Levantémonos Y Edifiquemos (basado En Nehemias 2:17)
Enviado por Neelia • 8 de Abril de 2012 • 1.006 Palabras (5 Páginas) • 1.428 Visitas
Tema: Levantémonos y Edifiquemos
Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos mas en oprobio. Nehemías 2,17
Israel atravesaba un periodo crítico y crucial en su historia como nación, el panorama indicaba una emergencia social, espiritual y emocional. El primer problema consistía en su sistema de defensa social “…el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Nehemías 2.3”, su segundo problema radicaba en lo espiritual “En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo. Nehemías 1.7” y su tercer problema consistía en lo emocional “…no estemos mas en oprobio. Nehemias2.17”. Solo existían tres opciones el conformismo, reconstruir ó regresar a la esclavitud en que vivieron como nación por 70 años en Babilonia y Persia. Nehemías cuyo nombre significa “el señor consolará”, al conocer la noticia se conmovió, se humillo en oración y acciono su fe. “Y Salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta de Muladar; y observe los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas consumidas por el fuego. Nehemías 2.15” Luego de haber observado los principales lugares de Jerusalén y considerar los daños causados dio paso a la razón por la cual escogí este pasaje bíblico, hacer un análisis como puertorriqueños ya que estamos nosotros atravesando por el mismo periodo crítico y crucial como isla, nos enfrentamos a la misma emergencia social, espiritual y emocional. Imagino a Nehemías haciéndose estas tres preguntas: ¿Quiénes éramos antes?, ¿Quiénes somos hoy? y ¿Hacia dónde nos dirigimos como nación? como las hago hoy de ti Isla del encanto.
Mi hermosa Borinquén eres tú isla bella. ¿Cuál era tu encanto? El cálido atardecer que abrazaba en unidad a las familias, el dulce canto del coquí que se mezclaba con la risa de los niños cuando jugaban en los alrededores. Ni el oro ni la plata podían pagar las palabras de sabidurías de los labios de aquellos ancianos, que nutrían de valores y principios que llenaban nuestras calles de paz y de armonía. Un Puerto Rico que hoy se vislumbra tan distante de lo que era nuestro encanto, lo que más le damos énfasis es a la economía descuidando el pilar que sostiene nuestra isla “la familia”. ¿Qué somos hoy? Afanados con niveles altos de estrés para proveer un sustento, nuestros ancianos son un estorbo, nuestros valores y principios hoy se consideran idealismo y siendo el amor, la comunicación y las muestras de afecto algo substituibles por la televisión y los video juegos. Una sociedad disfuncional, desnaturalizada sin respeto por la vida y como resultado un conformismo que nos mantiene inerte ante la misma situación con los muros de nuestros valores y principios derribados y las puertas de la comunicación incluyendo la unidad quemadas por el fuego del olvido carente de tiempo
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