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Cristologia. Testimonio y Experiencia de Jesús


Enviado por   •  27 de Enero de 2023  •  Ensayos  •  1.712 Palabras (7 Páginas)  •  54 Visitas

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Testimonio y Experiencia sobre Jesús

Alexa García Chamorro

Universidad Pontificia Bolivariana

Cristología

Mg. Nicolás Castaño Uribe

4 de Septiembre de 2022

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Testimonio y Experiencia de Jesús

¿Quién es Jesús? ¿Se presenta realmente como nos lo han enseñado durante el paso de las generaciones?

Si bien la fe se basa en creer sin necesidad alguna de hechos que hayan sido 100% confirmados con anterioridad, es importante comprender la historia de aquella persona que dio su vida por la humanidad.

En nuestro contexto latinoamericano cristiano, se nos ha enseñado a ser obedientes, a ser personas de bien y complacer a los demás con nuestras acciones, pero ¿De dónde adquirimos esta necesidad de ser perfectos? ¿No es la imperfección aquella cualidad inherente a nosotros que denota precisamente nuestra condición humana? Pues bien, como se nos menciona en el texto Cristología para empezar de José Ramón Busto Saíz, esta es una falacia en la que vivimos diariamente, pues el pecado no es lo que nos hace más humanos, sino que por el contario es lo que nos aleja de la perfección humana, cuya mejor representación es Jesús.

Jesús lejos de ser una divinidad, algo etéreo e inalcanzable, es más bien alguien como todos nosotros, con capacidades y necesidades entregadas por la corporeidad, y como es el mismo Dios quien está encarnado en Jesús, a su imagen y semejanza, es entonces Dios quien posee estas cualidades también. Jesús como ser humano, mientras estaba vivo terrenalmente, buscó siempre cumplir la voluntad de su padre, y durante ese trayecto forjó una imagen de sí mismo en los que lo rodeaban, aquellos que eran sus discípulos pudieron experimentar en carne propia su existencia, por lo que tienen una percepción diferente de la persona de Jesús.

 Un ejemplo claro de esto son las personas de Israel, quienes describieron a Cristo como un ser que ama incondicionalmente, que entiende su condición desde que él mismo la vive presencialmente y que les da una esperanza, Jesús se presenta ante su pueblo como una promesa; Esto nos lo afirma Ratzinger (2007) “Ahora, precisamente en su pobreza, Israel se siente cercano a Dios; reconoce que precisamente los pobres, en su humildad, están cerca del corazón de Dios, al contrario de los ricos con su arrogancia, que sólo confían en sí mismos” (p.96).

Los contemporáneos de Jesús vivieron bajo la premisa de la tierra prometida, que no se refería exclusivamente a una porción de tierra, sino que también significaba la libertad en Dios y su amor sin límites, amor que entrega sin discriminación.

Otra forma en la que es posible entender cómo era percibido Jesús por las personas que habitaron el mismo espacio y tiempo que él, es leyendo los escritos de Pablo, que fue un discípulo suyo

Jesús es entonces un hombre que busca la salvación de las personas y no busca ningún tipo de idolatría, sino que se pone hombro a hombro con nosotros y nos enseña el camino que debemos seguir para lograr la plenitud con Dios, Dios que da su amor a todos por igual, sin importar que, porque gracias a Jesús hemos recibido ese beneficio del perdón de todos nuestros pecados y nuestro deber es pues corresponder ese amor que se nos brinda.

En los evangelios la imagen de Jesús se va construyendo a través de la recolección de diferentes textos del pasado y opiniones de las demás personas y apóstoles cercanos a Jesús.

Incluso en estos escritos de la biblia se demuestra la grandeza y la humildad de Jesús, pues dan cuenta de que sus acciones no son egoístas, y no son para alimentar una falsa imagen de un todopoderoso sádico que busca que la humanidad sufra por el perdón de sus pecados, según como dice Busto (1991) “Hay un pasaje en el evangelio de Mateo (5,48) y en su paralelo en Lucas (6,36) que resume muy bien lo que quiero decir. «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto». «El Padre celestial hace salir su sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos y pecadores»”. (p. 127).

Nos hablan de un Dios que encarnó en Jesús para saldar la ofensa eterna del pecado, al cumplirse su voluntad hemos quedado libres en todos los aspectos, en igualdad de condiciones, capaces de elegir si recibir el amor de Dios o no, pero en el caso de no hacerlo, él no nos privará de todas las virtudes de ser sus hijos, sino más bien, nos brindará las fuerzas necesarias para ser mejores personas cada día. Afirma Busto (1991):

“Dios no hace que salga el sol sobre los que van a misa el domingo y no salga sobre los que no van a misa, sino que el amor de Dios es incondicionado. Ama a justos e injustos, a buenos y malos. Ésa es la imagen de Dios que reproduce Jesús. Y ésa es la perfección de Dios que nosotros tenemos que imitar”. (p. 127).

                     

El Jesús que se muestra en los evangelios sinópticos, que son aquellos que recopilan la vida de Jesús vista desde cuatro perspectivas diferentes, la de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, cambia mucho dependiendo del autor del evangelio y sus intenciones; por ejemplo, Mateo presenta a Jesús como el Mesías, como el salvador, Marcos como un conquistador poderoso, Lucas como el hombre perfecto y Juan como el hijo de Dios, y sus ideales cambian según las necesidades que se presentaban en el momento. Según Pagola (2007):

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