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Reclutamiento


Enviado por   •  9 de Octubre de 2012  •  1.761 Palabras (8 Páginas)  •  304 Visitas

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El caso de las mentiras en la entrevista

Hace ya varios años recibi informacion de una gran amigo al que llamaré Juan, me dijo que había acudido a una entrevista de trabajo, pero que no tenía el perfil requerido por el puesto. Juan se lamentaba por los beneficios que se le habían ido de las manos por no cumplir con el perfil. Poco después Juan me comentó que había ido a otra compañía a ofrecer sus servicios y que en esta ocasión si había tenido éxito. Cuando le pregunté de qué se trataba el trabajo me explicó que tendría que administrar una plataforma IBM así como operar parcialmente la base de datos y desarrollar algunos scripts para obtener información de la misma. Me pareció extraño que Juan hubiera sido aceptado para ese puesto porque yo lo conocía y sabía que el no tenía esa experiencia, entonces le pregunté “oye, y ¿sabes hacer todo eso?” y el me contestó “no, de hecho estoy un poco preocupado. No sé como vayan a reaccionar cuando se enteren que les eché mentiras en la entrevista…”

Juan tenía un grave problema de ética, pero el problema mayor radicaba en aquellos que lo seleccionaron para ingresar a la compañía sin comprobar de alguna forma que el candidato tuviera las habilidades necesarias para desempeñar su puesto. Necesitamos ser muy cautelosos al entrevistar personal, sin caer en el extremo de ser groseros con el mismo. Por cierto, Juan entró a trabajar en aquella compañía y lo despidieron en dos semanas, después de ese fracaso no acumuló mucho currículum en otras compañías formales de la zona.

El caso de las promesas incumplidas

A manera personal apliqué hace mucho tiempo, por tal motivo creo que sustento cada accion en mi diario vivir, para todos los colaboradores de nuestra empresa fortalecer su bienestar, bueno, para ingresar a trabajar en una empresa y fui seleccionado como un candidato factible. En el paquete de prestaciones me prometieron que me darían un bono anual equivalente al 10% de mi sueldo anual liquidable en el mes de noviembre de cada año. Hice mis cuentas e incluí este bono como uno de los ingresos fijos anuales y dado que me convenía, decidí aceptar la oferta y cambiarme de trabajo. Poco antes de ingresar a la compañía me llamaron para firmar un acuerdo de contratación, así que fui y cuando llegué el reclutador dijo que sólo se trataba de un formalismo y que lo que decía el acuerdo era exactamente lo que habíamos discutido antes.

El reclutador se mostró muy hablador mientras yo revisaba los papeles, así que no puse toda mi atención en lo que estaba a punto de firmar. Finalmente firmé y me retiré. Llegó mi primer día de trabajo y acudí a la empresa donde por un lapso de tres meses hice mis mejores esfuerzos por sobresalir y cumplir mi parte del trato. En ese momento llegó el tiempo de la liquidación de bonos y me surgió la duda de si me pagarían un proporcional de aquel bono y fue cuando el gerente de recursos humanos me visitó y me pidió hablar aparte. En su mano traía algunos papeles y enseñándomelos me preguntó ‘¿este es el documento que firmaste tú hace unos meses?”, yo asentí y entonces me dijo “éste es tu contrato y si revisas bien, en este documento no aparece un bono anual”. Yo le expliqué lo que había ocurrido y me dijo que no podía hacer nada al respecto.

Fue un error de mi parte haber firmado el documento dejándome distraer por aquel reclutador con poca ética, sin embargo una compañía debe cuidar estos detalles ya que impactan directamente en la credibilidad general de la compañía y de sus empleados. Algunos reclutadores son meros vendedores (sin menospreciar la valiosa labor de éstos) que buscan una comisión por el trato pactado, pero tanto en el caso de los reclutadores como de los vendedores debe haber ética para no comprometer a la compañía a ofrecer lo que no están dispuestos a cumplir. Por cierto, me enteré de que el reclutador que me contrató creó una base de datos con información de nuestros empleados, renunció y se la llevó. Poco tiempo después cada persona que laboraba en mi departamento recibió una llamada de este reclutador invitándolos a dejar nuestra compañía para ingresar a otra.

Las referencias laborales ignoradas

Un miembro problemático de mi equipo al que llamaré Pedro había estado criticando la forma en que administrábamos la organización y “la gota que derramó el vaso” fue su actitud visiblemente grosera durante una reunión de departamento. Terminando nuestra junta le pedí un momento a solas para conversar sobre su actitud y el me comentó todo lo que pensaba.

Pocos días después me reuní con gerentes y directores del departamento porque se estaba presentando una dificultad financiera y necesitábamos dar de baja a un miembro del equipo. Después de revisar el desempeño de cada uno de los miembros determinamos que quien tenía el desempeño mas bajo era Pedro. Llegado el día dimos de baja a Pedro y dejó de ser un problema.

Poco después una reclutadora de nuestra empresa me contactó para preguntarme si Pedro había trabajado conmigo ya que necesitaba referencias para llenar una posición para la que Pedro parecía bien calificado. Yo le comenté acerca de su desempeño y de su actitud y dejé que la reclutadora tomara la mejor decisión, ella se mostró decepcionada al escucharme ya que pensaba

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