“Formar verdaderos discípulos de Jesucristo, este es nuestro fin principal, nuestro único fin. Los Evangelios, los Libros Santos: nuestra Regla y guía”.

“Formar verdaderos discípulos de Jesucristo, este es nuestro fin principal, nuestro único fin. Los Evangelios, los Libros Santos: nuestra Regla y guía”.

Para ser verdaderos discípulos de Cristo basta seguir las condiciones que él propone para el seguimiento:

• Negarse a sí mismo y tomar la cruz
• Acentúa la idead de la oposición y persecución que va a encontrar el seguidor, como la encontró el propio Cristo
• Bajo el peso de esta cruz hay que seguir a Jesús’
• Para este seguimiento hay que tener valor y fe.

 Todo lo centra en la frase del Evangelio:

“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”

El padre Ormieres era un fiel discípulo y seguidor de Jesús, por eso quiso enseñar  a todos lo que para él significaba, cómo pensaba y cómo creía en él, se dedicó a ayudar a las personas que necesitaban de él convirtiéndose en un gran guía y fundador de un pensamiento que hasta hoy ha sido muy acertado, siempre guiándose de la mano de Dios y con la fe puesta en él de que todo lo que él hacía era para el bien de muchas de las personas que hoy en día estamos agradecidas con él.

• sencillez
• docilidad
•  obediencia
• “hasta la muerte de nuestras pasiones, de nuestro orgullo, de nuestro amor propio  sometimiento y anonadamiento de sí mismo
• desinterés
• paciencia, que ha encontrarse en la oración.

Estos fueron lo pilares más importantes en los que Ormieres basó su proyecto, le educación era su principal objetivo, fundando así la comunidad de colegios Santo Ángel de la Guarda en compañía de Juliana, quien también cumple un papel muy importante en su vida, fue quien lo apoyó y acompañó en este proceso, el Padre Ormieres y la Hermana Juliana se convirtieron en una verdadera esperanza y descanso para muchos de nosotros.

Sin dudad su labor fue un acto de bondad, amor, fe, pasión y respeto por lo que les hacía completamente felices y la cual era su misión.

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