gravamen era de 10% sobre una base que era en la práctica una renta presuntiva, pues equivalía a 5% de los capitales invertidos en la agricultura, la minería y la manufactura (incluidos los terrenos) y a 6% de los invertidos en el comercio.         El gravamen funcionó de forma muy deficiente en ausencia de un catastro que sirviera para determinar, siquiera imperfectamente, el valor de las propiedades. Su producido resultó ser apenas una ínfima porción de lo estimado inicialmente. Fue suspendido temporalmente en 1823, y después de una tentativa de mejorarlo, quedó abolido definitivamente en 1826.”[1] De lo anterior podemos concluir, que durante los primeros años de la Independencia, aún existía cierto cuidado por parte de las administraciones para tratar el tema referente a los tributos, si bien nos encontrábamos en un limbo constitucional, puesto que durante el lapso de 10 años se promulgaron cinco distintas constituciones en Tunja, Antioquia, Mariquita y Cartagena, podría considerarse un aspecto de inestabilidad legislativa y jurídica, más aún cuando los criollos de la época no contaban con la experiencia gubernamental, puesto que nunca hicieron parte de los cargos administrativos, los cuales eran ostentados únicamente por los españoles, lo cual para el momento y viniendo de un cambio tan drástico y esencial puede ser visto de una manera normal y complementaria para llegar a forjar  la República estable que somos hoy en día. Teniendo entonces cinco constituciones distintas, podrían existir varias discrepancias entre unas y otras, sin embargo el tema tributario siempre estuvo presente en todas las constituciones, y facultaron al poder legislativo para que creara y asignara contribuciones que debían ser pagadas por parte del pueblo.

En un principio si bien la administración criolla contaba con el fundamento legal para cobrar cierta clase de tributos, no dejaba de ser complicado realizar dicho recaudo, toda vez que una de las razones principales que generaron la rebelión nacional fue precisamente no tener que pagar impuestos, razón por la cual las ideas y el sustento económico de la nueva República tuvo que variar, buscando financiamiento económico mediante créditos externos, lo cual si bien era un endeudamiento por parte del gobierno de la época, era la solución más factible para evitar un levantamiento por parte del pueblo. Aunque se presentaron las dificultades anteriormente descritas, la idea de edificar un sistema tributario, el cual fuera lo más junto posible, se fue formando conjuntamente con la consolidación de la República.

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