ADIOS A LA COMUNIDAD DE LOCOS

ADIOS A LA COMUNIDAD DE LOCOS

En un centro psiquiátrico una de las primeras cosas que notas es el olor característico de ellos. Este adquiere una fuerza aún mayor al pasar a los pabellones/unidades/pisos donde el corto espacio esta reducido a un camastro, uno a lado de otro, sería mejor si hubiera más espacio entre ellos están apenas separadas por un muro de un poco más de un metro de alto. El ambiente de las enfermeras y los enfermeros es tenso y aburrido, todos monótonos e iguales con su uniforme blanco y siempre con papeles que llenan para que no lo hablen con diagnósticos simples. Las ideas policiacas de los psicólogos son como  un rompecabezas incompleto.

El voluntariado oficial de las trabajadoras sociales están enfocadas en crear lazos disfuncionales, el personal de intendencia que en silencio limpia más el olor nunca desaparece y después de pasar por los enfermeros y enfermeras, por los voluntarios y los de limpieza encontramos a las personas que viven aquí, los que sudan, berrean, hablan, gritan, que sueltan sus emociones, fluidos corporales y fobias todos los espacios psiquiátricos tienen un aroma: huelen a una humanidad intervenida.

Otra cosa que también resulta común es el recibimiento por parte de la gente, nadie pasa desapercibido en estos lugares no es posible entrar a estos lugares si no está medianamente claro el motivo que lo lleva a uno a ahí y te dan un destinatario con los requerimientos de cada paciente de que no hacer y si hacer. Recuerda la experiencia que tuvo con una joven mujer que lo recibió ni bien ni mal, la mujer se le acerco mostrándole el brazo y preguntando si era justo, su brazo estaba moreteado por las inyecciones proporcionadas por los enfermeros, con esa  intervención cayo en la cuenta de que no se trata de uno, de lo que uno piense o no, y de que a propósito hable; no es eso lo que importa. Lo cual no impide que se insista; sin embargo, en ese momento, lo que toma importancia no es el resultado de la investigación a la que están sometidas, sino el magro pensamiento del que insiste, del que se tendría que prescindir. Eso nos muestra en qué estado se encuentra, lo que ella quería era que alguien la escuchara y mostrar su brazo, que alguien viera lo que le ha pasado Estaba interesada en restaurar un mínimo lazo, algo que fuera tomado, que fuera registrado en el Otro; no en lo que pueda pensar otro, un semejante, sino en lo que estaba en ella; convenía que no pasara desapercibida una dificultad en su cuerpo

Ella solo quería mostrar lo que le ha pasado y que los demás pensaran si lo merecía o no, lo cual es dudoso por su condición pero el que haya echo eso para tener un lazo diferente seria tal vez una muestra de cordura

Otros elementos también llaman la atención como en los trabajadores, ellos suelen hablar de su posición en el hospital o de lo que hacen todos los días, de fines políticos o simplemente de ellos y lo que hacen fuera del hospital queriendo mostrar que su vida no es tan aburrida como parece y mostrando su posición. Esto lo podemos ver en la ropa, los enfermeros visten prendas blancas o batas, los de intendencia visten una bata azul o café, es la comunidad de trabajadores, el uniforme muestra lo que son y lo que hacen creando un status de superioridad hacia los más importantes como los enfermeros.

Del lado comunitario en particular las mujeres usan un pants gris o rojo y el propósito de ello es el reconocimiento rápido de lo que son y hacen ahí. Nunca fue tan notable la diferencia en la vestimenta como lo que ocurre en un hospital y si es un psiquiátrico, la diferencia es radical. Nadie se viste con ropa llamada “de calle”, pues el riesgo es que se puedan salir; se dice en el argot institucional, cuando eso llega a ocurrir, “huyó”. Y claro, por supuesto que no ocurre tal. Simplemente, cuando se van vestidas “de civil” –como también se dice–, lo que hacen en tales casos es un acto demostrativo de haber recuperado la cordura: salen del hospital y regresan a casa. Bueno, aunque regresar a casa de donde fueron llevadas al manicomio quizás no sea justamente un acto de cordura. Lo que queda demostrado, a fin de cuentas, es que uno de los elementos que hace una diferencia de grupo es el color.

Aunque el regresar a la casa en donde fue que lo mandaron al hospital seria tal vez porque no tienen a donde más ir y esperan que su familia lo acepte o tal vez su familia lo termine regresando al hospital entonces para ellos se vuelve difícil volver a la sociedad en ocasiones. Si los psiquiátricos son espacios donde queda evidenciado el ejercicio del poder, es por el color. Más allá de toda crítica al discurso de un saber/poder de la psiquiatría y, más aún, de la química y su posibilidad normalizaste lo que se observa es la intervención que la vestimenta y su colorido hacen en los cuerpos que la portan. Estos cuerpos se ven contrastados con los otros uniformados, que resguardan lo colorido de una vestimenta, una corbata, una blusa, el brillo de una media.

Se podría decir que esto es lo que separa al grupo de los trabajadores en general del grupo de los locos además de su forma de actuar aunque no sabríamos si los locos se reconocen o se sienten parte de una comunidad, ¿ Todo lo que son, lo que padecen, lo que han pasado y hacen los vuelven parte de una comunidad?

Eso depende de ellos mismos

También recuerda el sonido de las cacerolas en esa cocina grande que llevan a los pabellones para que los pacientes coman, comida igual para todos,  todos los días. Recuerda como los pacientes gritan, lloran, cantan, hablan, el como pedían cosas a todos y los son idos que hacían siempre hay una ausencia de silencio pero a nadie le importa ya el silencio en el hospital.

Recuerda un viaje que hiso con una paciente llamada Petra,  después de que ella salió, los diferentes lugares a donde fueron y lo que hicieron y Petra mantenía recuerdos de antes de entrar al hospital y los recordaba como si nunca se hubiera ido de su pueblo, tal ves cada paciente tiene recuerdos de lo que hacían o eran antes de ingresar al hospital y al pasar el tiempo no olvidan quienes eras y esperan el volver a sus vidas.

Nos sigue contando que cuando fue a visitarla en otra ocasión recibió puras quejas de ella porque no hacía nada y se la pasaba fumando y comiendo bombones, tal vez ella lo hacía porque vio que podía, porque ahora no le impedirían hacer lo que quisiera, sentirse libre de cierto modo en lo que ella quería hacer y ella no se cambió de ropa ella nunca volvió, seguía siendo una paciente y no tuvieron quejas de ella de nuevo. Algunos pacientes cuando salen ya no saben qué hacer, algunos quieren volver con sus familias y arreglar las cosas pero otros no saben qué hacer, el mundo fuera del hospital ya no es para ellos y no se sienten parte de una sociedad, ese mundo ya no es para ellos y por eso nunca se van o vuelven ya que estando en el hospital se sienten en familia, se sienten parte de algo.

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