Paro Agrario
Enviado por winnipoki • 3 de Septiembre de 2013 • 577 Palabras (3 Páginas) • 527 Visitas
Estamos atravesando una tormenta”, afirmó el presidente Juan Manuel Santos en su alocución matutina del pasado jueves, día para el que estaban convocadas marchas de apoyo al paro agrario en varias ciudades del país. A la tensión política se empezaban a sumar problemas de abastecimiento de alim
entos por los bloqueos en varias regiones del país.
Pero ni siquiera el primer mandatario podía anticipar cómo el creciente respaldo ciudadano a los legítimos reclamos de los campesinos desembocaría en episodios dantescos de vandalismo, saqueos y la militarización de Bogotá con un saldo de cuatro muertos, más de 200 heridos y 512 detenidos.
Al comienzo de la semana, al ver que miles de habitantes urbanos y estudiantes universitarios se solidarizaban con los reclamos campesinos, algunos analistas se preguntaron si estas manifestaciones marcarían el inicio de un movimiento cívico al estilo primavera árabe, Indignados o las protestas de los brasileños. No obstante, con el transcurrir de los días, la ola de violencia y destrucción de unos pocos sustituyó el inconformismo y la rabia contenida de la mayoría. La piedra reemplazó a la ruana como símbolo de la jornada.
Las imágenes dolorosas de los choques entre manifestantes y la Policía, de los destrozos en locales comerciales, de los saqueos a los supermercados y de la impotencia de usuarios del transporte público se tomaron los medios de comunicación. La Plaza de Bolívar de la capital de la República fue el escenario de una batalla campal que terminó con jóvenes que protegieron con sus cuerpos a los miembros del Esmad del ataque de encapuchados.
En el centro de Medellín se registraron disturbios y vándalos atacaron el edificio de la Ruta N, programa de innovación tecnológica de la capital antioqueña, en medio de arengas contra el ‘neoliberalismo’. Manifestantes quemaron dos CAI de la Policía en Ibagué y, al caer la noche, la Alcaldía de Bogotá decretó toque de queda en cuatro localidades de la ciudad.
La noche del jueves y las primeras horas del viernes simbolizaron las dos caras de la ‘tormenta’ presidencial. Mientras en Tunja una delegación de alto nivel del gobierno nacional en cabeza del ministro del Interior, Fernando Carrillo, negociaba en la mesa con campesinos de Boyacá, Nariño y Cundinamarca, en la Casa de Nariño el presidente Santos y su consejo de ministros evaluaban la crisis de orden público. Con pocas horas de diferencia el gobierno envió mensajes positivos sobre una “política agraria concertada” desde la capital boyacense y, en otra alocución mañanera el viernes, el propio mandatario endureció su postura.
Santos respondió a la jornada violenta de protestas con la militarización de la capital del país, el ingreso de 50.000 soldados del Ejército para controlar los bloqueos y la invitación a la ciudadanía a denunciar
...