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LA SABIDURIA


Enviado por   •  5 de Abril de 2012  •  2.027 Palabras (9 Páginas)  •  491 Visitas

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La verdadera sabiduría

Se cuenta la historia de un nuevo trabajador que había sido contratado porque declaró conocerlo todo acerca del manejo de las computadoras. Su jefe lo llevó a la oficina donde debía trabajar, le explicó cuáles eran sus responsabilidades, y le mostró la nueva computadora que se había comprado para su uso. Después de explicarle todas sus responsabilidades, el jefe dejó solo al trabajador para que empezara con sus tareas. Pasó un rato, y el jefe se sorprendió al ver que se presentaba ante su escritorio. "¿Qué pasó? ¿Ya terminaste tu trabajo?" le preguntó. Respondió el trabajador, "Disculpe, Señor jefe. ¿Me puede mostrar cómo prender la computadora?"

¡Resultó ser que el trabajador no sabía todo lo que tenía que saber sobre las computadoras! Y me imagino que él no es el único que se ha sentido así. Quienes han tenido la oportunidad de aprender algo acerca de esas máquinas recordarán la primera vez que se sentaron ante la pantalla de una computadora sin idea de qué hacer para que ese aparato haga todas las cosas maravillosas de las que era capaz.

Si reflexionamos un poco acerca de la vida, nos damos cuenta de que se parece a una computadora. ¿En qué sentido se podría decir que la vida es como una computadora? En el simple sentido de que, si queremos que funcione a nuestro favor, tenemos que saber cómo manejarlo.

Esta habilidad para manejar la vida, para hacer que rinda, se llama sabiduría. Hay dos clases de sabiduría; una de ellas lleva a una vida de gozo y satisfacción, y la otra lleva a una vida destruida. Leamos acerca de ellos.

Lectura: Santiago 3:13-18

3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

3:14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;

3:15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Hay dos formas de vivir la vida, dos maneras de ver las cosas y responder ante los retos de esta vida. En otras palabras, hay dos clases de sabiduría:

I. La sabiduría humana y la sabiduría divina

La sabiduría humana, como vemos en los versículos 15 y 16, se basa en la envidia y en la ambición egoísta. Se caracteriza por engendrar rivalidades. Esta perspectiva es la que muestran quienes sienten envidia por las bendiciones que reciben otros, quienes piensan siempre en la impresión que hacen sobre otros, quienes se impacientan cuando se tienen que someter al liderazgo de otra persona.

Esta manera de pensar no sólo se presenta en la gente del mundo; también se presenta dentro de la Iglesia. Ser cristiano no es una vacuna contra dejarse llevar por la manera de pensar del mundo. Puede ser que algunos de ustedes se hayan dejado influenciar por la sabiduría mundana.

Pero hay un problema: nos dice el pasaje cuál es el origen de esta sabiduría. Se nos dice que no es sólo humana, sino que es diabólica. Esta manera de pensar refleja la actitud que tomó Satanás cuando decidió rebelarse contra Dios.

La sabiduría celestial, en cambio, se describe en los versículos 17 y 18. Esta sabiduría es pura, es pacífica, es dócil. No insiste siempre en seguir su propio camino. No resiste la dirección que recibe de los que están en autoridad sobre ella. No busca tomar el lugar que pertenece a otros.

Esta clase de sabiduría tiene su origen en Dios, quien envió a su propio Hijo para ser nuestra paz. Lejos de insistir en los derechos que eran suyos, Jesús se humilló y vivió como hombre. Lejos de buscar una posición más elevada, Jesús se sometió voluntariamente a la voluntad de su Padre. Lejos de destruir a los que lo crucificaron, oró por su perdón.

Hay dos perspectivas, dos actitudes que podemos tomar ante la cuestión de cómo vivir la vida: una de ellas es satánica y la otra es divina. La Biblia registra la historia de un grupo de hombres que escogieron el primer camino. Veamos lo que les sucedió.

II. La sabiduría humana: la rebelión de Coré

Quiero que recordemos juntos algunos de los eventos que sucedieron cuando terminó el cautiverio de los israelitas en Egipto. Salieron de Egipto por los milagros que Dios hizo por mano de Moisés.

Después de cruzar el Mar Rojo, que Dios abrió milagrosamente cuando Moisés extendió su vara sobre las aguas, el pueblo llegó al Monte Sinaí. En ese lugar, vieron la presencia de Dios en los truenos, y Moisés recibió la ley para el pueblo.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que empezaran las quejas. Se quejaron porque no había agua, y Dios milagrosamente proveyó agua dándole instrucciones a Moisés. Se quejaron porque no había carne, y Dios proveyó codornices para satisfacer su hambre - cuando Moisés oró. Vez tras vez, cuando surgían problemas entre el pueblo, Dios daba su respuesta a través de Moisés.

Pero ¿piensan que la gente se quedó convencida de que Moisés era el líder que Dios había escogido para guiarles? ¿Se dieron cuenta de que debían obedecer lo que Dios les había mandado a través de Moisés? ¡No!

Y en Números 16, vemos que se arma otro escándalo. El líder de esta revuelta era un tipo que se llamaba Coré. Coré no era un Don Nadie. El era miembro de los levitas, que tenían el gran privilegio de servir dentro del tabernáculo, y luego el templo, de Dios. Entre otras cosas, dirigían la música dentro del templo, y varios de los Salmos que tenemos en la Biblia son de los hijos de Coré.

Pero había un problema. Había una situación que no les caía bien a Coré y a sus secuaces. Ellos no se conformaban con trabajar dentro del templo; querían ser sacerdotes. Ellos querían estar a la par con Moisés y su hermano Aarón. Ahora fíjense

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