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Sigmun Freud


Enviado por   •  20 de Diciembre de 2013  •  8.688 Palabras (35 Páginas)  •  317 Visitas

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(A) PSICOANÁLISIS

Psicoanálisis es el nombre: 1º. De un método para la investigación de procesos anímicos capaces inaccesibles de otro modo. 2º. De un método terapéutico de perturbaciones neuróticas basado en tal investigación; y 3º. De una serie de conocimientos psicológicos así adquiridos, que van constituyendo paulatinamente una nueva disciplina científica.

(1) Historia. -Como mejor puede llegarse a la comprensión del psicoanálisis es siguiendo la trayectoria de su génesis y su evolución. En los años 1880 y 1881, el doctor José Breuer, de Viena, conocido como médico internista y perito en Fisiología experimental, tuvo sometida a tratamiento a una muchacha que había enfermado gravemente de histeria en ocasión de hallarse prestando su asistencia a su padre durante una larga y penosa dolencia. El cuadro patológico se componía de parálisis motoras, inhibiciones y trastornos de la conciencia. Siguiendo una indicación de la propia enferma, muy inteligente, empleó con ella el hipnotismo, y comprobó que una vez que la sujeto comunicaba durante la hipnosis los efectos y las ideas que la dominaban, volvía al estado psíquico normal. Por medio de la repetición consecuente del mismo trabajoso procedimiento, consiguió libertarla de todas sus inhibiciones y parálisis, hallando así recompensado su trabajo por un gran éxito terapéutico y por descubrimientos inesperados sobre la esencia de la enigmática neurosis. Pero Breuer se abstuvo de llevar más allá su descubrimiento, e incluso lo silenció durante casi diez años, hasta que, a mi retorno a Viena (1886), después de seguir un curso en la clínica de Charcot, conseguí moverle a volver al tema y a laborar conmigo sobre él. Luego, en 1893, publicamos, en colaboración, una comunicación provisional, titulada Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos, y en 1895 un libro, Estudios sobre la histeria, en el que dimos a nuestra terapia el nombre de «método catártico» (4.ª edición en 1922).

(2) La catarsis. -De las investigaciones que constituían la base de los estudios de Breuer y míos se deducían, ante todo, dos resultados: primero, que los síntomas histéricos entrañan un sentido y una significación, siendo sustitutivos de actos psíquicos normales; y segundo, que el descubrimiento de tal sentido incógnito coincide con la supresión de los síntomas, confundiéndose así, en este sector, la investigación científica con la terapia. Las observaciones habían sido hechas en una serie de enfermos tratados con la primera paciente de Breuer, o sea por medio del hipnotismo, y los resultados parecían excelentes hasta que más adelante se hizo patente su lado débil. Las hipótesis teóricas que Breuer y yo edificamos por entonces estaban influidas por las teorías de Charcot sobre la histeria traumática y podían apoyarse en los desarrollos de su discípulo P. Janet, los cuales, aunque publicados antes que nuestros Estudios, eran cronológicamente posteriores al caso primero de Breuer. En aquellas nuestras hipótesis apareció desde un principio, en primer término, el factor afectivo; los síntomas histéricos deberían su génesis al hecho de que un proceso psíquico cargado de intenso afecto viera impedida en algún modo su descarga por el camino normal conducente a la conciencia y hasta la motilidad, a consecuencia de lo cual el afecto así represado tomaba caminos indebidos y hallaba una derivación en la inervación somática (conversión). A las ocasiones en las que nacían tales representaciones patógenas les dimos Breuer y yo el nombre de traumas psíquicos, y como pertenecían muchas veces a tiempos muy pretéritos, pudimos decir que los histéricos sufrían predominantemente de reminiscencias. La catarsis era entonces llevada a cabo en el tratamiento por medio de la apertura del camino conducente a la conciencia y a la descarga normal del afecto. La hipótesis de la existencia de procesos psíquicos inconscientes era, como se ve, parte imprescindible de nuestra teoría. También Janet había laborado con actos psíquicos inconscientes; pero, según actuó en polémicas ulteriores contra el psicoanálisis, ello no era para él más que una expresión auxiliar, une manière de parler, con la que no pretendía indicar nuevos conocimientos.

En una parte teórica de nuestros Estudios, Breuer comunicó algunas ideas especulativas sobre los procesos de excitación en lo psíquico, que han marcado una orientación a investigaciones futuras, aún no debidamente practicadas. Con ellas puso fin a sus aportaciones a este sector científico, pues al poco tiempo abandonó nuestra colaboración.

(3) El paso al psicoanálisis. -Ya en los Estudios se iniciaban diferencias entre la manera de ver de Breuer y la mía. Breuer suponía que las representaciones patógenas ejercían acción traumática porque habían nacido en estados hipnoides, en los cuales la función anímica sucumbe a ciertas restricciones. En cambio, yo rechazaba tal explicación, y creía reconocer que una representación se hace patógena cuando su contenido repugna a las tendencias dominantes de la vida anímica, provocando así la defensa del individuo (Janet había atribuido a los histéricos una incapacidad constitucional para la síntesis de sus contenidos psíquicos; en este lugar se separaba de su camino el de Breuer y el mío). También las dos innovaciones, con las que yo abandoné a poco el terreno de la catarsis, constaban ya mencionadas en los Estudios. Una vez terminada mi colaboración con Breuer, constituyeron el punto de partida de nuevos desarrollos.

(4) Renuncia a la hipnosis. -Una de tales innovaciones se basaba en una experiencia práctica y conducía a una modificación de la técnica, la otra consistía en un adelanto en el conocimiento clínico de la neurosis. Se demostró en seguida que las esperanzas terapéuticas fundadas en el tratamiento catártico, con ayuda de la hipnosis, no llegaban, en cierto modo, a cumplirse. La desaparición de los síntomas iba, desde luego, paralela a la catarsis; pero el resultado total se mostraba, sin embargo, totalmente dependiente de la relación del paciente con el médico, conduciéndose así como un resultado de la sugestión y cuando tal relación se rompía, emergían de nuevo todos los síntomas, como si no hubieran hallado solución alguna. A ello se añadía que el corto número de personas susceptibles de ser sumidas en profunda hipnosis traía consigo una limitación muy sensible, desde el punto de vista médico, en la aplicación del método catártico. Por todas estas razones, hube de decidirme a prescindir del hipnotismo, si bien ciertas impresiones experimentadas durante su aplicación me procuraron los medios de sustituirlo.

(5) La asociación libre. -El estado hipnótico había producido en el paciente una tal ampliación

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