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NORMAS PARA UNA CONPRENCION DE TRABAJO


Enviado por   •  18 de Marzo de 2013  •  13.376 Palabras (54 Páginas)  •  396 Visitas

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ELEMENTOS PARA UNA COMPRENSIÓN HISTÓRICA-EVOLUTIVA DE LA PSICOLOGÍA

Dr. José Gengler L.

INTRODUCCIÓN:

¿Para qué una comprensión histórica?

En el mundo de hoy, intensamente enfocado en la técnica en sí y en el hacer mismo, parece a veces una pérdida de tiempo estudiar la historia de una disciplina, generalmente reservada a los historiadores e intelectuales diversos del género en cuestión. Aparece un deseo presuroso de ir a la práctica lo antes posible, desdeñando algunas temáticas básicas usualmente calificadas como áridas. Y entonces surge la pregunta de para qué interioridades de acontecimientos cronológicos que por lo demás ocurrieron en otra época, con otras visiones de vida, bajo otras circunstancias muy diferentes a las de tiempos actuales. De ahí es fácil derivar hacia un cuestionamiento más profundo en relación a la relevancia del eventual aporte de aquellos momentos, tan distintos de los actuales.

Para responder a esta pregunta, existen varias respuestas, como por ejemplo, no considerar los acontecimientos del pasado tan distintos a lo que está ocurriendo ahora, a modo de establecer una suerte de semejanza, que podría incluso emplearse para predecir el futuro. En todo caso, ello sólo sería una variación de la importancia que se le otorga a un matiz determinado; en este caso, el de la semejanza en desmedro de la diferencia.

En lo que sigue, intentaremos dar respuesta, primero en general, y luego señalando una importancia particular que la historia tiene en relación a la psicología.

Entonces podemos decir que en general, una comprensión evolutiva de una disciplina, permite lograr una ubicación temporo-espacial satisfactoria en relación a ella, difícilmente lograble por otros medios. Así, ante cualquier tema polémico, es muy útil saber las raíces cronológicas de cada opinión, lo cual, evita redescubrir la rueda y discusiones bizantinas o defensas inflexibles de un determinado punto de vista.

Por otro lado, en el caso particular de la psicología, la historia tiene un aporte cuya importancia no se puede sobrestimar. Como detallaremos a continuación, una comprensión satisfactoria del objeto de estudio de esta ciencia se empobrece notablemente, si no se dispone de algunas nociones esquemáticas en cuanto a su desarrollo. En el presente escrito, se intenta ofrecer este esquema evolutivo cronológico. Pero primero veamos por qué la historia aparece tan caprichosamente fundamental para definir el objeto de estudio de esta ciencia.

¿Qué es una ciencia?

Para que una ciencia determinada pueda legítimamente autodenominarse como tal, es necesario que cumpla con dos condiciones a saber:

Que se distinga por su método de estudio, que en este caso debe ser el llamado método científico, que por ahora podríamos considerarlo muy resumidamente como laverificación experimental de una hipótesis. Una hipótesis, es esencialmente, cualquier conjetura acerca de la realidad, que aún no ha sido satisfactoriamente verificada.

Que tenga un objeto de estudio propio, que se distingue claramente de los objetos de estudio de las demás disciplinas.

Obviamente, estos dos requisitos sólo tienen existencia ideal, ya que en la práctica los objetos de estudio no tienen tal delimitación nítida, de modo que en ciertos aspectos se confunden, y por otro lado, el método científico también varía en cuanto a los matices que enfatiza de sí mismo, condicionado por las limitaciones y peculiaridades de cada ciencia en particular.

Delimitación del objeto de estudio de una ciencia:

En la mayoría de las llamadas ciencias duras (física, biología, matemáticas, anatomía, fisiología, etc.), el objeto se define simplemente mediante una definición clásica, es decir, mediante un sujeto y un predicado. Así, la biología por ejemplo, puede definirse como el estudio científico de la vida. Queda claro su método y su objeto en una definición simple como esta.

Pero en las ciencias humanas y sociales, tanto la definición precisa del objeto como los matices que se enfatizan en el método resulta más difícil. Por eso profundizaremos un poco acerca del modo mediante el cual suelen definirse los objetos de estudio en general.

¿Qué es un objeto de estudio?

Un objeto es nada más ni nada menos que aquello que está delante de mí o ante mí. No hay misterio alguno en ello. Más bien, se trata de una cierta operación o postura ante lo que se estudia. Cuando en las ciencias se estudia este tema, se suele enfatizar la objetivación de aquello que se está intentando estudiar. Esto quiere decir que se intenta hacer todo lo posible en la ciencia ortodoxa por poner ante sí lo que se pretende estudiar, llegando incluso al empleo de artimañas complicadas. Esta inocente frase, encierra una pretensión de por sí imposible: la de eliminar todo componente subjetivo proveniente de parte del científico, que podría disminuir la objetivación de la realidad. Como veremos más adelante, tal eliminación es imposible de ser realizada por completo; incluso es posible cuestionar, sobre todo en el contexto de las ciencias humanas, la necesidad de una objetivación tan extrema, ya que en ellas, la subjetividad del científico opera innegablemente como tal, y también puede llegar a constituirse en un aporte, lo cual, rara vez ocurre en el contexto de las ciencias duras.

Pero para no alargar la exposición de este tema, digamos resumidamente que el objeto de estudio es simplemente lo que está ante la persona que estudia.

Tipos de objeto:

El hombre, tal como se presenta en la realidad, puede ser estudiado por múltiples ciencias, las cuales llegarán a destilar mediante diversas aproximaciones, varias verdades diferentes en cuanto a él. Pero si el hombre como ser existente es el mismo en esencia, ¿porqué esto es así? ¿porqué se llega a una diversidad de verdades si el objeto aparentemente es el mismo?

Es para dar respuesta a estas interrogantes, que se han clasificado los objetos en objetos materiales y en objetos formales.

Veamos entonces en qué se distinguen estos dos:

El objeto formal es aquello que específicamente, ya sea por definición o por reflexión se estudia. Es decir, es aquel objeto que es objeto de definición. Así, es el objeto formal el que se intenta definir formalmente.

El objeto material es aquello que es de hecho tratado, pero no de manera formal.

Esto parece ser más una ensalada de palabras que una distinción útil y nítida. Pero tal vez con un ejemplo, quede más claro lo que distingue uno de otro. Notemos en primer lugar, que esta diferenciación es de carácter lógico, es decir, el objeto formal es una abstracción del objeto material.

Supongamos

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