ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Abuso Sexual Infantil


Enviado por   •  17 de Junio de 2015  •  7.842 Palabras (32 Páginas)  •  237 Visitas

Página 1 de 32

Valoración del testimonio en abuso sexual

infantil (A.S.I.)

The testimony assessment on sexual abuse on children.

C. Jiménez Cortés1 y C. Martín Alonso2

1. LAS AGRESIONES SEXUALES Y LOS ABUSOS SEXUALES:

En líneas generales, el abuso sexual consiste en la utilización de un menor para satisfacer

los deseos sexuales, generalmente de un adulto. No obstante, al ser este uno de los temas

actualmente más debatidos en Psicología, ha sido precisamente la variedad de las conceptualizaciones

propuestas por los diferentes autores dedicados al estudio de este área lo que dificulta la

unificación de criterios en cuanto al estudio y a la estimación de la incidencia de las conductas de

abuso, si bien existe unanimidad en la estimación de los daños que estas situaciones ocasionan

en el menor [1].

Según el Código Penal vigente [2], el criterio diferenciador entre abuso y agresión sexual

es el uso de la violencia en las agresiones y el uso de la seducción, la insistencia o el engaño en el

abuso. Siguiendo este criterio, las investigaciones indican que la incidencia general de los casos de

ASI es similar en el ámbito familiar y en el extrafamiliar, si bien parece que en el primero se producen

más abusos y en el segundo más agresiones. En cualquier caso, las investigaciones señalan una

mayor incidencia de los casos de ASI por familiares y personas conocidas [3], sobre los casos de

agresiones sexuales por parte de desconocidos.

En función de lo anteriormente expuesto, quedan más delimitados los conceptos de abuso

sexual y agresión sexual, que pueden ser definidos como:

Abuso sexual: cualquier forma de exposición del menor a estímulos sexuales o utilización

del mismo como estímulo sexual, sin mediar violencia o intimidación. Esta definición abarca desde

la exposición del menor a material pornográfico o proposiciones verbales explícitas hasta el acceso

carnal, que puede incluir la penetración vaginal, oral, anal, digital o caricias.

Agresión sexual: cualquier forma de exposición del menor a estímulos sexuales o utilización

del mismo como estímulo sexual, mediando violencia o intimidación.

Para determinar la existencia del abuso sexual se han utilizado tradicionalmente tres criterios:

• La edad de la víctima (como máximo diecisiete años).

• La edad del agresor, que debe superar entre cinco y diez años a la del menor (cinco años

si la víctima es menor de doce años y diez años de diferencia si la víctima es mayor de

doce). Pese a esto, algunos autores consideran que solo se puede hablar de abuso si la

diferencia de edad es de al menos quince años.

• Empleo de fuerza, presión o engaño. Hay autores que consideran que si se da este criterio

puede hablarse de abuso, independientemente de la edad del agresor, con lo que

se da cabida en esta categoría a los abusos entre iguales.

De aquí se desprende que para que se dé abuso debe existir una relación de desigualdad,

bien por edad, madurez o poder, entre el agresor y la víctima, y la utilización de un menor como

objeto sexual, entendiéndose que la acepción de la expresión "objeto sexual" incluye las interacciones

en las que se utiliza a un menor para la estimulación sexual del agresor o de otras personas [3], ya

que según Cantón y Cortés [4], se parte del supuesto de que un niño no debe implicarse en

actividades sexuales para las que por su estadio evolutivo no comprende ni se encuentra capacitado

para dar su consentimiento.

Gran parte de los abusos sexuales a menores se producen en el ámbito familiar y, aunque

se han llevado a cabo numerosos estudios orientados a delimitar un perfil de las familias incestuosas,

no se ha identificado un modelo único, pero sí una serie de características que con frecuencia

puede observarse en este tipo de familia [5]:

C. Jiménez y C. Martín

84 Cuad Med Forense, 12(43-44), Enero-Abril 2006

Valoración del testimonio en abuso sexual infantil (A.S.I.)

• Familia aglutinada: límites externos cerrados y rígidos y confusión interna de roles.

• Familia cerrada en sí misma: no deja traslucir su problemática interna. No solicita ayuda

ni acepta soluciones ajenas al núcleo familiar (psicólogos, médicos, trabajadores sociales,

etc.). Poco permeable a las influencias externas.

• Socialmente aislada: relaciones sociales escasas y superficiales, pocos recursos sociales.

• Estructura patriarcal rígida (padre rígido y autoritario).

• Madre sometida (en ocasiones con conocimiento y/o consentimiento de la situación).

• Comunicación deficiente entre los miembros de la unidad familiar.

• Consumo de sustancias (alcohol y/o drogas).

No obstante, hay otros rasgos a evaluar, como la actitud excesivamente celosa que con

frecuencia muestra el perpetrador hacia las interacciones extrafamiliares del menor (las relaciones

extrafamiliares de la víctima suponen el riesgo de que las situaciones de abuso trasciendan el ámbito

familiar o el secreto mantenido entre los dos, por lo que supone una pérdida del control sobre la

situación) y la tendencia a considerar la familia como su propiedad. Por otra parte, una vez efectuada

la denuncia, el perpetrador puede adoptar una actitud de aparente indiferencia hacia la misma y

negar los hechos. Con frecuencia, estos sujetos carecen de sentimientos de culpa merced a un

mecanismo de distorsión cognitiva que, al justificar su conducta, neutraliza las cogniciones

autoinculpatorias (p.e. "a los niños les gusta", "para que aprenda", "no le hace mal", "es un

juego", "la culpa es suya", etc.), evitando así el malestar que podría desencadenar en ellos la

conciencia de estos actos, por lo que no se esperan reacciones autoinculpatorias en estos

agresores sexuales.

Otro aspecto a tener en cuenta es el hecho de que estas conductas no suelen ir ligadas a

trastorno mental, lo que supone un obstáculo para la identificación del agresor. No obstante, se

detecta en muchos agresores rasgos como un acusado egocentrismo, tendencia a adaptar la realidad

a las propias necesidades, ausencia de empatía, etc., obteniéndose de esta manera un perfil

que únicamente tiene un carácter aproximativo, ya que los rasgos que suelen detectarse en

estos sujetos no son privativos de este tipo de delito

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (55 Kb)
Leer 31 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com