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Inlfuencia Del Leer I Escribir En Los Ninos De Preescolar


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2013  •  1.677 Palabras (7 Páginas)  •  313 Visitas

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El espacio de la lectura y la escritura

en la educación preescolar*

Emilia Ferreiro

Los debates acerca del momento en que debe comenzar la enseñanza de la lectura y la escritura

parecen eternos. La pregunta “¿se debe o no enseñar a leer y escribir en jardín de niños?”

es una pregunta reiterada e insistente. Yo he sostenido, y sigo sosteniendo, que es una pregunta

malinterpretada, que no puede responderse por la afirmativa ni por la negativa, antes de

discutir las presuposiciones en que se basa.

Esta pregunta, así planteada, tiene una suposición de base: son los adultos quienes deciden

cuándo y cómo se va a iniciar ese aprendizaje.

Cuando se responde a esa pregunta por la negativa, y se decide que sólo en la primaria se

debe enseñar a leer y escribir, vemos a los salones de preescolar sufrir un meticuloso proceso

de limpieza, hasta hacer desaparecer toda traza de lengua escrita. La identificación de los

lugares destinados a cada niño se hace mediante dibujos, para no dejar ver al niño la forma de

su nombre escrito. Los lápices se usan sólo para dibujar, pero nunca para escribir. Puede ser

que –por descuido– quede un calendario suspendido en la pared y que –también por descuido–

la maestra escriba sus reportes delante de los niños en lugar de hacerlo durante el recreo,

casi a escondidas.

A veces la maestra cuenta cuentos, pero nunca lee en voz alta. Prohibido leer. Prohibido

escribir. La escritura, que tiene su lugar en el mundo urbano circundante, deja de tenerlo en el

salón de clase. Los adultos alfabetizados (incluidas las maestras o profesoras) se abstienen

cuidadosamente de mostrar a los niños que saben leer y escribir. Situación por demás extraña:

los niños imaginan que su profesora sabe leer y escribir, pero no la han visto hacer eso en el

salón.

Por el contrario, cuando se responde afirmativamente a esa pregunta, y se decide iniciar el

aprendizaje de la lectura y la escritura antes de la primaria, vemos al salón de jardín de niños

asemejarse notablemente al de primer año, y a la práctica docente modelarse sobre las más

* En Alfabetización, teoría y práctica, 4a ed., México, Siglo XXI, 2001, pp. 118-122.

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tradicionales prácticas de la primaria: ejercicios de control motriz y discriminación perceptiva,

reconocimiento y copia de letras, sílabas o palabras, repeticiones a coro... y ningún uso funcional

de la lengua escrita.

La pregunta “¿se debe o no se debe enseñar a leer y escribir en el jardín de niños?” está

mal planteada, porque tanto la respuesta negativa como la positiva se apoyan en una presuposición

que nadie discute: se supone que el acceso a la lengua escrita comienza el día y hora

que los adultos deciden. Esta ilusión pedagógica puede mantenerse porque los niños aprenden

tanto a hacer como si nada supieran (aunque sepan), como a mostrar diligentemente que

aprenden a través del método elegido. Pero, además, hay otra suposición detrás de esa pregunta:

los niños sólo aprenden cuando se les enseña (según la manera más escolar de “enseñar”).

Ambas presuposiciones son falsas.

Los niños inician su aprendizaje del sistema de escritura en los más variados contextos,

porque la escritura forma parte del paisaje urbano, y la vida urbana solicita continuamente el uso

de la lectura. Los niños urbanos de cinco años generalmente ya saben distinguir entre escribir y

dibujar; dentro del complejo conjunto de representaciones gráficas presentes en su medio, son

capaces de diferenciar entre lo que es dibujo y lo que es “otra cosa”. Que a ese conjunto de

formas que tienen en común el no ser dibujo, lo llamen “letras” o “números” no es lo crucial a esa

edad. Más importante es saber que esas marcas son para una actividad específica que es

leer, y que resultan de otra actividad también específica que es escribir.

La indagación sobre la naturaleza y función de esas marcas empieza en contextos reales,

en los que se recibe la más variada información (pertinente y poco pertinente; fácil de comprender

o imposible de asimilar). Los niños trabajan cognitivamente (es decir, tratan de comprender)

desde muy temprana edad informaciones de distinta procedencia:

a) La información que reciben de los textos mismos, en sus contextos de aparición (libros

y periódicos, pero también carteles callejeros, envases de juguetes o alimentos,

prendas de vestir, TV, etcétera).

b) Información específica destinada a ellos, como cuando alguien les lee un cuento, les

dice que tal o cual forma es una letra o un número, les escribe su nombre o responde

a sus preguntas.

c) Información obtenida a través de su participación en actos sociales donde está

involucrado el leer o escribir. Este último tipo de información es el más pertinente para

comprender las funciones sociales de la escritura. Veamos algunos ejemplos:

• Alguien consulta el periódico para saber la hora y el lugar de algún espectáculo;

indirectamente y sin pretender hacerlo, está informando al niño acerca de una de

las funciones primordiales de la escritura en el mundo contemporáneo: la escritura

sirve para transmitir información.

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• Alguien consulta una agenda para llamar por teléfono a otra persona; indirectamente

se informa de otra de las funciones esenciales de la escritura: la escritura

sirve para expandir la memoria, y leyendo se puede recuperar una información

olvidada.

• Se recibe una carta de un familiar, se lee y se comenta; indirectamente, y sin pretenderlo,

se informa al niño que la

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