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Jesucristo restaurador del hombre, discurso


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2022  •  Ensayos  •  1.560 Palabras (7 Páginas)  •  45 Visitas

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“Te adoramos ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”

¡Cuántos Vía Crucis repetí estas palabras, creyendo entender lo que significaban! Este año me tocó estudiar el tema de Jesucristo como restaurador del hombre, y aunque aprendí un montón, me di cuenta de la inmensidad que me falta por aprender del tema. “Por que por tu santa Cruz redimiste al mundo” ¡Es un misterio total y completo! El Verbo siendo Dios se encarna, por amor, para salvarnos… Pero bueno, me estoy adelantando un poquito…

Voy a dividir mi discurso en tres partes: Primero voy a hablar sobre los antecedentes de la Encarnación: Después de la Encarnación en sí misma; Y voy a terminar tratando de acercarme al misterio de la humanidad y la divinidad de Cristo, que es verdadero Dios y verdadero hombre.

Dios es inmutable, simple, perfecto y eterno. Sabemos, por revelación, que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

Dios crea al mundo y al hombre por amor. Dota al hombre con dones sobrenaturales y preternaturales: Y le da una naturaleza perfecta, por lo tanto libre. Dios pone a prueba esta libertad poniéndoles el precepto de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Eva fue tentada por el demonio, y ella y Adan comieron del fruto prohibido. Esa desobediencia, ese primer pecado, lo llamamos pecado original, que quiebra la amistad que teníamos con Dios.

Como consecuencia del pecado original, la naturaleza perfecta del hombre, queda herida, y Dios castiga justamente al hombre, expulsados del paraíso terrenal, y condenándolo a padecer y morir.

El pecado abrió entre Dios y los hombres un abismo infinito. El hombre por sus solas fuerzas no podía salvar esta distancia infinita entre Dios y nosotros y pagar la deuda totalmente, cumpliendo en rigor con las exigencias de la justicia estricta y perfecta.

Pero Dios, por pura misericordia, promete un Redentor para salvar a la humanidad.

Dios envía a su Hijo amado, el Verbo hecho hombre, llamado Jesucristo. Este es el misterio de la Encarnación, que consiste en la unión de la naturaleza humana y la naturaleza divina en la Persona Divina del Verbo. Dos naturalezas distintas unidas en una sola Persona o hipóstasis, la Divina… La Segunda Persona de la Santísima Trinidad se hizo hombre para salvar al género humano del pecado y de la muerte eterna.

¿Por qué Dios envía a su Hijo a salvar al género humano?... ¿Era necesario que el Verbo Divino se encarnara?... Tenemos que aclarar que cuando se trata de la criatura, no hay necesidad en Dios.

En cuanto al modo y al tiempo, sabemos por Fe que Dios todo lo dispone con su Infinita Sabiduría y que era máximamente conveniente que, como dice San Pablo, el Verbo se encarnara “al llegar la plenitud de los tiempos”.

En cuanto a la naturaleza de la Encarnación… Conviene primero analizar, para evitar confusiones, las nociones de naturaleza y de persona:

La naturaleza de algo es la esencia de una cosa, en su índole operatoria. Designa a la cosa, respondiendo a la pregunta ¿qué es?

Por otro lado, la persona, es la sustancia individual, de naturaleza racional. Responde a la pregunta, ¿quién es? y señala al sujeto de operaciones.

En Cristo hay una sola Persona (la Divina) y dos naturalezas distintas, la humana y la divina. Éstas no se fusionaron entre sí, sino que se mantienen íntegras e inconfusas.

Porque si la naturaleza humana se hubiese fundido en la divina, Cristo no sería verdadero hombre, y si fuera una naturaleza mixta, Cristo no sería ni Dios ni hombre, sino otra cosa. En ninguno de estos dos casos hubiera reparado perfectamente la deuda del pecado.

Las dos naturalezas están unidas en la Persona única del Hijo de Dios. La diferencia entre ambas no fue suprimida por la unión en la persona única del Verbo. No nació primeramente un hombre cualquiera de la Virgen Santísima, sobre el cual descendiera después el Verbo, sino que unido el Verbo a la carne en el mismo seno materno, se dice engendrado según la carne. Por esto María es Madre de Dios, porque dio a luz, según la carne, al Verbo hecho carne.

Por ser Dios, la Persona de Cristo es increada, pero la unión de las dos naturalezas en Cristo es una realidad creada e indisoluble, fruto de la gracia de la unión.

Consideremos ahora la divinidad de Cristo. Cristo es el verdadero Dios. La encarnación del Verbo no significa una disminución ni mutación de su divinidad.

Por ser Dios, en Cristo hay una inteligencia y una voluntad divinas. Por tener la inteligencia divina, tendrá la ciencia divina y por tener voluntad divina es omnipotente.

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