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Bullyng En Niños De Preescolar


Enviado por   •  13 de Enero de 2015  •  2.927 Palabras (12 Páginas)  •  308 Visitas

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BULLYNG EN NIÑOS DE PREESCOLAR

INTRODUCCION

La violencia escolar es cualquier tipo de violencia que se da en contextos escolares. Dentro de ella hay un tipo de violencia muy preocupante en nuestros días (bullyng) el cual puede ir dirigida a alumnos y/o profesores.

Estos actos tienen lugar en instalaciones escolares (aula, patio, lavamanos, baños, etc.) en los alrededores de las instituciones y en las actividades extraescolares.

Cada día vemos más reportajes sobre la violencia en la calle, el colegio o las casas, entre niños en la etapa preescolar, adolescentes universitarios o adultos. Hemos visto un incremento del comportamiento violento y agresivo entre los niños y niñas que hasta hace unos años atrás era impensable. Las noticias nos muestran como los niños se suicidan debido a una depresión, porque los molestan y agreden en el colegio.

Sin embargo debemos diferenciar la violencia de bullyng ya que no son sinónimos; llamamos violencia escolar a cualquier acción u omisión intencionada que, en la escuela, alrededores de la escuela o actividades extraescolares, daña o puede dañar a terceros. Estos terceros pueden ser cosas.

Si la violencia escolar es entre personas puede tomar 3 modalidades principales:

1. Del profesor contra el alumno.

2. Del alumno contra el profesor.

3. Violencia entre compañeros: la mayor parte de la violencia entre compañeros es ocasional.

El problema mayor aparece cuando la violencia escolar entre compañeros degenera en Acoso Escolar o Bullying.

La educación como el ambiente donde nuestros alumnos adquieren sus conocimientos son un eje fundamental para su formación como seres humanos; en la actualidad en las aulas académicas estamos evidenciado un hecho que afecta tanto a los jóvenes de corta como de mediana edad que es el bullying , el cual sucede cuando una persona es sometida, de forma repetida y constante a lo largo del tiempo, a agresiones que puede ser tanto físicas como psicológicas por parte de otra o más personas.; demostrando una inequidad en el poder.

Este es un comportamiento aprendido, es decir, se puede prevenir o “desaprender”. Estas situaciones de acoso, no solo están siendo observadas en los colegios, sino también en los jardines infantiles o preescolares. La forma en que se agreden con mayor frecuencia es de manera física que emocional (como rumores, “ley del hielo”, ridiculizar ante otros, etc.). Los niños preescolares aun no manejan los conceptos de agresión emocional, lo cual los hace ser físicamente violentos cuando quieren mostrar que tiene control sobre otro.

El matoneo es un conflicto social, donde el que posee mayor poder lo usa con el fin de desestabilizar al otro con el fin de humillarlo logrando generar un sentimiento de impotencia y dificultad para defenderse. Este conflicto hasta hace un tiempo solo se presentaba en la escuela o los patios de recreo, sin embargo actualmente suele presentarse tanto en los diferentes recintos de educación, empresas o hasta en las redes sociales. Los niños que fomentan bullying o matoneo preescolar, generalmente crecen en un ambiente en el cual la violencia es tolerada, tomando este concepto como ejemplo a seguir. Los “bullies” pueden recurrir a estas acciones para llamar la atención, formar parte de un grupo o para esconder sus propios miedos. Muchas veces el agresor ha sido víctima, y toma una posición violenta para prevenir que le hagan más daño

Las primeras etapas de este fenómeno se evidencian en la época preescolar, siendo esta una etapa crucial para fomentar en nuestros hijos una adecuada formación de los valores y sobre todo del respeto hacia los demás; ya que si no educamos de forma correcta al niño, es muy difícil poder corregir al hombre. El Bullying es un fenómeno cada vez más frecuente. La mayoría de los casos ocurren en adolescentes que cursan la secundaria y el bachillerato, pero que hay acerca de los niños preescolares.

Para muchos niños, la primera oportunidad de una interacción extendida con sus pares se da en el preescolar y en el jardín de infantes. Las experiencias durante los primeros años de la infancia son importantes ladrillos para ayudar a los niños a desarrollar habilidades que les permitan formar amistades sanas y aprender a reducir las conductas agresivas como los actos de molestia e intimidación (Hanish, Kochenderfer-Ladd, Fabes, Martin, & Denning, 2004).

El acoso, la intimidación, el abuso y la agresión han existido desde siempre entre niños y jóvenes en medios escolares, sin embargo, no es hasta hace 20 años que Dan Olweus inicio el estudio de este fenómeno en niños a nivel prescolar (Leiva, 2007). La intimidación actualmente llamada bullying, ha tenido un despunte inimaginable alrededor del mundo. Las investigaciones respecto a este fenómeno se han centrado en niños de nivel escolar pero son pocos los estudios que existen a nivel preescolar tal vez debido a la difícil metodología que estas investigaciones conllevan sobre todo para la recolección de información válida.

El bullying se define como la serie de actos agresivos en sus diversas formas que ocurren en niños y niñas, que son intencionales, sin motivación evidente, repetitiva a lo largo del tiempo y que son adoptadas por uno o más niños contra uno u otros niños (Olweus, 1978). Y aun cuando una de sus características esenciales es un desequilibrio de poder entre el agresor y el agredido a favor del primero, este no siempre se refiere a poder físico, sino a un poder psicológico que hace posible la intimidación (Ortega y Monks, 2005). Se ha sugerido que en niños a nivel preescolar no se cumplen todas las características mencionadas en la definición de bullying (Bjorkqvist, Lagerspetsz, Kaukiainen, 1992), de acuerdo al grupo CIDEP (Centro de investigaciones del desarrollo psiconeurológico) generalmente los actos agresivos en esta edad carecen de intencionalidad, y en algunas ocasiones las agresiones no siguen en el tiempo ya que en estos pequeños debe haber una estimulación externa para que la agresión se repita, y aun cuando a los mismos niños se les cuestionaba acerca de las atribuciones físicas del agresor y la víctima, no existía una correlación significativa con ser más o menos fuertes físicamente, ni en general, ni de rol a rol, se describen más como “normales” y además los docentes consideran a las víctimas con mayores atribuciones físicas que los agresores lo que contrasta con las investigaciones en menores de mayor edad en la que siempre es una relación de “David y Goliat” (Díaz-Aguado, 2005; Alsaker y Gutzwiller-Helfenfinger, 2006).

En muchas investigaciones se ha encontrado que la

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