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Las Experiencias Del Hombre Moderno


Enviado por   •  28 de Febrero de 2014  •  3.001 Palabras (13 Páginas)  •  282 Visitas

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INTRODUCCION

En estos últimos años la experiencia ha sido objeto de suma atención por parte del ser humano y por ende la teología se ha visto también interesada en conocer estos fenómenos que han cautivado a la humanidad. Aunque el concepto de experiencia no ha sido delimitado con entera satisfacción, alude a algo complejo, su consideración interesa sobremanera a la teología, dado que en él está en juego el problema de cómo puede entrar Dios en la vida del hombre. La percepción de los sentidos es la puerta imprescindible de todo conocimiento, incluido el conocimiento de Dios.

La noción de modernidad es compleja, ya que significa al mismo tiempo un proceso histórico circunscrito en el tiempo y el espacio, una ideología o una retórica de cambio, de progreso y de vanguardia. Invade todas las esferas de la vida: el arte, la técnica, la política, los valores morales. La modernidad implica la ruptura irresistible e irrevocable con el pasado, ya que pretende aportar por fin la novedad y el progreso. Se presenta como un impulso de la racionalidad, que hace nacer un modo de civilización muy característico, oponiéndose a la tradición sobre la que arroja la sospecha, y haciendo llegar una lucidez crítica y una creatividad sin precedentes. La modernidad juzga ya caducado lo antiguo, ya que su ciencia y sus valores han dejado de ser operativos y significantes, y tiene conciencia de que el progreso y la superación de la realidad presente.

Nuestro conocimiento de Dios está sometido a las mismas condiciones que cualquier otro conocimiento. Pero el hombre conoce por medio de la experiencia sensible. Santo Tomás de Aquino describe que "en las divinas Escrituras lo divino es descrito metafóricamente con realidades sensibles". Jesús dijo, en Juan 16:25 “Hasta ahora les he hablado por medio de ejemplos y comparaciones. Pero se acerca el momento en que hablaré claramente acerca de Dios el Padre, y ya no usaré más comparaciones.

Ahora bien, si nuestro conocimiento de Dios se da en la experiencia y desde la experiencia, eso no significa que Dios se limite a la experiencia: Dios siempre es mayor y desborda todo lo que de él podemos decir o imaginar. «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.» I Corintios 2:9. Cuando se trata de Dios toda experiencia y todo lenguaje es, por definición, insuficiente, inadecuado y, por tanto, orientativo, tendencial, referencial, intencional.

LAS EXPERIENCIAS DEL HOMBRE MODERNO

Experimentar es, El hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo. || 2. Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo. || 3. Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas. || 4. Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona.

Mediante la experiencia aparecen, dos aspectos: las cosas y el sujeto que las prueba. El sujeto queda afectado por la realidad. Aparece así insinuado el indispensable papel que juega el sujeto en la experiencia. Y aparece también el primer problema: las condiciones del sujeto pueden perturbar el proceso de objetivación. Lo real se nos presenta de distinta forma según sea nuestra relación con ello. Lo que significa, aplicado a una posible experiencia de Dios, que todo posible encuentro con Dios está siempre condicionado por la atención y la sensibilidad del hombre. Por esta razón, la Escritura dice que sólo los limpios de corazón pueden ver a Dios. Jesucristo dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. Mateo 5:8

La experiencia está condicionada por la posición que se toma ante las cosas, y por consiguiente por la concepción que se tiene de la realidad. Sin duda, son reales los objetos exteriores al hombre, pero también los fenómenos de la propia actividad interior del hombre.

Podemos distinguir cuatro niveles de acceso a lo real o niveles de experiencia:

el positivo (o empírico), el antropológico, el metafísico y el teologal. El ideal

del positivismo es fundarse sobre los hechos, limitarse a los objetos

"realmente alcanzables..., excluyendo los misterios impenetrables". El

Nivel antropológico consiste en que los sentidos perciben confusamente

si no plantean una pregunta, o sea, sin la iluminación intelectual de

la experiencia sensible. Aún más, en toda experiencia de las cosas y de

las personas se puede experimentar un exceso: ellas son más de lo que

yo experimento. Ésta es la cuestión metafísica, la del ser que se desvela en

los entes: la realidad es auto transcendencia. Habría que añadir a estos

niveles el teologal, la experiencia de Dios, la experiencia del siempre mayor que

nuestras experiencias; tal experiencia es posible cuando Dios toma la

iniciativa y se da a conocer al hombre en la propia experiencia del hombre.

Así planteamos la posibilidad de una experiencia que deja espacio a la

libertad del que se quiere dar a conocer, una experiencia que se resista a

todas nuestras invenciones y planificaciones; una experiencia que no sea

evidente, sino que sea un "escándalo" para el pensamiento, el cual se limita

a ser testigo de tal revelación.

Si queremos entender lo que estamos haciendo cuando tomamos decisiones éticas y queremos tomar esas decisiones de forma adecuada, debemos intentar comprender el contexto en el cual se toman esas decisiones. No vivimos en el vacío, y mucho menos a la hora de enfrentarnos a los problemas éticos. Precisamente la forma de ser del mundo y de la gente es lo que a menudo plantea esas mismas cuestiones. El trasfondo de la toma de decisiones puede tener un gran efecto sobre las decisiones tomadas. Puede moldear la forma y el contenido de las decisiones. Puede hacer de nuestra moral lo que es. Por tanto, nuestra tarea es comprender la naturaleza de las decisiones éticas y el contexto en el que las tomamos. Para hacer esto de forma apropiada, necesitamos conocer tanto como nos sea posible acerca de nuestro contexto vital. Esto implica examinar el mundo en que vivimos y los valores que nos rodean. ¿Cuáles son, pues, los rasgos más evidentes de nuestro mundo y vida actuales?

ALIENACIÓN. Es una palabra técnica para una experiencia muy común. Es la experiencia de sentirse perdido y solo. Es sentirse separado del resto de la gente, de las cosas y de las instituciones. Es sentirse como un extranjero que vive en

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