Licenciado En Arte Dramatico
Enviado por karlosso • 26 de Mayo de 2012 • 846 Palabras (4 Páginas) • 884 Visitas
SEGUNDA PALABRA DE JESUS
¨HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO¨
Quiero iniciar la disertación de la segunda palabra de Jesús Nuestro Señor recordando el pasaje del evangelio de San Lucas, por favor escuchemos con atención a la vez que les invito a ir imaginando los hechos que ocuuren en ese instante:
“Uno de los malhechores que estaban crucificados con Jesús lo insultaba: *¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros.+ Pero el otro lo reprendió diciendo: *¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio? Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho, pero éste no ha hecho nada malo.+ Y añadió: *Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.+ Jesús le respondió: *En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.+
Detengámonos un momento en las palabras que le dice el ladrón conocido como Gestas. “¿NO ERES TÚ EL CRISTO? ¡SÁLVATE A TI MISMO Y SÁLVANOS A NOSOTROS!” (LUC. 23,39).
Observemos como se presenta el demonio para tentar a Jesús, pensemos un instante en la intención de esas palabras? Podemos percibir una sensación de provocación, en muchas ocasiones el demonio se apodera de nuestros pensamientos y nos impulsa a obrar de una u otra manera. El demonio sabe muy bien que Jesus con solo pensar en la ayuda de su Padre celestial todo habría terminado allí. Jesús conoce muy bien su misión aquí en la tierra, conoce muy bien que el camino del hombre para llegar al Padre, es la cruz. Para llegar al padre hay que aprender a soportar la humillación, la injusticia, la traición. Jesús con el silencio que guarda ante esta provocación nos enseña a vivir en libertad. Debemos permanecer conscientes de nuestros sentimientos, pensamientos, palabras y acciones. Jesus nos enseña el dominio absoluto que debemos tener ante las tentaciones y cualquier acto de provocación. Miremos nuestra vida, reconozcamos que en la mayoría de las veces somos como un fosforito, basta con rozarnos e inmediatamente nos prendemos. Recordemos que enojarnos es muy fácil, pero saber cuando, donde, como y con quien es lo difícil- cuando permanecemos coherentes en lo sentimos, pensamos, decimos y hacemos estamos en el camino correcto de la luz, de Jesús. Jesús permanece inalterable ante cualquier intento de provocación.
Tomemos ahora la recriminación que le hace Dimas: *¿NO TEMES A DIOS TÚ, QUE ESTÁS EN EL MISMO SUPLICIO? .NOSOTROS LO HEMOS MERECIDO Y PAGAMOS POR LO QUE HEMOS HECHO, PERO ÉSTE NO HA HECHO NADA MALO.
Seria bueno preguntarnos que vio en Jesús Nuestro Señor? Acaso sintió lastima?. Quizá sintió Temor? Que inspiraba Jesús al verle?. Parece absurdo que un ladrón pudiera reconocer a Dios en la persona de Jesus, y mas aun en esa condición en que se encuentra frente a sus ojos, compartiendo el mismo suplicio de cruz, pero aun es mas irónico que nosotros
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