ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ezequiel "el sacerdote que se vuelve profeta"


Enviado por   •  12 de Febrero de 2022  •  Ensayos  •  5.968 Palabras (24 Páginas)  •  135 Visitas

Página 1 de 24

UNIVERSIDAD PONTIFICA DE MÉXICO

[pic 1]

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA BÍBLICA

El profeta Ezequiel un sacerdote que se vuelve profeta. Aproximación a la obra del libro de Ezequiel y análisis de 37,1-14

Trabajo final para la materia de Metodología de la Investigación Bíblica

Alumno

José Manuel García Beltrán

Profesor

Dr. Ricardo Aguilar

CDMX  28 mayo de 2020      

  1. Introducción

Los escritos proféticos pertenecen al segundo conjunto de libros de la TaNaK o Biblia Hebrea o llamados Nebi’im, הנביאים. Los profetas son aquellos que hablan (o cantan) por inspiración (en predicción o simple discurso) según la raíz más antigua de נבא.[1]En sentido religioso, un profeta interpreta el querer de su Dios en circunstancias concretas de la vida de su pueblo: denuncia cuando éste se desvía y se aleja del Eterno  יְהוָה, anuncia y exhorta a la esperanza cuando reconoce que hay verdaderos signos de conversión, o cuando la situación de sufrimiento reclama una promesa de liberación. Sin embargo, estas narraciones se han redactado por medio de formas o estilos literarios y estructurales con la finalidad de que los lectores de –todos  los tiempos– puedan comprender y descubrir el designio divino inescrutable adyacente al mensaje mismo (finalidad teológica).[2] 

Los oráculos de estos “hombres inspirados” איבִנ acontecen en medio de momentos de certidumbre, júbilo, satisfacción y bienestar que se suscitan en la vida misma del pueblo de Israel, aunque también acaecen en situaciones de desgracia e infortunio como ocurre durante el periodo de dominación Asiria en los siglos VIII-VII, el exilio en Babilonia en el VI, el dominio persa en VI-IV, el poderío macedonio siglos IV-II concluyendo el ministerio profético durante la colonización romana a partir del siglo II a.C. En ambas situaciones: prosperidad y hostilidad, Dios instruye por medio de los profetas –unas veces– para reprender la excesiva confianza de los hombres en sus propias fuerzas humanas y su distanciamiento de la justicia, en otras la esperanza en “unos cielos nuevos y una tierra nueva” y la reivindicación de quienes se encuentran oprimidos. Así pues, efectuar una lectura dinámica de los profetas nos testimonia que ellos asumieron todas las consecuencias de anunciar y denunciar “el decir del Señor” o “la respuesta del Señor”, םאֻנְ a su pueblo elegido.

En el pueblo de Israel antes del exilio en Babilonia aparecen Sofonías, Nahum y Habacuc quienes contribuyen con un compartido optimismo en el Dios de Israel el cual tiene preparada su actuación liberadora a la que habrá de aguardar con  esperanza viva. Más tarde, bajo la autoridad del rey Jozías según 2 Re 22,23  hay esfuerzos cometidos para llevar a cabo una reforma político-religiosa en Israel, dicha reforma consistía en reunificar y fortalecer a Israel y la centralización del culto en Jerusalén.

El exilio en Babilonia es una experiencia dolorosa para el pueblo de Israel, ya que la mayor afectación de los deportados es la fe. Ellos recordaban el pasado, las promesas hechas a los patriarcas, al rey David (de su descendencia…), el culto y la monarquía. Sin embargo, la estancia en tierras extranjeras resultó aleccionadora porque surge en Israel un nuevo culto: las sinagogas, en las cuales todo giraba en torno a la Palabra, como iniciativa de Ezequiel  37, 4. Este mismo profeta Ezequiel fomentó la esperanza y el consuelo; además, él es quien describe el templo (40-47) y da la profecía del agua que surge de debajo de aquel lugar sagrado en contraste  el agua (natural) y el agua del templo (institución).  En este periodo hay una identidad de la nueva comunidad “resto que permanece fiel”; adhesión firme a sus tradiciones y a su Torah; la circuncisión que será considerada como el signo de pertenencia al pueblo de la Alianza; el Sabbat (Gn 1-2,3: Himno sacerdotal de la creación); una nueva reflexión teológica: pensamiento deuteronomista (Dt), Teología sacerdotal (P), Teología de santidad. También durante el destierro surge el género literario de la lamentación y una liturgia penitencial: lamentaciones y algunos salmos. Hacia el futuro: escatologización de la fe: proceso de reflexión teológica o religiosa. Se enuncian algunos temas: Cielos y tierra nuevos, alianza nueva y eterna, nuevo éxodo, nuevo templo.

En la presente investigación presentaré de manera sucinta el contexto histórico en el que se desarrolla el ministerio del profeta Ezequiel, elaboraré una estructura del contenido de su libro con sus 48 capítulos y me detendré con el análisis sobre la visión de los huesos secos en el capítulo 37,1-14 como promesa-cumplimiento de la Palabra del Eterno en medio de su pueblo. Este profeta –según se narra en el libro-, vive en el exilio y su profecía es un mensaje de esperanza y de consuelo para los que se hallan fuera de su tierra.

El Sacerdote que se vuelve profeta[3]

El profeta Ezequiel לאקזחי Dios fortalecerá es considerado un profeta enigmático y misterioso. Tanto su personalidad y el contenido de sus escritos (abundantes en alegorías, visiones y acciones simbólicas) permiten a estudiosos en Sagrada Escritura como a profesionales en psicoanálisis y psiquiatría realizar un diagnóstico sobre la personalidad sobre importante profeta; empero, no ha faltado quien afirme que Ezequiel no era un tipo normal y que sufría una grave esquizofrenia o delirios de grandeza.[4]

Los datos biográficos del profeta Ezequiel son muy escasos, no se sabe la fecha de su nacimiento ni de su muerte. Las hipótesis que existen afirman que Ezequiel habría iniciado su ministerio en Jerusalén donde estaría hasta la gran deportación del 587 o 586. Sin embargo, la mayoría de comentaristas lo sitúa entre los deportados del 598, y que comienza su ministerio el “año cinco”, por tanto en 593.[5] 

A partir de la información que se cuenta en el libro, se afirma  que al inicio de su ministerio Ezequiel tuvo una visión “el año treinta, el día cinco del cuarto mes, estando yo entre los deportados junto al río Quebar…” Ez 1,1[6]; se menciona que él era hijo del sacerdote Buzí y que recibió la palabra de Señor en el país de los caldeos 1,3; y que mediante una visión grandiosa y espectacular la figura de la gloria del Eterno lo envía a los hijos de Israel, a las naciones rebeldes que transgredieron las normas y que son de corazón empedernido 1,28; 2,1-4. Respecto al personaje, es necesario subrayar la inusitada conversión de sacerdote a profeta y la influencia de lo cultual-religioso[7] presente en su ministerio profético, recordando que en el Antiguo Testamento el sacerdote y el profeta no son figuras afines.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (39 Kb)   pdf (299 Kb)   docx (92 Kb)  
Leer 23 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com