Aborto ES AHORA O NUNCA

ES AHORA O NUNCA

“Como católico estoy en contra del aborto; como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”. Valéry Giscard d'Estaing, ex presidente de Francia.

El aborto inducido es la práctica en la cual, se decide interrumpir la gestación de un de un embrión durante el embarazo. En la época contemporánea (a partir del siglo XX) esto ha generado gran controversia en las distintas culturas que conforman una sociedad, sobre todo en aquellas más arraigadas en la moral religiosa y en las que defienden el derecho a la vida.

Hablar de aborto en una república como Colombia, solo genera malestar e indiferencia entre sus ciudadanos, y no es para más, en un país al cual su constitución política lo consagra como ''laico'', el mismo país donde hay más iglesias que colegios, donde hoy por hoy, el aborto sigue siendo un delito, el cual incurre a sanción con privación de la libertad, según consagra el artículo 122 del Código Penal colombiano

¿Se debería legalizar el aborto?, aunque sea difícil de creer, esta pregunta ya ha generado muchos debates (¿los suficientes?) en el congreso colombiano.  En donde ocho proyectos de ley se archivaron por parte de este.

En 2005 se presentó una demanda de inexequibilidad ante la corte constitucional, donde se declara que la total penalización del aborto viola los derechos de las mujeres, por lo tanto, atenta contra la constitución.  Dentro de las razones que se presentaron, se encuentra la problemática de salud pública que presentaba la total prohibición y la incapacidad de la mujer de poder elegir sobre su cuerpo. En 2006, la Corte Constitucional revisó la prohibición total sobre el aborto inducido y decidió legalizar el procedimiento mediante la sentencia C-355 de ese mismo año bajo tres criterios:

• Cuando un médico certifica que la vida o la salud de la mujer están en riesgo
• Cuando el feto presenta una malformación incompatible con la vida extrauterina
• Cuando el embarazo es resultado de violación o incesto, debidamente denunciado.

Esto representó un gran avance para la sociedad Colombia ¿pero es suficiente?

Empecemos desempolvando un poco las cifras, que desde años han estado allí, pero parece que no existiera para las instituciones gubernamentales, según estudios del Guttmacher Institute anualmente se realizan 400.000 abortos inducidos y se registran más de 1'000.000 de embarazos no deseados, se estima que el 44% de los embarazos no planeados en Colombia terminan en un aborto inducido y además cada año mueren más de 90 mujeres como resultado de procedimientos clandestinos que no cumplen con las normas básicas de ejercicio de su función.

Y esto es solo una muestra del sin número de cifras sumamente alarmantes que despiertan un sin sabor para todos los que en medio de nuestro sentido común empezamos a cuestionar si la despenalización parcial que se realizó por medio de la corte constitucional, ha sido, y es suficiente para salvaguardar los derechos y la integridad de las mujeres de nuestra sociedad, y de todos los implicados en medio de esta tremenda problemática social.

Frente a este importante número REAL de abortos anuales en nuestro país tenemos que en el 2008 sólo el 0.08% (322 abortos de más de 400.000) fueron interrupciones voluntarias del embarazo practicadas en centros de salud dado que cumplieron los tres requisitos legales, por tanto, más del 99% de las mujeres se vieron atrapadas entre el gran dilema entre si tener un niño producto de un embarazo no deseado o abortar por medios clandestinos.

Un aborto inducido por fuera de la supervisión médica adecuada puede ser altamente riesgoso para la salud de la embarazada, debido a que se estima que aproximadamente una de cada tres mujeres que se someten a dicha práctica presentan complicaciones después de la intervención como: perforaciones uterinas, retención de restos ovulares, hemorragias, infecciones y por supuesto la continuación de la gestación como consecuencia de procedimientos mal realizados, que tarde o temprano causan daños sumamente importantes en el feto. Y lastimosamente son las mujeres más pobres quienes pagan el precio más alto de la clandestinidad y la ilegalidad de un aborto, ya que son aquellas a quienes no se les brinda la educación sexual adecuada, por lo tanto no hacen uso de métodos anticonceptivos y acceden a realizarse este tipo de procedimientos en cualquier lugar y por cualquier persona que no tenga el adecuado conocimiento, esto ya sea porque al no estar legalizado es mucho más costoso y también porque no se les brinda información de en qué casos es legal o no y en qué lugares puede realizarlo.

"Cada año, el sistema de salud colombiano ofrece tratamiento postaborto a 93,000 mujeres cuyas complicaciones evitables están gastando los escasos recursos médicos" por lo tanto tampoco es justificable el hecho de mantener el aborto como una ilegalidad del estado bajo el argumento de los altos costos que este le representaría al estado, porque siendo ya ilegal representa costos de más de 14 millones de dólares anuales según un estudio titulado "el costo de la atención post aborto y del aborto legal en Colombia", cuando según el mismo estudio "En las instituciones privadas especializadas de primer nivel en donde se utiliza la aspiración manual endouterina  y el aborto con medicamentos, el costo medio de los abortos es de no más de 45 dólares por aborto".

Y con esto no queremos adjudicar la exclusividad del aborto solo a una clase socioeconómica, al contrario, las cifras hablan por sí solas, aproximadamente el 25% del total de mujeres en edad de gestación (sin discriminación de clase social) ha pensado en abortar... y es que pensándolo bien, ¿por qué mejor no devolver a las mujeres el derecho de tener, si ellas quieren, una maternidad segura, libre y totalmente deseada?

Esto, entre otras cosas demuestra que la problemática de salud pública que se buscaba enfrentar mediante la sentencia de la corte constitucional, solo solucionó en parte dicha situación social, debido a que mujeres que antes no podían abortar aun cuando su vida se encontraba en peligro, ya sea porque el embarazo era riesgoso o porque no podían someterse a tratamientos médicos para combatir enfermedades tan graves como el cáncer, ahora lo pueden hacer. Sin embargo, todavía las mujeres siguen sufriendo ya que la parcial despenalización, no ayuda a persuadir a que las mujeres recurran al aborto, sino que las obliga a tomar medidas arriesgadas o para aquellas que tienen la posibilidad de ir a otro país en el cual es permitido y pagarle a un médico privado lo hagan.  Demostrando en este caso la inequidad, siendo las mujeres de bajos recursos las que más sufren.

...